Negro y dorado

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Observo con atención el interior de mi armario. (¿Camisa o camiseta? ¿Pantalón claro u oscuro? ¿Por qué tiene que ser tan complicado vestirse para ir a la discoteca con los amigos?)

Lorima, mi mejor amiga de la infancia, entra para ver lo que estoy haciendo y suspira pesadamente cuando me ve solo en calzoncillos.

-¿En serio, Jacob? ¿Qué eres, una chica que necesita tres horas para prepararse?

-Es la primera vez que voy a una discoteca, no tengo ni idea de qué ponerme.

-Tienes suerte de que sea tu amiga.

Se acerca, me aparta de un empujón y empieza a rebuscar en mi armario. Yo, sin nada más que hacer, me siento en la cama. (Hace tiempo que aprendí por experiencia a apartarme de su camino cuando tiene una meta.)

-¿Cómo te fue con tu chico?

Escucho su resoplido.

-Se pasó la cita mirando a otras y al final quiso besarme. Por supuesto le golpeé y me fui enfadada.

-¿De verdad miró a otras cuando te tenía delante? Tenía que estar mal de la cabeza.

Por fin se acerca con una camisa de lino gris claro y unos pantalones oscuros. Una suave sonrisa estira sus labios. (Soy el único capaz de sacarle esa sonrisa. Al fin y al cabo somos amigos de la infancia.)

-Es una pérdida para las mujeres que seas gay. Eres el hombre perfecto.

-Me halagas, Lori.

Deja la ropa sobre la cama a mi lado.

-Oh, vamos, es en serio. Atractivo, inteligente, divertido... y además millonario. Lo que no entiendo es cómo no has ido a ninguna discoteca.

Empiezo a vestirme lentamente.

-Sabes que estuve en un internado desde los doce y cuando salí entré a trabajar en la empresa de mi padre. No he tenido tiempo para salir por las noches.

Termino de abrocharme los botones de la camisa y me miro al espejo. (Realmente me gusta mi aspecto. Ojos verde agua algo almendrados, cabello castaño claro corto y la piel pálida caracerística de los ingleses como yo.)

-¿Debería ponerme alguna cadena?

-¡Por supuesto! No vas a ir a una reunión con tus socios, solo vas a salir con tu vieja amiga.

-¿Cuál?

-La plateada. Y quizas la pulsera de cuero.

Me acerco a la caja donde guardo mis joyas y saco la cadena y la pulsera. Cuando termino me permito observar el vestuario de Lorima. Unos pantalones ajustados negros y una blusa de satén azul junto a unas botas hasta las rodillas con altos tacones de aguja. (Nunca entenderé cómo puede caminar con eso sin caerse.)

-¿Te has puesto colonia?

Estiro el brazo para coger la que Lori me regaló en las Navidades pasadas que está en uno de los estantes junto al espejo cuando recuerdo que todavía no sé a qué tipo de discoteca vamos.

-¿Lori? ¿A dónde vamos?

-Es una discoteca para personas famosas. El dueño tiene una política de privacidad: te dan una máscara y un nombre al entrar y no puedes decir tu verdadero nombre en el interior.

(Todo eso me suena...)

-¿Estás hablando de esa discoteca? ¿El Omega? Si no tienes el contacto adecuado no consigues entrada.

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