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¿Quién es Amelia?

NARRA JAYAH.

-¿Qué haces?- salgo de debajo del coche, veo a Rick echado en el marco de la puerta.

-Arreglar los frenos del coche- digo limpiando el aceite de mis manos.

Se acerca para mirar el motor.

-¿Compraste la bujía? Porque veo la vieja y estropeada aún en tú motor- niego -¿cuándo piensas comprarla?

-Pensaba comprarla en Puerto Plata, ya que voy a ir allí unas semanas mientras te encargas de tus cosas- sonríe mientras me acerca a él sujetando mi cintura -no quiero ahora, Rick.

Me suelta.

-Como quieras, coge tu maleta y vete antes de que pierdas el barco- me da un beso en la frente -llámame si necesitas ayuda en algo.

-Me cuidaré bien, tranquilo- Rick sonríe para irse.

Suspiro cerrando el capó y con una patada, empujo el patín debajo de una mesa.

-Jayah, le traje sus maletas- miro la entrada, ahí está Lewis.

-Gracias Lewis, y te he dicho muchas veces que me trates como a una amiga- sonríe.

-La costumbre, que disfrute, osea, que disfrutes del viaje- río un poco, cojo la maleta y la guardo en el maletero junto con la mochila.

-Eso haré- me subo a mi coche -adiós amigo.

Arranco y avanzo por las carreteras.

(DOS DÍAS DESPUÉS)

Me bajo del coche, miro la casa. Rick se ha pasado con el regalo. Dejo las maletas a un lado de la puerta, salgo fuera y me subo de nuevo al coche para buscar un taller cercano. Mi coche no aguantará mucho con una bujía vieja.

Casi una hora y no encuentro un maldito taller donde me puedan arreglar el coche. De pronto dejo de oír el motor. El coche se para. Salgo fuera, el humo no tarda en mostrarse.

-Maldición- digo dando una patada a la rueda.

Paso mis manos por mi cabello rubio.

-¡Es aquí papá!- miro a mi derecha, veo a un hombre rubio y de ojos azules, siguiendo a un pequeño también rubio, aunque más oscuro.

Miro al edificio donde entran, sonrío. Un taller. Cierro la puerta del coche y camino al taller. Entro por el taller, hay dos chicos hablando. El rubio de antes y uno rapado al modo calvo.

-Lusy me dijo que ella está muerta, no encuentra nada de ella- dice el rubio.

El otro suspira.

-Sigue viva, la siento. Como si estuviera a mi lado- dice él.

Doy unos golpes en la chapa de la puerta del garaje, ambos me miran.

-Mi coche se averió, ¿podría alguien ayudarme?- pregunto con una sonrisa, ambos se me quedan mirando -afuera... ponía Taller Toretto.

The Fate of the Furious 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora