Capitulo 35 VAMOS POR ELLOS

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Tanto la ama que está pagando con su vida ahora mismo, Nada más enterarse de lo que había sucedido, de lo que le habían hecho, no descansó hasta saber quiénes habían sido los culpables, casi se volvió loco cuando supo que su madre y hermano habían planeado todo, por fortuna fue lo suficientemente prudente como para no ir a enfrentarlos de inmediato o no estarían con vida en estos momentos. Pero eso no lo detuvo para averiguar quiénes habían sido los hombres que la atacaron. Supo de donde eran y fue a buscarlos. El siempre fue cuidadoso de no ir a meterse con los enemigos que aún le quedaban. Santiago se ganó su reputación de hombre duro en base a defenderse y no yendo a atacar a esa gente aunque se lo merecieran. Por eso era temido y respetado aún por sus enemigos más acérrimos, porque aunque eran gente mala y sin escrúpulos siempre respetó su espacio, sus bienes, y no se diga a su gente. Pero al enterarse de que esos hombres eran del grupo de Aureliano Montero un hombre sanguinario y sin escrúpulos que a pesar de todo sentía cierto temor y respeto por Santiago, de modo que cuando el fue a meterse en su territorio y le presentó cara exigiéndole le entregara a los tres hombres que la habían atacado, el accedió sin oponer resistencia.

***
Bruno recordó lo sucedido aquella tarde, Santiago estaba como loco, sus ojos reflejaban la furia y la impotencia que le causaba el no poder resolver esto a su manera y castigar a los que habían hecho daño a su querida esposa, temblaba de rabia de sólo pensar lo que le habían hecho pero se contenía porque sabía que al final de cuentas él no era mejor que ninguno de ellos, porque el, que debería haberla protegido había sido el primero en lastimarla. La había abandonado entregándoselas prácticamente en sus manos. Había cometido el peor error de su vida: no creerle y confiar en su madre, pero... ¿cómo no creer en su madre?, era su madre, la única que siempre había estado para él, la única que lo había amado sin condiciones, la única que había dado la cara por el ante su padre, ¿Cómo desconfiar de ella? Si hubiera sabido... si hubiera escuchado a Nicolás... si hubiera puesto atención a Damián, ellos no habían estado ciegos como el, pero él los había callado cuando intentaron advertirle. Ahora lo lamentaba y se arrepentía porque había perdido lo más valioso que alguna vez tuvo en su vida y lamentablemente ya no había marcha atrás. Ahora solo le quedaba ir por ellos y buscar justicia.

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Bruno sentía la tensión que había en el lugar. Podía ver al grupo de hombres armados apuntándole a Santiago y a él que permanecía a su lado. Apartados de ellos se encontraba un pequeño grupo de hombres que los acompañaban, y escondidos entre los árboles, se encontraba otro grupo que los cubría por si algo salía mal. La estrategia de Santiago era sencilla, él sabía que sus hombres estaban en total desventaja en contra de los hombres de Aureliano pero éste no lo sabía y la seguridad con la que actuaba Santiago hacía dudar más a Aureliano quien estaba convencido de que si no hacía lo que le pedía Santiago acabaría con él y con su gente, pero había un problema, esos tres hombres que Santiago exigía le entregara eran: ¿uno?, su mano derecha y los otros dos eran de sus hombres más cercanos. Así que pensando rápido decidió jugársela, al parecer Santiago no sabía quiénes eran pues no mencionó sus nombres, solo había pedido le entregara a los tres hombres que habían atacado a su esposa.
Cuando el entregó a esos tres jóvenes, Santiago inmediatamente supo que no eran los que el pedía. No dijo nada, los tomó y se los llevó consigo, saliendo de los dominios de Aureliano, quien satisfecho miró triunfante como Santiago y sus hombres se alejaban.

FUE MI ERROR. No. 1️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora