Capitulo 44 DESPEDIDA

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Elizabeth se sentía triste, Desde que despertó hacia tres dias, Santiago se negaba a verla. _¿Era tanta su aversión hacia ella que ni por cortesía permitía que entrara a su habitación?, eso le dolió, parecía como si trajera un puñal clavado en el corazón, pero... ¿qué esperaba?, desde la ultima vez que lo vió él se lo había dicho, no la buscaría más, además, había quedado claro que él no la amaba más y que cualquier contacto con ella significaba un sacrificio para él.
Las lágrimas rodaron por sus mejillas.
Ahora estaba ahí parada junto a su cama. Damián le había informado que dormía. Ella partiría esa tarde y quería verlo por ùltima vez claro, sin que él se diera cuenta. Quería respetar su decisión.
_Santiago -dijo colocando su mano sobre la suya. De inmediato un cúmulo de sensaciones la invadieron, pero no la apartó, ahora no traía guantes y al tacto se sentían tibias no heladas como en la úlima ocación. _Se que no me escuchas. -continuó. _pero quiero decirte que me da mucho gusto que por fin te estés recuperando, tu hijo te necesita...  <<y yo también>> -hubiera querido decir, pero no lo hizo. _Hoy regreso a su lado, le voy a dar muchos besitos de tu parte, se que si pudieras se los darías tú.
Por un largo rato se quedó miràndolo, en silencio, era un luchador, iba a salir de esta estaba segura.
_Adios Santiago, es la última vez que estoy aquí, creo que no volveremos a vernos -apretó ligeramente su mano, no querría despertarlo. _De todo corazón deseo que te recuperes y que todo salga bien. _soltó su mano, dió media vuelta y salió.

                      ***
Santiago tenía un sueño ligero cuando sintió que alguien tocaba su mano. Iba a abrir los ojos para ver de quién se trataba cuando escuchó su voz, era ella, solo ella podía causarle esas sensaciones con sólo un toque de su mano, quiso reaccionar pero se contuvo, ella empezó a hablar y el escuchó con atención, un nudo en su estómago empezó a formarse a medida que ella hablaba.
_No..., nada sadría bien si ella no estaba. -pensó al escuchar sus últimas palabras.
Por un momento pensó en detenerla pero no sería justo para ella, bastante daño le había causado ya. Se contuvo, permaneció inmóvil hasta que escuchó que la puerta se cerraba.
Se había ido... era el final, sintió que un abismo se abría a sus pies, no lo soportaría, no podía siquiera pensar en no volverla a ver, de nuevo empezó a sentir esa sensación tan conocida, ese dolor atravezando su brazo e instalandose en su pecho, esas ansias de respirar y no poder hacerlo, esa loza pesada que parecía aprisionar su  cuerpo, y ese sonido costante que empezaron a emitir los aparatos conectados a sus miembros. Quiso abrir los ojos pero tampoco le fué posible, los sentía con una pesadez tremenda. No podía más, se abandono a lo que viniera.

                         ***
Damián acababa de subir de despedir a Elizabeth y a Bruno que la llevaría hasta su destino. Estaba enojado con su hermano por su necedad. El estaba seguro de que ambos se amaban, él sabía que aún había esperanza para ambos. Cuando se acercaba a la habitación su corazón dió un vuelco al ver correr a medicos y enfermeras, el también corrió angustiado pero ya no le permitieron la entrada.
Despues de lárgos minutos que le parecieron horas médicos y enfermeras empezaron a retirarse uno por uno, al final el médico que atendía a Santiago se acercó a él y le informó que había sufrido un intento de infarto pero no había pasado a mayores.
_Su hermano es fuerte, creo que la va a librar. -comentó el médico. _No cualquiera recibe cinco disparos y sobrevive. -sonrió y se marchó dejándo a Damián mas tranquilo.
_No cabía duda, -pensó. _que alguien desde arriba lo cuidaba, en primer lugar de toda una carga de la pistóla solo cinco balas habían dado en el blanco, no sabía si el chico que disparó era muy mal tirador o los nervios del momento lo habían hecho fallar, luego estaba el hecho de que ninguna de las balas hubiera afectado algún órgano vital, aunque una había dado muy cerca del corazón y otra había dado en su cabeza, en la parte periférica sin dañar su cerebro o parte delicada de ésta, otra había dado en su brazo izquierdo por encima del codo, otra bala había lastimado su pierna izquierda y por último otra se había inernado en su abdómen, que milagrosamente no perforó sus intestinos.
No podía negarlo, Santiago era un milagro viviente.
Y aunque su recuperación estaba siendo muy lenta, ahora que había despertado del coma y no tenía ninguna repercusión, tenía muchas posibilidades de recuperarse casi al cien por ciento.

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El próximo capítulo se llama: "CAMBIOS"

FUE MI ERROR. No. 1️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora