treinta y nueve.

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Las ojeras se hacían presentes en mi rostro, resultado del insomnio que tuve en toda la noche. A penas pude tomar un baño y cambiarme, ni siquiera me preocupé en desayunar ya que sólo me importaba en encontrarme con Calum y echar todas las cartas sobre la mesa.

Al bajar al comedor mi madre se sorprendió por mi aspecto, como así también de que no estaba preparada para ir a la Universidad, por lo tanto le aclaré que no iría, tenía mis asuntos. No me pidió explicaciones,aún, posiblemente a la noche,en la cena,  me haga una sesión de preguntas con respecto al tema a aclarar con Calum.

Até mi cabello en una cola de caballo e inicié mi camino hacia la casa del moreno. En éste mi cabeza explotaba de dudas, de querer de una buena vez estar bien con la persona que quería y que nunca salió de mi corazón, ni de mis pensamientos,pero si de mi vida, por un tiempo.

Toqué timbre y esperé a que alguien de la familia Hood atienda. Malí,sorprendida,me recibió con un abrazo seguido por un "felicidades", ¿otra persona más que piensa eso? Estupendo. Pasé al interior de la casa y tomé asiento. 

  — Emm Malí, ¿por qué el "felicidades"?—pregunté haciéndome la tonta.

  — Por tu embarazo Lou, ¿por qué va a ser? — río.

  — Pero...no estoy embarazada. 

Pero ¿cómo?, Calum me dijo que estabas embarazada.

  — ¿De dónde sacó eso? 

  — Por lo que me dijo él los escuchó a sus amigos, o algo así. 

  — Por eso mismo vine, necesito aclararle las cosas.— suspiré.

Pero él no se encuentra.

  — Oh, bueno. Vendré cuando vuelva de trabajar por la tarde.

  — No Lourdes, no está. Se fue de Sydney. 

  — ¿Qué? 

  — Necesitaba despejarse de todo y todos, según él. Hace media hora tomó el avión

  — Pero...¿cómo? ¿dónde se fue? Malí, necesito que me digas, por favor, necesito hablar con él. 

  —  Wellington,Nueva Zelanda. No sé cuándo vuelve, no nos quiso decir.

Todo cada vez era más confuso, más imposible. Intenté llamarlo, pero seguía sin contestar, los mensajes ni los leía, definitivamente se estaba aislando de todo y todos, justamente como él había dicho. Si podría me iría con él, pero tenía que entenderlo, no era su mejor momento, como así también no era el mío.

Los días seguían pasando y yo no pisaba la Universidad ni el suelo de la calle. Sabrina me contenía mientras entre lágrimas me la pasaba bajo mis sábanas,con los únicos ánimos de tomar helado. En todos estos días que pasaron le conté todo lo que había pasado, desde mi falso embarazo hasta la declaración de amor de Jack. Todo era un caos y nada aclarado, era un rompecabezas con las piezas dispersas por doquier. 

Mi amiga prácticamente me obligaba a comer,pero mi estómago permanecía cerrado y al final ella se comía la cena. Todo esto tendría que ser al revés, yo tendría que estar conteniendo a Sabri debido a sus estados de ánimos que cambian cada dos por tres, yo tendría que hacerle la comida, pero nada es así. 

Ashton me mandó un mensaje diciendo que si no comed te dará una patada en el trasero.—comentó mientras miraba la pantalla de su celular.

Dile que me haga el favor y me teletransporte a Nueva Zelanda.

Vamos Lou, no creo que se quede ahí toda su vida. Acá tiene a su familia,amigos, el trabajo y te tiene a ti.

verdad o reto || cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora