Los guardianes comienzan a tomar sus posiciones en las ballestas de la fortaleza y los arcones se colocan al frente del ejército para proteger a las tropas de Uxellodunon y de Tulianum mientras se protegen con sus escudos para no caer muertos.
Uxellodunon, Tulianum y yo nos mantenemos al frente del ejército y algunos guardianes intentan centrar el fuego en nosotros, yo me elevo hacia el pasillo en el que están los guardianes protegiéndome con mis alas y con ellas en alto, corto los cascos de dos de ellos antes de descender al pasillo, los dos guardianes quedan tirados recargándose en la pared y los otros ocho me miran con sus espadas en alto.
—¿Qué están esperando?—Les pregunto.
Los guardianes comienzan a correr hacia mí y el primero en llegar alza su espada, le suelto un codazo y clavo a Malevolencia en su abdomen y con Benevolencia paro el ataque de un segundo guardián a mis espaldas, saco a Malevolencia del abdomen del primer guardián y lo pateo para poder frenar a los otros tres que vienen atrás de él, corto el pecho del segundo guardián dibujando una diagonal a través de su armadura y éste cae de boca a mis pies.
Un tercer guardián se dirige hacia mí y yo corto la mitad de su cuello con mi ala derecha, al cuarto le clavo a Benevolencia en el hombro derecho y bajo la espada hasta el lado izquierdo de su pelvis, doy media vuelta para decapitar al quinto guardián y Uxellodunon aparece aplastando la cabeza del sexto entre sus dedos, al séptimo lo pateo y él cae boca arriba, clavo mis dos espadas en sus hombros y Uxellodunon clava una enorme hacha de doble hoja en su pecho, Tulianum agarra al último por el cuello con su mano derecha y con la izquierda agarra sus pantorrillas, lo azota contra una de sus rodillas y lo avienta fuera de las murallas.
—Caballeros.—Los llamo y ellos me miran.—Tardaron más de lo que esperaba.
—Mira que gracioso.—Me responde Tulianum y camina hacia Uxellodunon.
—Tu amigo Elthum es un problema interesante.—Me dice Uxellodunon.
—¿Sigue con vida?—Le pregunto y él asiente.
—Por ahora, pero si no lo asesinas pronto, lo haré yo mismo.
—Sé lo que hago, Uxellodunon.—Los arcones y los guardianes comienzan a llenar el patio principal de la fortaleza y Elthum aparece asesinando a todo arcón que se le pone en frente.—Ya te tengo.
Desciendo en picada hacia uno de los generales que Elthum tiene al lado y clavo a Benevolencia en su cuello, me levanto y veo a Elthum a dos metros de mí en posición de defensa.
—Sabía que ibas a hacer esto.—Me dice.—Ahora debo saber... ¿eras un espía? ¿O solo un traidor?
Elthum se abalanza hacia mí y me patea el pecho, yo caigo de rodillas y miro al suelo, después alzo la mirada hacia Elthum y me levanto.
—Eso no te incumbe.—Le respondo y me impulso con mis alas para clavar mis dos espadas en sus hombros, las hojas de mis espadas también se clavan en la pared de atrás de Elthum y su sangre dorada comienza a salir lentamente.
—No lo vas a hacer.—Me desafía.—Te hace falta el valor para asesinarme.
Clavo mis dos claymore en las orillas de su cintura y él suelta un grito de dolor.
—¿Cómo estás tan seguro?—Le pregunto y clavo mi montante abajo de su ombligo.
—Amas demasiado a mi hermana como para quitarle a un ser querido más.—Me responde.
—Tal vez no.—Murmuro y doy un par de pasos hacia atrás, lo miro y él baja su cabeza de tan poca fuerza que le queda mientras yo cruzo mis brazos.—Porque si sigues, te juro que te voy a asesinar.
—Creo que también amas demasiado a tu hijo como para quitarle a su tío.—Me responde y alza ligeramente su mirada.
—¿Qué estás insinuando?—Le pregunto.
—He detectado una débil presencia dentro de Lyn...—Me responde.—No me interesa si ella ya lo sabe o no... pero sé que tu sangre corre por dentro de ese descendiente que está por llegar.
—Suficiente.—Le digo y me acerco a él, saco mis dos pugios de sus fundas y los clavo entre sus hombros y la parte baja de su cuello.
—La sangre de un clarividente muerto corriendo por las venas de dos de sus descendientes.—Suelta Elthum mientras comienza a ceder.—¿Quién diría que eso iba a ser posible?
—¡He dicho que es suficiente!—Le grito y clavo mis dos estiletes a los costados de su garganta, dejándolo muerto y Uxellodunon se acerca a mí.
—¿Por qué tienes esas dos zweihänder ahí si no las vas a usar?—Me pregunta.
—Dejen ir a los guardianes.—Ordeno.—Los aplastaremos junto a los últimos centuriones como las ratas que son.
Uxellodunon asiente y se vuelve hacia sus tropas.
—¿Algo más?—Me pregunta Tulianum y yo decapito a Elthum cruzando las dos zweihänder.
—Mándenle este regalo a la alta general Lyn.—Respondo y le entrego la cabeza a Tulianum, que la mira con repugnancia y aparta su cabeza.—Vámonos de aquí... ya es de noche.
Tulianum le entrega la cabeza de Elthum a uno de sus supresores y luego me mira.
—¿Por qué habría que irnos?—Me pregunta.—Hay que quedarnos aquí.
—No conoces a los centuriones como yo.—Le respondo y miro al supresor.—Envuelve la cabeza y déjala en las puertas de la fortaleza de las fanias.
—Sí, señor.—Me responde y se va mientras yo me vuelvo hacia Tulianum.
—Prepara a tus tropas.—Le ordeno.—Nos vamos.
—Van a recuperar su terreno.—Protesta Tulianum.
—No lo van a hacer.—Le respondo.
—Nos vamos a quedar aquí y no vas a protestar acerca de eso.—Me ordena Uxellodunon.
—Pero...
—No está a discusión.—Me interrumpe y se va junto a Tulianum.
—Imbéciles.—Murmuro y comienzo a recoger mis armas dejando caer el cuerpo de Elthum, lo recojo y me lo llevo hacia una tienda, los siento en una esquina y me acuesto en la cama, dispuesto a dormir.
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Renacer #6 - Los Actos De Las Leyendas
AksiAphelion ha traicionado a la orden para salvar a sus hermanos de armas, pero lo ha conseguido a un alto precio: acaba de perder la confianza de sus compañeros.