30 de Junio de 2006
A veces nos encontramos tan desesperados por algo que intentamos hacer cualquier cosa por conseguirlo. No se sorprendan al saber que muchos han muerto buscando más de la cuenta. Por la maldita impaciencia.
No se aterren, mi caso no es tan grave; pero les aseguro que es raro ver una chica intentando controlar el tiempo con la mirada. Eso solía hacer yo. Eran las 11:40 del día y moría por salir de esta cárcel a la que llamamos escuela. Sólo eran que dieran las 12:00 y sería libre algunos meses.
Miré a Rachel y ésta estaba escuchando música con sus audífonos. Me miró y sonrió, y es que biología no era precisamente la clase más interesante del día, menos a esta hora.
Yo saqué una hoja de mi cuaderno y dibujé un sencillo paisaje mientras esperaba que sonara el timbre. Esto sí era lo mío. El arte. Y patinar.
Intenté dibujar una playa a la orilla del mar, con la espuma de las olas y las hojas de las palmas reflejando tranquilidad. Dibuje un atardecer y unas cuantas nubes que equilibraron el dibujo. Luego le di color suavemente y sentí por un momento como se alejaba la voz del profesor y se escuchaban las olas subir y bajar sobre la arena.
Dejé de escuchar completamente la clase y me adentré en el dibujo. Ahora escuchaba las hojas de las palmas rozar unas con otras, también escuché unas gaviotas que me hicieron sentir y representar lo que era la tranquilidad y el equilibrio. Era perfecto.
Me sentía allí, a la orilla del mar, con las olas tocando apenas mis pies, y la suave brisa cursando por mi rostro. Hace de verdad mucho tiempo que no me sentía así...
«Catalepsia... » Escuché que alguien susurró...
- ¡Señorita West, ¿podría decirme qué era lo que estaba explicando hace sólo un momento?! -mi mundo de fantasía se desmoronó en sólo segundos.
"Desperté" rápidamente y miré a Rachel como por instinto, ella sólo se rió. Le saqué la lengua y centré toda mi atención en el profesor.
-Por supuesto, yo ehmm... -y como si le hubiera rezado a Dios, suena el timbre indicando libertad. Todos mis compañeros gritan y tiran sus papeles y fotocopias por los aires a modo de festejo. Yo sólo guardé mis cosas rápidamente y me escapé con Rachel antes de que el profesor pudiera detenerme. Todo era risa y diversión hasta que salí al patio delantero del colegio. Mamá estaba esperándome en el auto, se notaba tensa y algo molesta.
Me despedí de Rachel con la mano y apresuré mi paso hacia el auto. Mis meses de libertad no acaban de iniciar de la mejor manera precisamente.
***
Mi nombre es Hannah West, y bienvenidos a mi "nada interesante" y aburrida vida.
Tengo 17 años y acabo de terminar mi penúltimo año en la secundaria Webster High School. Tengo una hermana menor llamada Debby West que solo tiene cuatro años. Mi madre se llama Eveline West y siempre está trabajando u ocupada con cosas al respecto. Es muy estricta y meticulosa, pero tiene su lado tierno y amoroso que sólo la he visto sacar con nosotras. Ella siempre está pendiente de que todo lo hagamos bien y de que sobresalgamos en algo.
Llevamos el apellido que mis abuelos le dieron a mi madre dado que mi padre murió unos 30 minutos antes de que yo naciera. Mamá dice que murió en un accidente de tránsito justo cuando iba conduciendo a toda carrera hacia el hospital para estar presente en el parto. Que no puso demasiada atención en el camino y termino estrellándose contra un camión. He visto algunas fotos de él y de mamá juntos, pero no son muchas.
Años después conoció a un tipo que parecía ser agradable y a mi madre le gustaba, así que decidió darle una oportunidad. Se acostaron como dos veces y aparentemente todo iba bien; hasta que mamá descubrió que estaba nuevamente embarazada. Al enterarse, el tipo este huyó y dijo que jamás nos quería volver a ver y negó ese bebé hasta el último momento en que lo vimos. Aparentemente salió del país y no encontramos ninguna manera de volver a contactarlo. Es Debby el fruto de esa "gran pasión y amor".
Por eso mamá conservó los apellidos que le dieron mis abuelos y luego nos lo otorgó a nosotras. Esa es la historia que mi mamá cuenta (y a decir verdad, la única que hay); aunque debo admitir que nunca he conocido ningún otro miembro de mi familia. Tíos, abuelos, primos... Nada.
A pesar de todo, creo que somos una gran familia y nos hemos sabido defender. Amo a mi mamá y a mi hermana y siempre las voy a proteger.
Me gusta mucho el patinaje sobre hielo y actualmente lo práctico; mi mamá también lo practicaba en su juventud, así que ella me apoya mucho en esto. Y también dibujo... hago muy bonitos dibujos aunque la mayoría de las veces sólo dibujo como un pasatiempo. El patinaje es más como una pasión.
Pero creo que en mi caso ambas cosas se complementan. Cuando patino siento que salgo de la realidad y me siento libre y a salvo cuando lo hago. Siento que todo se va, y que por un momento soy...bueno, normal.
Y luego, al dibujar, plasmo toda esa paz en el papel, creando muchas variedades de bocetos. Son cosas muy distintas y variadas pero todas me han ayudado a encontrar la serenidad.
Porque para ser sincera, ya estoy harta de mi inestabilidad. De que cuando menos me lo espere, ¡puf! Estoy en el suelo tratando de respirar. Quiero ser paz en todo momento. Quiero vivir mi vida sin que pasen cosas extrañas por largos lapsos de tiempo y al volver a la realidad no poder acordarme de nada. Dejar de alucinar. Que dejen de creer que estoy loca... aunque no sé para que me preocupo, si las mejores personas lo están.
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No subas al ático.
Mystery / ThrillerTodo parecía ser normal en la vida de Hannah West; tenía a su madre y su hermana menor, una mejor amiga y una vida promedio en el instituto y en la academia de patinaje. Aún así, ella sabe que hay algo mal en sí misma, todos lo saben, pero lo ignora...