Bandos Opuestos

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—¡Traidor!—Me grita Saurom.—Sabía que nunca debimos haber confiado en ti.

—Hago lo correcto.—Le respondo y miro a Uxellodunon.—Ya cumplí mi parte del trato... cumple la tuya.

Uxellodunon me mira y luego se vuelve hacia los skouro, ellos asienten y Uxellodunon alza su mano derecha.

—Déjenlos ir.—Ordena él y yo contemplo a Malevolencia en las manos de Uxellodunon.

Los SPHA-T comienzan a descender hacia el campo para llevarse a los centuriones y los skouro les ordenan a sus tropas que se dirijan hacia el campamento de Gobanno y estos obedecen.

Los clarividentes y altos generales me lanzan una última fría mirada y suben a un par de SPHA-T personalizados para los altos generales, Lyn se queda en la rampa de uno de ellos y luego me mira.

—¿Aphelion?—Me llama con un nudo en la garganta.—¿Por qué... haces esto?

—Vete ya.—Le ordeno y ella niega mientras una lágrima se resbala por la mejilla.

—No lo entiendo.—Insiste.

—Lyn.—Llama Elthum y ella lo voltea a ver.—Ya vámonos.

Lyn obedece y termina de subir la rampa, ésta se levanta para cerrar la cabina de transporte del SPHA-T y las dos naves se elevan para dejar el planeta.

Los skouro se dan la vuelta y a excepción de Uxellodunon, todos se dirigen hacia el campamento.

—Por cierto...—Suelta Uxellodunon.

—¿Qué sucede?—Le pregunto y él mira la espada.

—Esto es tuyo.—Me responde entregándome a Malevolencia.

—Pensaba que la ibas a enterrar en donde nadie la fuera a encontrar.—Le digo.

—No pienso hacerlo.—Me responde.—Tengo planes especiales para ustedes dos. Medita y piensa todo lo que necesites... después, encuéntranos en la tienda del consejo de guerra de Gobanno.

Uxellodunon se dispone a irse y yo cierro los ojos mientras me arrodillo.

—Uxellodunon.—Lo llamo y él voltea.

—¿Qué es lo que necesitas, Aphelion?—Me pregunta.

—Tienes que prometerme que ninguno de ustedes va a lastimar a Lyn.—Le digo.—Física o mentalmente, no quiero que le hagan nada.

—Tienes mi palabra.—Me dice y se va.

Contemplo el mar de cadáveres que llena el valle desde hace rato y miro hacia arriba.

—No lo entenderían.—Murmuro y me dirijo hacia el campamento, algunos zabijak y ztracze intercambian historias con los soldados de Uxellodunon y de Tulianum, otros entrenan y otros simplemente duermen o meditan.

Veo algunos soldados rodeando fogatas y a otros caminando por el campamento, diviso la carpa del consejo de guerra de Gobanno y me dirijo hacia ella. Al entrar me encuentro con la sala casi vacía y con los skouro esperándome.

—Me preguntaba cuando llegarías.—Me dice Sacrapos con los brazos cruzados.—Bonita espada, ¿puedo saber en dónde está la otra?

—Perdida entre el mar de cadáveres que rodea al campamento.—Le respondo.—¿Cómo sobreviviste a Opeth?

—Nunca estuve en el punto de supremacía.—Me responde.—Ese de ahí no era más que uno de mis generales.

—Impresionante.—Le digo.—Muy buen movimiento.

Renacer #6 - Los Actos De Las LeyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora