𝐜𝐚𝐦𝐫𝐞𝐧 / one shots

Una manzana?

- Yo siempre he pensado que la mejor manera de expresar amor a una persona tan especial como tú... - dijo la morena mientras le sonreía de forma coqueta y tomaba su manos cariñosamente- es regalarle un manzana - concluyo Camila mientras besa uno a uno cada dedo de las manos de su novia y observaba la mirada confusa de ésta.

- Una manzana? – dijo confundida - Cómo es eso? – preguntó ladeando la cabeza la pálida chica, logrando que la morena sonriera ante la reacción ingenua y tierna de su novia.

- Alguna vez has tenido la suerte de comer una?- preguntó de forma pausada, a la vez que dibujaba garabatos imaginarios en la palma de la otra de forma nerviosa.

- Claro, sobre todo las rojas. Son mi favoritas – dijo sencillamente la ojiverde con una sonrisa confundida, acariciando la suave y tersa piel morena de su chica.

- Pues, aparte de que tienen un sabor dulce y fresco – sonrió tímidamente en el cuello de Lauren para que no la observara - siempre se ha dicho que la manzana fue prohibida rotundamente por sea quien sea Dios, y que Adán por amor a Eva la comió gustosamente – dijo con cierta vergüenza y casi en un susurro la chica del lazo.

La pálida miró los ojos de su novia intensamente, buscando la interpretación correcta a sus palabras, tratando de descifrar lo que significaba ese mensaje, pero no lograba hacerlo ; lo que más le gustaba de aquella Camila era que siempre la sorprendía día a día y que nunca se encontraba con una jornada monótona y aburrida, ya que la morena reaccionaba fuera del patrón normal, lo que le encantaba encarecidamente, pero en estos momentos deseaba con todo su corazón poder leer la loca mente de la otra, pero al saber que no podía hacerlo, la alentó a seguir la idea con pequeños besos en su rostro.

- Por lo tanto,- se animó la morena a seguir luego de disfrutar los besos regalados - al regalar una manzana a la persona que amas, es decirle de forma indirecta que es tan grande el amor que le tienes, que no te importa el qué dirán – dijo rápidamente y levantando la mirada, que se encontraba perdida en el suelo observando los ojos más hermosos que había visto – es expresar que te importa una mierda el paraíso si no estás con esa persona hasta el final de los días – rió suavemente, contagiando a la otra, que se encontraba anonadada ante la reflexión, ciertamente hermosa, de su novia

Luego de un tiempo donde Lauren procesaba la información y lograba unir cabos en su dura cabeza, ésta dijo de forma segura – Te regalaré una manzana cada día del año, hasta la eternidad entonces – sonrío a la vez que tomaba la cintura de su novia, acercándola un poco más hasta que sus labios se rozaron suavemente.

– El paraíso se encuentra donde tú estás – murmuró sobre los labios rosa de la morena, haciendo que ésta se mordiera su labio inferior y rodeara con ambos brazos el cuello de la ojiverde – me dejarías seguir disfrutando juntas de él? – preguntó mirándola a los ojos, dejando que todos sus sentimientos fluyeran sin máscaras. Como respuesta a la interrogativa la morena acercó sus labios completamente, fundiendo su respuesta y su amor en un beso cargado de sensaciones. Éstas al embriagarse de deseo lograron que el beso cada vez se tornara más exigente, consiguiendo que ambas comenzarán a perder el aire y lucharan contra esto y el control del beso. Sin poder resistirlo las dos chicas se separaron levemente, tocando frente con frente y respiración con respiración. Juntas en armonía y con los ojos cerrados sintiendo el suave sonido y aroma de la otra.

- Te amo tanto - dijo Lauren en un susurro, mientras acariciaba el rostro de su inocente novia con adoración.

Ambas abrieron sus ojos aguados por la emoción y se miraron con amor.

- Yo también te amo – respondió la morena sonriendo emocionada ante lo feliz que se sentía.