Durante años yo era una pequeña ladrona que fingió ser miembro de la sociedad. Pero esto... Esto es nuevo. Ya he terminado de fingir. Esta gata va a ser una reina. Reina de los ladrones. Reina de la delincuencia. Reina de toda la ciudad ¡Y nada ni n...
Tenemos cambio de personaje, Lili Reinhart será Margo:)
* Narrador omnisciente *
- ¡Felicia! ¿Te has perdido?.- le pregunto la pelirroja, dió un vistazo a quien era su acompañante, Margo.- y tú... ¿Qué haces aquí?
- ¿Qué más podría estar haciendo en el gimnasio, en las audiciones para porrista? Tal vez, solo quiero prepararte un rico pastel.- le regaló una falsa sonrisa.
- ¿Así que ahora eres amiga de ella?.- le preguntó a Felicia miéntras apuntaba a Margo con insignificancia.
- Así es.- dijo con un gesto de despreocupación, realmente estaba iniciándose una guerra.
- Una lástima, me caías bien.- MJ le sonrío por última vez con sinceridad.- ¡Muy bien chicas!.- camino al centro de la cancha de baloncesto y hablo para todas.- Este año los requisitos son más estrictos, toda aquella que pesen más de 60 kilos, que le valla bien.- algunas chicas se retiraron sin más, Margo estaba por irse cuando Felicia la freno sujetándola del brazo.
- ¿Qué haces?.- dijo devolviéndola a su sitio.
- 62 kilos.
- 58.- le dijo para que mintiera.
- Pero eso no es cierto.
- Un buen laxante y una dieta te ayudará, solo relajate.- aunque Margo no estaba muy segura de aquello, se quedó en su sitio sin decir más.
Las audiciones continuaron, ambas eran buenas en ello pero Felicia lo era el triple, todo aquello que aprendió en sus peores momentos le daba frutos ahora, se movía como una diosa y su elasticidad era increíble, eso molestaba a MJ.
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- ¡Me complace decirles que, todas ustedes han sido aceptadas!.- le anunció a las 8 chicas presentes.- En una semana tendremos sus uniformes, mañana será nuestro primer ensayo y les tomaremos medidas, usaremos el uniforme deportivo para entrenar y ya saben, Felicidades.
El gimnasio se desslojaba de apoco, MJ Camino con deslumbre hasta Margo, quien recogía sus cosas y las guardaba en su mochila.
- ¿Estás segura que son 58?.- se refería a su peso.
- Por supuesto.- afirmó natural.
La observó de pies a cabeza al menos un par de veces, le sonrió, fue más como si se burlara de ella y se giro para irse y dejarla ahí, con el coraje invadiendola. Sus puños bien cerrados, lo único que esa chica deseaba era poder hacerle sentir a MJ un poco de todo el sufrimiento que le hizo pasar los últimos años.
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