/04/¿TEMOR A LA SOLEDAD?

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CAPÍTULO 4:
¿TEMOR A LA SOLEDAD?

HANSSEL

Nos encontrábamos en medio de un bosque, sentía que llevábamos horas caminando.

Desde que entramos sentí como mi energía fue desapareciendo poco a poco, como si me la arrebataran. Estaba cansado, tenía sed, mucha sed y mis piernas ya no aguantaban, la neblina no dejaba ver nada y el camino estaba lleno de baches, piedras y ramas por lo que tropezaba con frecuencia. Hubo un momento en donde no pude más; el cansancio y la sed fueron más fuertes por lo que acabe en el piso, trate con todas mis fuerzas de levantarme, pero no pude.

—¿Y ahora qué? —dijo al ver que no me levantaba.

—Paremos un rato por favor, no puedo caminar y tengo mucha sed. —ella me miro molesta.

—No me importa, levántate.

—Por favor, no puedo seguir.

—¡Qué te levantes! —gritó, quise escupirla por gritarme, si hubiese tenido, aunque sea un poco de energía le hubiese dicho algo al menos, pero no era así.

Traté de levantarme solo para darme cuenta de que las piernas me dolían más si era posible, tuve que intentarlo varias veces hasta que pude levantarme, pero solo eso conseguí, al tratar de dar el primer paso fui directo al suelo de nuevo, volví a intentarlo, pero ya no pude.
Ella parecía haber perdido el interés en mí.

No sé qué miraba ya que la niebla no me permitía ver, solo podía verla a ella, era como si ni siquiera la niebla se atreviera a rozarle.

Me miro nuevamente e hizo una mueca de fastidio, era claro que estaba estorbando en sus planes.

Me percaté de que sus intenciones eran irse, ni siquiera tuve tiempo de asombrarme, porque ni una mirada por más insignificante que pudiera ser me dedicó.

—¿Qué es lo que deseas realmente? ¿Qué más quieres? ¿Por qué haces todo esto? ¿Si no querías estar cerca de mí para que hacer un contrato? Yo siempre te estaré agradecido por salvar a mi hermana, y estoy dispuesto a pagar lo que sea necesario, haré la que me pidas mientras pueda hacerlo, pero...

—Cuando deseé algo de ti te lo haré saber, mientras tanto no te involucres en asuntos que no te corresponden, aprende cuál es tu lugar, no es que no quiera estar cerca de ti, solo no me interesa —después de decir eso se fue, dejándome atrás y dejando atrás, junto con mis esperanzas de mejorar nuestra relación y lo peor es que no puedo negar que siento tristeza por este hecho, no soy bueno lidiando con el odio de las personas, porque eso es lo que ella me da a entender, que siente un fuerte odio hacia mí, y no me siento merecedor de ese odio; yo solo le pedí salvar la vida de alguien muy valioso para mí, y si eso me hace merecedor del odio de alguien entonces me merezco el odio del mundo, porque no estoy ni estaré arrepentido.

Estoy consciente de que solo han pasado alrededor de 10 minutos, pero mientras más tiempo transcurre más grande se hace el miedo en mí, los recuerdos hacen mella en mí y no dejan de atormentarme.

Ese día mí madre había decidido llevarme al parque, para esos años mi hermana ni siquiera había nacido. Pase un largo rato jugando en las atracciones del parque, supongo que en algún momento mi madre se descuidó, no la culpo, es algo que a cualquiera podría pasarle, pero, aun así, a veces deseaba que no hubiese sido así, podríamos habernos ahorrado un mal momento, aunque sea estúpido lamentarse por lo que no pasó, la vida es un sinfín de errores que siempre desencadenan una serie de sucesos.

En algún momento terminé por alejarme de donde estaba y por consecuencia de mi madre, por lo que cuando quise volver a donde ella, ya no sabía en donde estaba. Cuando me vi solo, las ganas de llorar se apoderaron de mí. Vi una banca y decidí sentarme en ella para luego poner mi cuerpo en posición fetal como si eso pudiera protegerme de todo.

CONTRATO CON UNA BRUJADonde viven las historias. Descúbrelo ahora