Capítulo 44

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Han pasado dos años de que Cameron y yo nos casamos, ha sido un matrimonio realmente bonito, hace 5 meses nos enteramos de que estaba embarazada, hoy les puedo decir con certeza que esperamos una niña, mi familia no lo sabe todavía pues Cameron y yo hemos estado lejos de casa estos meses, hablamos todos los días, pero decidimos darles la sorpresa.

Incluso Austin los ve más a menudo que nosotros, lo que me alegra pues realmente se ha integrado a la familia, tanto que ahora él y Jane son esposos, pobre si le rompe el corazón, pues mi tío Hobbs no lo pensará dos veces antes de hacerlo pedazos.

Hoy emprenderíamos nuestro viaje a Los Ángeles en donde se encontraba mi familia, más bien, nuestra familia.

Empaqué demasiado, pues pensábamos quedarnos allá hasta que naciera el bebé, terminé mi maleta y nos dirigimos al aeropuerto.

[...]

Llegamos a nuestro destino, pedimos un taxi y nos dirigimos a casa de mis padres, como dije antes, era una sorpresa y nadie sabía que estábamos aquí.

Después de unos minutos volví a mi antiguo hogar, sonreí al verlo de nuevo, bajamos cada quien jalando dos maletas grandes, una de cada mano y unas cuantas bolsas más colgando de nuestros hombros, sé que algunos dirían que no debería de cargar tantas cosas en mi estado, pero mi embarazo iba perfecto y no estaba dispuesta a dejar de hacer algunas cosas sólo por eso.

Le di unos leves golpes con mis nudillos a la puerta y a los pocos segundos mi mamá abrió.

Letty: ¡Pauleth! ¡Hija! –Dijo con los ojos como platos y me abrazó con una gran fuerza, por lo que pudo notar el volumen de mi vientre-.

Pauleth: Hola mamá –Dije con una sonrisa correspondiendo al abrazo-

Letty: Dios mío, ¡Estás embarazada! –Dijo con una sonrisa mientras acariciaba mi vientre-.

Toretto: ¿Quién está embarazada? –Dijo llegando a la puerta-.

Pauleth: ¡Papá! –Rápidamente de li un gran abrazo el cual correspondió y rápidamente tocó mi vientre-.

Pasamos, nos felicitaron, platicamos un poco y a los pocos minutos llegaron mis hermanos, quienes ya se habían mudado a otro lugar, cerca de aquí claro, incluso Cameron y yo también nos mudaríamos cerca de aquí.

Mis hermanos estaban entusiasmados por la nueva integrante de la familia, comenzaron a tener demasiadas atención y cuidados conmigo, eso que siempre reciben las embarazadas.

*Narra Cameron*

Estaba nervioso por el bebé, no sé cómo sería de padre, si lo haría mal o si terminaría siendo como mi padre, digo después de todo, no tuve un buen maestro con la maternidad, como podrán notarlo, el bebé llegó de sorpresa, no me arrepiento, pero si temo por su futuro conmigo como padre.

Escuchar como todos hablaban de mi hija, me causaba mareos, entre más lo pensaba peor padre creía que seria.

Me dirigí a la cocina a buscar algo de beber, por suerte en esta casa siempre cuento con las coronas, así que tomé una de la nevera, la abrí y le di un gran trago, me recargué en la barrita y a los pocos segundos llegó Bryan.

Bryan: ¿Te pasa algo? –Dijo mientras sacaba una corona de la nevera-.

Cameron: Tengo miedo de ser un mal padre, digo yo no tuve uno bueno, como el tuyo –Dije para después darle un trago a mi botella-.

Bryan: Serás un buen padre, Cameron. Porque ahí estaré para patearte el trasero si no lo eres –Dijo para darle un trago a su corona y después salir de ahí-.

Después de todo, Pauleth tenía el apoyo de su familia, bueno tenemos el apoyo de nuestra familia ahora, supongo que Bryan tenía razón, no sería un mal padre después de todo.

[...]

Ya han pasado 5 años de que mi hija nació, la llamamos Maddie, pues ese era el nombre de la mamá de Cameron, en realidad en nunca me contó que fue lo que pasó exactamente, sólo que un hombre la asesino, por culpa de su padre.

Maddie era una niña muy risueña, aunque un poco tímida, o más lo era con las personas que no conocía, pero cuando entraba en confianza nadie podía hacerla que dejara de hablar, su cabello era castaño, largo y lacio, sus ojos grandes y de color verdoso, parecidos a los de su tío Austin, nariz pequeña, boca pequeña, de tez blanca y de complexión delgada.

Ya teníamos nuestra propia casa, cerca a la de mis padres y a la de mis hermanos, quienes vivían juntos, Cameron se había ido a trabajar y Bryan se había quedado conmigo para no estar sola.

Me encontraba arreglándome para ir a recoger a Maddie al instituto, cuando Bryan llegó a mi habitación.

Pauleth: ¿Recordando los viejos tiempos cuando me llamabas para ir al instituto? –Dije con una sonrisa mientras terminaba de arreglarme-.

Bryan: De hecho, ahora vengo a pedirte permiso para recoger a Maddie del instituto –Dijo con una sonrisa-.

Pauleth: Claro, entonces pediré la comida –Dije dirigiendo la vista hacia mi hermano, quien se encontraba con una sonrisa-.

Bryan se dirigió por Maddie y yo me dispuse a pedir la comida.

A los poco minutos Bryan regresó y abrió de golpe la puerta de la casa, haciéndome brincar del susto, no me permitió ni si quiera preguntar qué pasaba cuando habló muy exaltado.

Bryan: ¡Se llevaron a Maddie! –Dije casi gritando-.

Pauleth: ¿Qué? ¿Quién, Bryan? –Dije algo confundida y a punto de estallar en desesperación-.

Bryan: ¡Logan! ¡Logan, se la llevó!

Mi cuerpo se llenaba de ira, pero debía tranquilizarme, para salvar a mi pequeña tenía que hacer las cosas bien.

Rápidamente reunimos al equipo, después de algunas horas todos ya se encontraban ahí.

Él se había metido con lo que más me importa en este mundo, pero después de todo, el problema de poner tu pie en el cuello de un tigre, es que nunca puedes levantarlo.

Troy: Uno se da cuenta de lo mucho que quiere algo, hasta que alguien se lo lleva.

Pauleth: Pero se lo ha quitado a la persona equivocada. –Dije llena de ira y furia-.

Comenzamos a idear el plan, el cual llevaríamos a cabo en unas horas, no le permitiría más tiempo con mi hija, o si quiera la oportunidad de que la alejara un centímetro más de mí.

Un amor peligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora