CAPÍTULO 8

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Narra Felicia.
Sábado, bendito sábado.
No tenía muchos planes más que quedarme en casa  tal vez dar un paseo de noche, ya saben buscar a mi arañita.
Pensé que sería buena idea pasar una tarde de chicas y así poder hablar sobre la cita de Margo.
Acepto sin problemas y en 40 minutos ya estaba tocando mi puerta.
Llego a casa más sonriente de lo normal y con dos bolsas de comida rápida.

- ¿Entonces el te gusta?.- dije mordiendo mi hamburguesa sentada en la isla de la cocina junto a Margo.

- Me agrada, es decir si me gusta pero no estoy enamorada.

- No entendí.

- Me gusta físicamente y tiene una forma muy dulce de ser, aparentemente.

- Sigo sin entender. ¿Le darás la oportunidad de conquistarte?

- Bueno, si el lo desea yo lo permitiré.

- Entonces deja de darle vueltas u admite que te gusta.- dije dando otro mordisco.

- Aún hay algo que no me tiene muy segura, es amigo de Mary Jane.

- Cierto, el primer día que me senté con ellos en el comedor el estaba ahí. Despreocúpate, estoy segura que lo vas a atrapar.

- ¿Qué hay de Peter?- dijo y casi me atragantó con el refresco.

- Bueno... El es alguien agradable.- me reincorpore.

- ¿Qué tal juega baloncesto?.- dijo subiendo y bajando las cejas.

- El, el es bueno.

- ¿Solo bueno?.- su mirada pícara me ponía muy MUY nerviosa.

- ¡Tiene Novia! Aparte, solo está siendo amable, ya sabes, la chica nueva.- dije señalandome a mi misma.

- Claro.- dijo con los ojos entrecerrados.

- Odio que haga eso.- dije lanzándole una servilleta hecha bolita y me puse de pie para empezar a ordenar la cocina.

- ¡¿Hacer que?!

- Eso.

- ¿Eso que?.- me detuve y la observé con una ceja en alto.- De acuerdo, si te molesta no hablaré más del tema.

- Porfavor.

Mientras enjuagaba los trastes me puse a pensar en sus palabras, sentía empatía por Peter pero no de la que Margo insinúa.
El resto de la tarde la pasamos en mi habitación, acostadas haciendo esas cosas que supongo las chicas hacen, maquillarno, pintarnos las uñas y cantar muy alto, nunca había tenido una amiga así que supongo esto es lo que todas hacen, y me sentía bien, hacer algo que me llenaba de una forma diferente a como me llenaban las artes marciales, era diferente no se como explicarlo.

- ¿Dónde dices que trabaja tu padre?.- dijo mientras observaba mis repisas y lo que había sobre ellas.

- Negocios internacionales.- dije  buscando un buen canal en la tv.

- ¿Y dónde está ahora?.

- No lo sé, en Vancouver supongo.

- ¿Porque no hay habitación para el?.- dijo mientras veía un perfume entre sus manos.

- Casi nunca está y un departamento con solo una habitación es más económico. Cuando viene renta una habitación de hotel.- improvise.

Asintió despreocupada y continuó usmeando entre mis pertenencias.

- ¡Mira! Se parece a flofi.- dijo e intentó mover el gatito negro que oculta mi secreto.

- ¡MARGO NO!.- grité y me puse de pie de un brinco pero fue muy tarde, las puertas se abrieron de a poco, Margo dió unos pasos hacia atrás y quedó a la par mía, sus ojos estaban tan abiertos que temía salieran de su lugar, cuando las puertas estaban completamente abiertas se giro lentamente en mi dirección.

- No es lo que parece.- dije agitando mis manos.

- ¡ERES LA JODIA GATA BLANCA!

- N-no... Yo no...

- ¿Tú no?... ¡Tengo tu disfraz enfrente!

- ¡Es lo que usare en halloween!

- ¡ESTAMOS A JULIO!.- fui a ella y le tape la boca con cuidado.

- Muy bien, escucha. Nadie puede saberlo, si alguien se entera de esto voy a asesinarte y no estoy bromeando, estoy hablando en serio. ¿De acuerdo?.- ella asintió con euforia para después quitar mi mano de su boca, guardo la calma unos minutos y después grito mientras daba saltitos.

- ¡Soy amiga de la gata negra! No puedo creerlo, esto es tan emocionante, ¿Me dejas probarmelo?.- Reí por su emoción y asentí.
Unos minutos después tenía a mi amiga en un entallado traje y con el cabello gris bailando sensualmente.
Ambas estallabamos de risa por las cosas que ella hacía.
El sol comenzó a ocultarse y la acompañe a la puerta pues era hora de irse.

- Oye, de verdad agradezco mucho que tengas la confianza para decirme tu secreto.- dijo parada en el umbral de la puerta.

- Yo no te lo dije, tu lo descubriste.

- Y te prometo que no se lo diré a nadie, apreció vivir.- dijo ignorando mi comentario.- y... Supongo que esto fortalece nuestra amistad.- dijo sincera.

- Lo hace.- afirmé con una sonrisa. Antes que pudiera hacer algo me dió un abrazo, nunca la había abrazado, en realidad no doy  muchos abrazos pero me gusta sentir que alguien quiere hacerlo y que lo hace con sinceridad.
Camino por el pasillo y subió al ascensor.
Si tuviera que contarle mi secreto a alguien sería a Margo porque (aparte que no conozco mucha gente) se que puedo confiar en ella, no tengo miedo de que lo sepa, incluso creo que me alegra.

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Corto pero progresivo, esta semana es muy pesada por mis trabajos finales pero de el viernes en delante seré libre para ustedes, las adoro❤

Dangerous womanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora