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¿Qué me pasa?

-¡Otra más! ¡Otra más!- grita alegre Jack saltando en la cama.

Río un poco.

-Jack, Jayah tendrá que irse a su casa. Alguien la estará esperando- veo a Mia entrar en la habitación y coger a Jack en brazos.

-Tranquila Mia, puedo cantarle otra canción. Lo único que me espera en casa, son unas maletas- ella sonríe.

-¡Mia! ¡Necesito tu ayuda!- escucho el grito de Brian.

-Voy abajo, ¿puedes encargarte de él?- sonrío.

-Claro, le cantaré otra canción- el pequeño grita contento.

Mia ríe y sale fuera. Tapo a Jack, quien solo espera ansioso mi nana.

-¿Me cantas la del coco?- sonrío acariciando su pelo rubio.

-Duermete...duermete...- le canto con voz dulce y suave -cierra los ojitos...para ir allí donde los sueños. Duerme mi niño, duerme ya... que si no viene el co..co... Y te... comerá... viaja por el sueño, viaja por las nubes....piensa en angelitos y mi niño....duerme ya...

Sin darme cuenta, tenía los ojos cerrados, al abrirlos veo a Jack dormido. Sonrío. Le doy un beso en la frente.

-Buenas noches, Jack- digo en un susurro.

Apago la luz de su habitación y bajo las escaleras, entro al salón, donde están todos. Brian y Mia me miran, le sonrío.

-¿Se durmió?- pregunta Mia.

Asiento.

-Ya no molestará más, hasta mañana- me abrazo a mi misma, soltando un suspiro -me iré a casa, así podré desmontar mi equipaje antes de dormir.

Brian se levanta.

-No, quédate un rato más. Dom irá después contigo y te ayudará- dice él, miro a Dom.

Está serio. Cierro mis ojos unos segundos. Los abro.

-Es muy tarde Brian, pero gracias- digo con una sonrisa amable.

-Jayah, hice la cena y va sobrar mucha comida. Come con nosotros, es lo mínimo que puedo hacer- dice Mia.

Suspiro.

-Está bien- digo rendida.

Mia sonríe alegre.

...

-Esto está muy bueno- digo para coger otra cucharada del caldo.

-Gracias, me gusta ver a alguien que me agradece el trabajo que hago en la cocina- dice ella cortando un trozo del pollo.

Brian se le queda mirando, río.

-¿Donde estás durmiendo?- pregunta Dom.

Dejo el vaso lleno de cerveza en la mesa.

-En una casa, de las afueras- me encojo de hombros -así es como lo quiso mi...

-¿Tu qué?- pregunta Brian.

Ahora que lo pienso ¿Qué somos Rick y yo? Novios, conocidos, casados... no, nada de eso.

-Mi... amigo, supongo- digo apenas en un susurro, aparto el plato -te ayudaré a limpiar esto.

Mia se levanta, coge su plato y el mío.

-Eres la invitada, yo recojo- dice Mia para irse a la cocina -¡Brian! ¡Ayúdame a preparar los cafés!

-No, yo no quiero, gracias- Brian pasa de mi y va a la cocina, suspiro para sentarme de nuevo en la mesa.

Todo me da vueltas, me duele la cabeza y solo quiero dormir. Esto hace tiempo que no me pasaba. No entiendo como es que vuelvo a sentirlo, Rick me prometió que no lo sentiría si acataba unas reglas, y hasta ahora las estoy cumpliendo.

-Eché un poco de helado, así está más bueno el café- dice Mia depositando la taza en la mesa.

Le sonrío agradecida. Muevo el café.

-¿Y cómo es que vienes aquí de vacaciones?
Me encojo de hombros.

-Nose, Rick me dijo que podía irme de vacaciones y por mi cabeza pasó Puerto Plata- sonrío -es un lugar tranquilo, y tiene muchas cosas.

-Si quieres, te lo podemos enseñar un poco- dice Mia con una sonrisa amable.

-No hace falta, ya lo veré yo misma- dejo la taza, algo bacía, en la mesa.

Mia intercambia miradas con Brian. Me mira y sonríe.

-¿Quieres tarta? Ha sobrado un poco del cumpleaños de Jack, seguro que le hubiera encantado que la probaras- Mia se levanta y se vuelve a perder en la cocina.

-¿Quien es Rick?- pregunta Brian.

-Pues... un amigo- digo como si nada.

Asienten los dos. Miro a Dom de reojo, está serio, mirando a la nada. Mia aparece con una tarta de chocolate, pero se trompieza torpemente y la tarta cae en mi camisa. Me levanto de golpe.

-Mi camiseta- digo en un susurro, es mi favorita porque siempre me hace sentir como en casa, me hace sentir segura y... ahora se mancha de chocolate, algo difícil de quitar.

-Oh, lo siento de veras. Ven, te llevo al baño y te busco algo- dice Mia subiendo las escaleras, voy detrás de ella.

Entro al lavabo, Mia me muestra las cosas que puedo usar para limpiarme. Asiento, ella sale para ir a por una camisa. Me quito la que está manchada, la dejo a un lado y cojo la esponja para limpiar un poco del chocolate que ha traspasado la camisa azul. Mia aparece con una camisa blanca.

-Esta es de mi hermano, espero que no te moleste- niego, ella mira mi brazo izquierdo -¿por qué tienes el antebrazo vendado?

Me pongo la camisa.

-Tengo una herida, solo que nunca la he visto- me mira sin creer -Rick me dijo que era mejor de no ver nada.

-¿Lo mismo con la muñeca derecha?- asiento -bien, ¿te vas ya?

-Creo que ya es hora- ella ríe.

-Espero verte más en el bar- dice con su sonrisa dulce.

-Claro, siempre que pueda- dicho esto, comienzo a bajar las escaleras.

Me despido de todos y me voy a mi coche. Quisiera desmontar el equipaje antes de dormir, así mañana no tendré que madrugar mucho.

The Fate of the Furious 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora