cuarenta y cinco

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Lourdes

-Calum basta.-Suelto con la voz entre cortada.

-Mmm, no. Te ves bien bonita así roja como tomate cherry.

Calum no paraba de hacerme cosquillas y, a decir verdad, no podía respirar.

-Calum no puedo respirar.

-Recién no te quejaste cuando tenías a mi amigo en tu boca.

Si antes era un tomate ahora lo era el triple. Las cosquillas cesaron y volvió a acostarse a mi lado acariciando mi mejilla izquierda.

-Qué quieres desayunar, amor?- Preguntó el moreno.

-Lo mismo de siempre, café con leche y tostadas con queso de tofu.

-Vuelvo enseguida, de paso le daré los buenos días a tu madre.

Calum salió de la habitación y yo quedé mirando el techo, hasta que recordé algo y me senté de golpe. Salí de la cama como un rayo y me dirigí hacia mi cajonera para agarrar el blíster de las pastillas anticonceptivas.

-Mierda.- Susurré al ver que no había tomado la pastilla correspondiente del día anterior, por ende tenía que tomar dos pastillas. Apreté el blíster y tomé las dos pastillas para luego ingerirlas en mi boca.

Recordé que ayer por la tarde Calum terminó adentro y hoy, hace menos de una hora, también. A esto le sumamos que no hace mucho comencé a tomar las pastillas, lo cual comienza a preocuparme y mucho.

Calum llegó con el desayuno en una bandeja de madera con una sonrisa de oreja a oreja, amaba traerme el desayuno a la cama.
Comenzamos a desayunar mientras él hablaba y hablaba y yo no emitía sonido alguno.

-¿Está muy feo el café?- Pregunta Calum al notarme callada y ver que no he tomado casi nada de café.

-No, está delicioso.

-¿Entonces qué pasa? Mira, si es por lo de Jack, amor ya lo hablamos...- lo interrumpo.

-No, no es eso. Por cierto, hoy voy a ir a visitarlo y ver qué va a pasar con su pierna.

-Entonces...

El teléfono de Calum sonó y atendió no sin antes decirme "Después hablaremos de esto".
Comí media tostada sin muchos ánimos mientras miraba los gestos de Calum, al parecer es una buena noticia.
Finalizó la llamada y me miró con los ojos brillosos.

-Mi papá ha regresado a Sydney.

El padre de Calum, David, era un hombre de negocios y siempre estaba en las afueras de la ciudad, muy pocas veces estaba aquí con su familia, pero cuando él lo estaba, Calum lo aprovechaba al máximo.

-Quiero que lo conozcas, ahora eres mi novia y tengo que presentarte ante él como tal.

-Si, me encantaría.

-¿Te parece si esta noche cenamos con mi familia? Lo único es que lo acompaña su mejor amigo de negocios, vino con él del viaje y tiene que arreglar unos asuntos aquí en Sydney y le pidió ayuda a mi familia.

-No hay problema, voy a estar encantada en conocerlo.- Le contesté mientras tomaba su mano. Sabía lo importante que era esto para Calum y no quería que nada opacara esto, por ende, no le iba a contar lo de las pastillas. Tampoco lo iba a hacer ya que no hay nada confirmado y sería muy feo ilusionarlo con un hijo como lo hizo Lisa en su momento.

verdad o reto || cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora