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Esto lo he visto antes

Suena la alarma del reloj, la apago y me levanto de la cama. Voy directa al baño para darme una ducha fría.

Me visto con unos leggins negros ajustados a mi figura y un top deportivo de igual color con alguna línea blanca en la espalda. Me pongo mis guantes de cuero negro y sin dedos. Me hago una coleta alta, activo la pulsera de pulsaciones para que comience a medirlas.

Las calles de Puerto Plata están muy solitarias a primeras horas de la mañana. Son cerca de las siete y media, la luz del sol es notable aunque no sea con sus rayos.

Ahora voy por la arena de la playa, ya no corro, voy andando para así descansar un poco pero sin parar de moverme. Veo una roca, estaría bien sentarme un rato. Luego correré más. Me subo por atrás de la roca y me siento alante, lo cual mis pies quedan colgando en lo alto del mar.

Es extraño. Desde que llegué, mi cabeza no ha parado de doler, y lo peor es que cuando estoy sola, ya no duele apenas. Ayer me dolía, pero al llegar a mi casa, dejó de hacerlo. Nose si debería decirle esto a Rick, porque sé que me ayudará de alguna manera, pero también sé que me podría regañar por haber decidido irme a otra parte, lejos de él. Cierro mis ojos tumbandome en la roca, cruzando mis brazos atrás de mi cabeza. Si tan siquiera hubiera hecho caso, o simplemente no ir con él aunque... él me ayudó cuando la cárcel estaba en llamas.

-¿Pensando?- le escucho y pronto lo siento a mi lado.

-Pues si- digo como si nada.

-¿En qué?- sonrío.

-En la vida en general- escucho su risa.

Me incorporo para verle.

-A Jack le caíste bien- dice con una sonrisa.

-Es un buen chico- Brian asiente.

-Mia me dijo que tenías unas heridas pero que nunca viste- asiento -¿y cuando hay que curarlas?

-Rick lo hace mientras miro a otro lado- me encojo de hombros -aunque tendré que ir al médico, esta semana tengo que desinfectarla aunque él me prohibió que fuera al médico.

-¿Por qué? Si tienes una herida, tendrás que ir a que te la curen- me encojo de hombros.

-Ya lo sé, pero así me lo ordenó- él me mira algo triste -¿ocurre algo?

Niega.

-Es solo que... me recuerdas a mi hermana y en un principio, te confundí con ella- sonrío.

-¿Qué le ocurrió?- pregunto curiosa.

Suspira.

-Estuvo en la cárcel, pero esta se incendió y por lo visto murió, aunque tengo fe en que está viva- dice triste.

-¿Cómo era? A lo mejor la conozco- me mira extrañado.

-¿Estuviste en la cárcel?- me encojo de hombros.

-No recuerdo bien el por qué, pero sé que estuve allí y que se incendió, Rick estuvo allí para ayudarme- él asiente mirando el mar.

-Se llamaba Amelia O'conner- suspira con una sonrisa -tuvo una vida muy difícil, y aún así estuvo ahí cuando la llamé. Hasta puso su vida en peligro por mi y mis amigos, por ello fue a la cárcel. Lo hizo para que los demás estuviéramos viviendo una vida fuera. Hace dos años del accidente y... no hay noche que me culpe de su pérdida de memoria. Si hubiera estado ahí para ella... si hubiera corrido más con el coche...

Veo como está a punto de derrumbarse, paso mis brazos alrededor suyo para darle un abrazo, lo responde.

-La esperanza es lo último que se pierde, Brian- él ríe un poco.

Nos separamos.

-Gracias Jayah- sonrío.

-Y... Dom, ¿también pensó que era esa tal Amelia?- Brian asiente.

-A él le sentó peor saber que Amelia podría estar muerta, ella lo era todo para ambos- respira hondo -voy a practicar con el coche, quiero hacer un nuevo truco y pensaba si querrías acompañarme, eso si no le temes a la velocidad.

Sonrío de lado.

-Claro que no, es mi vida- él ríe.

...

-¿Estás seguro de lo que haces?- pregunto acomodándome en el asiento.

-Estoy acostumbrado- enciende el motor y hace gruñir su motor.

-No está mal para ser un Mitsubishi Eclipse- Brian sonríe.

Suelta el freno y el coche avanza a toda velocidad por la carretera abandonada. Cuando la velocidad llega a 100, Brian me mira. Río un poco.

-¿Qué haces?- le pregunto divertida, él solo sonríe -nos vamos a estrellar.

-No creo- dice sin más.

Veo como cambia de marcha y hace girar el volante de golpe, vamos marcha atrás. Sonrío. Brian ya deja de mirarme, para mirar de vez en cuando atrás.

-Es impresionante- digo sonriendo como una boba.

-¿Te gusta?

-Mucho.

"-¡Más rápido, más rápido!- grito con una sonrisa de boba.

-Algo mejor- responde para hacer el cambio de marcha y girar el volante, vamos marcha atrás.

-¡¿Cómo sabes hacer esto?!- Brian ríe.

-Cosas que se aprenden en la Autoescuela Brian O'conner- dice con una sonrisa de lado.

-¡Entonces yo también puedo hacerlo!- Brian ríe, pero asiente.

-Arreglaremos el coche de papá.

-¡Si!"

Respiro hondo.

-¿Estás bien?- pregunta él.

-Si, no es nada- le sonrío para que no se preocupe.

Esto lo he visto antes, vivido más que nada. ¿Por qué estoy sintiendo esto? Es tan familiar y a la vez, tan desconocido.

The Fate of the Furious 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora