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OTRO NARRADOR.

Ya habían pasado dos meses y Amelia seguía sin despertar. El doctor habló con Brian y Dom. Tenían que quitar el oxígeno. Amelia está perfectamente, pero parece que no puede vivir sin la máquina de oxígeno.

Ahora, toda la familia está en casa de Brian en Cuba. Están pensando quien debe ir a apagar la máquina. Pero ninguno se atreve.

-No estoy preparado para esto- dice Brian en un susurro.

Mia, que está a su lado, le consuela.

-Nadie lo está, Brian. Nadie es capaz de apagar la máquina esa- dice Roman algo estresado.

Nadie quiere dejar marchar a Amelia, pero tampoco quieren dejarla ahí, en esa cama sufriendo. Un móvil comienza a sonar. Dom sale fuera para poder hablar con tranquilidad sin que nadie lo oiga.

-¿Dom? Tengo buenas noticias- dice Lusy una vez que Dom descuelga.

-¿Es sobre Dumitres?- pregunta él.

-Si, mi jefe ha dado vía libre. Un agente lo llevará en una hora a las afueras, un edificio abandonado- Dom sonríe de lado -te envío la dirección. Dale un tiro de mi parte.

-Sabes que yo no soy de disparar- dice Dom.

-Lo sé. Me planto delante y le miro a los ojos- Dom ríe -acuérdate de aquella vez que nos vimos, cuando O'conner estaba con el FBI.

-Te salvaste por la campana- se escucha una risa -peleaste bien.

-Si te digo la verdad, jamás encontré un delincuente como tú. Es lo que me hizo pensar un poco, no eras tan malo como mi jefe te describió. Por ello ayudo.

-Entonces me alegra haber peleado contigo- suspira.

-Dom, sobre Amelia... ¿Alguien se decidió?- pregunta Lusy.

-No- dice en un susurro.

-Podemos ir Hobbs y yo, si queréis. Tenemos una cosa que hacer allí, y podríamos pasarnos- Dom suspira.

-Hablaré con los demás, pero id de todas formas- dicho esto, cuelga.

Guarda su teléfono. Cierra sus ojos. No quiere hacerse la idea de una vida sin Amelia cuando le prometió que él sería parte de su futuro. Le duele, y mucho. Pero ella está sufriendo estando así, y no se perdonaría hacerle daño.

-Dom, ¿estás bien?- pregunta Mia algo preocupada.

Él la mira unos segundos, asiente. Respira hondo.

-Lusy irá al hospital- Dom se dirige fuera, donde está su coche aparcado.

-¿A dónde vas?- pregunta su hermana.

-Tengo un asunto pendiente que resolver- dice él sin más.

...

Lusy y Hobbs abren la puerta del edificio. Algunos enfermeros se quedan mirando, ellos solo miran al frente. Llegan a la habitación doscientos. Lusy abre la puerta, al entrar, Hobbs se queda ahí vigilando.

-¿Tienes la ropa?- Hobbs le da una bolsa negra, Lusy se queda mirando.

-¿Qué? No tenía otro lugar donde guardarla- ella suspira -venga y dale eso de una vez.

-Solo procura que no entre nadie- Lusy saca un bote negro de su bolso.

Coge el suero de la vara de hierro de la cama. Lo quita con cuidado, hinca el aguijón al bote negro.

-¿Qué se supone que está haciendo?- pregunta una enfermera.

-No se preocupe, sabemos lo que hacemos- dice Hobbs intentando en vano calmarla.

Lusy cuelga el bote en la vara y se aleja un poco. Las pulsaciones de Amelia comienzan a subir por lo tanto se escuchan pitidos seguidos del medidor de pulsaciones.

-Le ordeno que se quite o llamaré a seguridad- dice la mujer.

Lusy suspira. Se acerca donde Hobbs y la señora. Saca su cartilla y le enseña la placa.

-Agente 009 de la CIA y este de aquí es mi compañero, le pido amablemente que abandone esta sala y nos deje trabajar. Salvé una vez a esta chica y lo haré de nuevo- habla con seriedad pero con tranquilidad.

La enfermera duda, pero se va.

-Como va eso- ambos se giran para ver a Amelia.

Su color de piel, recupera su tono normal. Las pulsaciones son rápidas. Lusy se acerca algo nerviosa.

-¿Estás segura que ya se puede quitar?- pregunta Hobbs.

Lusy respira hondo. Asiente. Dirige sus manos a la mascarilla, se la quita despacio. La máquina de pulsaciones comienza a pitar indicando una bajada.

-Por favor, que funcione- dice ella en un susurro.

Hobbs se acerca y abraza a Lusy por la espalda.

-Respira, todo saldrá bien- dice él.

De buenas, todo cesa. Todo se queda en silencio. Amelia no se mueve, no respira. Las pulsaciones han dejado de notarse en la máquina. Lusy respira hondo.

Y entonces, se alza de golpe tosiendo.

The Fate of the Furious 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora