— ¿Alguna vez consideraste lo nuestro? — sus manos se abrazaban mutuamente. Relamió sus labios una y otra vez, esperando respuesta de la ojiverde. No había expresión alguna en su rostro y eso la ponía más nerviosa.
— Da igual, ¿sabes? — Expulsó el humo inclinando ligeramente su cabeza mientras encogía sus hombros. Era su tercer cigarro — . En este punto ya no hay vuelta atrás, pasaron las cosas y ahora estamos aquí.
Pocos metros a su derecha una chica vomitaba, su sistema sacando hasta el último rastro de alcohol. Detrás de ella, sus amigas intentando controlar la situación.
—¿Recuerdas la primera borrachera que tuviste? —La ojiverde rió levemente. Volvió a dar una calada al cigarro —. Fue lo más gracioso del mundo.
—Para mí no lo fue —La castaña colocó una media sonrisa ante el recuerdo —, pasé la mitad de la noche vomitando.
—Oh vamos, no fue para tanto. Hiciste muchas cosas divertidas.
Inclinó su cabeza, abrió su garganta y dejó pasar la bebida fácilmente. Cerró un poco los ojos, su tráquea ardiendo; volvió su mirada a la gente a su alrededor, tiró el vaso eufóricamente y soltó un grito victorioso secundado por la multitud. Había perdido ya la cuenta de los tragos que le habían pasado. Estaba risueña y decía cosas al azar.
—¿Cuántas llevas, Camz? —Tomó su cintura y la ayudó a mantenerse de pie, su tambaleo constante le hacía creer que en cualquier momento caería contra el piso.
La morena volteó a verla con los ojos entrecerrados y colocó una gran sonrisa al ver a la ojiverde. Alzó sus dedos aleatoriamente y comenzó a reír. Intentó reflexionar encontrándose riendo cada dos segundos.
—Lo he pillado. Ya has tomado bastante —Rió levemente contemplando a la menor en estado de ebriedad.
—Han terminado las clases e iremos a la universidad —Su boca alargando las palabras haciéndolas apenas entendibles —. Merezco celebrarlo, Lolo.
—¿Lolo? —Rió la mayor —. No me llamas así desde la secundaria.
—Lo sé, ¿por qué dejé de hacerlo? Suena bonito. Lolo. Loooolooo —Rió para sí misma.
—No sé, Camz —Le dedicó una sonrisa—. Venga, necesitas tomar algo de aire.
Tomó a Camila por la cintura y ambas se abrieron paso entre la gente hasta la salida. El escalón de la entrada apareció repentinamente ante la menor provocando que esta cayera sobre su cara contra el duro pavimento. La ojiverde de inmediato se agachó para voltear a su alcoholizada amiga.
—Mierda, Camz, ¿estás bien?
La morena solo reía, el golpe no le había causado más que una gran gracia. Nunca había estado tan ebria al nivel de ya no sentir dolor físico alguno.
—No siento nada —Se acomodó quedando sentada. La risa volvió —. Literalmente me estampé en el piso y estoy como si nada.
—Yo no diría eso —Señaló la frente de la menor. Un gran chichón se había formado. Camila sintió el bulto recién formado en su frente y comenzó a reír.
—Vaya que me dolerá mañana —bufó.
Lentamente ambas se pusieron de pie y se dirigieron a unos bancos cerca del lugar de festejo.
Lauren solo se dedicaba a ver a la chica a su lado, pensando en todo lo que quería decirle, todo lo que quería expresar antes de que ambas partieran a sus respectivas universidades. ¿Qué le diría si se entera de sus sentimientos? La mayor no quería correr el riesgo de perder a la persona más valiosa en su vida. ¿Sería correspondida? La menor habiéndole mandado señales anteriormente, aumentando su ilusión, aumentando su amor.
—¿Qué piensas, Lolo? —Su voz y su aliento evidenciando su estado —. Estás muy callada. Callada. Caaaaallaaaaaadaaaa... —Rió —. Es una palabra chistosa.
—No lo es, Camz —Rió por lo bajo —. Estás demasiado ebria —Colocó un mechón de cabello detrás de la oreja de la menor.
—Solo un poco —Enfatizó utilizando sus dedos —. A decir verdad, creo que ya está pasando —Lauren le dió una mirada incrédula y ambas rieron —. Tienes razón, estoy muy ebria.
Lauren sacó su cajetilla de cigarros y comenzó a fumar como ya era su costumbre. Comenzaron a hablar, reír y recordar viejos tiempos. Camila añadía comentarios graciosos a cada anécdota provocando incontrolables risas en Lauren. La ojivere consumía y aprovechaba el momento a lado de aquella chica que tanto quería.
Camila se dediaca a ver el movimiento constante de los labios de la mayor. Tenía tantas ganas de besarla. Quería sentirlos. Demonios, Camila, solo dile que la quieres, pensaba. Había decidido tomar descontroladamente aquella noche para confesarse ante su amiga, ante esos perfectos ojos verdes, creyó que el alcohol le otorgaría el valor de poder expresarse; consiguió todo lo contrario. Su temor al rechazo creciendo a cada segundo. Las señales que mandó no fueron respondidas, Lauren actuó naturalmente ante ellos haciendo creer a la menor que no había sentimientos correspondidos.
—Entremos por otro trago.
—Camz, creo que ya has tenido suficiente por una noche.
—Naaah —Sonrió —. Solo me he caído una vez.
—¿Acaso esperas terminar en el hospital? —preguntó divertida ante la actitud novata de Camila.
—No es para tanto, Lolo. Solo digo que aún es temprano y queda mucha diversión por delante.
Ambas se adentraron a la casa uniéndose a los diferentes juegos y retos. Pronto la ebriedad de Camila aumentó magistralmente. Reía, bailaba, cantaba y hacía chistes sin motivo aparente. Su personalidad cohibida y a veces tímida totalmente acaparada en ese momento. La gente vitoreaba con cada trago que consumía, el festejo por el fin de curso siendo festejado por todos los recién graduados.
Pasaron dos horas. Camila y Lauren no se habían separado ni un instante. Hacían pareja para los juegos y ambas se secundaban en sus divertidas y estúpidas ocurrencias.
—Mieeeeerdaaaa, tengo que ir al baño —anunció Camila provocando la risa de todos a su alrededor.
—Vamos —Lauren la tomó de la cintura y la guió hasta el baño.
—Espera, no vas a entrar conmigo —Camila detuvo a Lauren colocando una mano en su pecho.
—Camz, estás estúpidamente ebria, no voy a dejarte sola para que te estampes en todos lados.
—No voy a caerme —Se paró recta tambaleándose inmediatamente. Ambas rieron —. Vale, pero no mires.
Se adentraron al baño y la tambaleante Camila cayó sobre su trasero provocando su incesante risa. La ojiverde la ayudó a levantarse y la colocó frente al W.C. Camila volvió a caer dándose un tope en la cabeza.
—Ok, en definitiva no te soltaré desde ahora —La mayor se colocó de cuclillas intentando levantar a la menor.
—No, espera —reclamó Camila.
Ya no visualizaba. Su vista se había tornado borrosa y su estómago se quejaba. Lo sentía venir. Antes de que pudiera girarse al W.C., vomito salió de su boca involuntariamente cayendo a un lado de ella. Rápidamente, la ojiverde guió a su amiga al excusado mientras agarraba su cabello. El vómito de Camila no cesaba. Todo el alcohol consumido siento expulsado.
—Mierda, que asco —Se quejó antes de volver su cara al W.C.
—Es tu primera borrachera y aguantaste bastante, era justo que tu cuerpo sacara todo aquello —dijo sobando tiernamente la espalda de Camila.
Algunos minutos pasaron antes de que la menor se estabilizara. Enjuagó su cara y limpió el desastre que había provocado, impidiendo que Lauren la ayudase. No quería que la mayor tuviera que lidiar con los resultados de su ebriedad.
—¿Te sientes mejor?
—Mucho mejor —Se sentó a un lado de la ojiverde recargando su cabeza en su hombro —. Gracias por cuidar de mí, Lolo.
—No me agradezcas, Camz.
El frío comenzaba a hacerse presente. La ojiverde sacó otro cigarro mientras la menor frotaba sus manos intentando generar algún tipo de calor.
—Aquella noche dijiste que me querías —dijo mirando al pavimento debajo de sus pies.
—Y después de eso no volviste a hablarme hasta el día que te fuiste solo para despedirte —Soltó el humo.
—No supe qué hacer, nunca me había enamorado de nadie. Todo era tan nuevo para mí y me dio miedo —Levemente alzó la mirada. La ojiverde veía algún punto fijo frente a ella mientras fumaba.
—Da igual, supongo que tenía que pasar. Nos fuimos, hicimos nuestra vida. Estamos bien.
No era cierto. No había pasado día en que no se pensaran mutuamente. Se extrañaban en la lejanía y constantemente se preguntaban del qué hubiera sido. Si se hubieran dado la oportunidad las cosas serían tan diferentes...
Se quedaron en silencio. No había más que decir, se habían resignado. Lauren queriendo que Camila pelease por ella y Camila de alguna forma aceptando que Lauren nunca sería suya.
Sonó la puerta, alguien había salido.
—Amor, ¿podemos irnos? Estoy demasiado cansada.
La ojiverde y la menor se pusieron de pie. El aire soplando contra sus rostros agitando su cabello.
—Supongo que volveré adentro con los demás.
—De acuerdo, me despide de ellos.
Se vieron por un leve instante. Simplemente querían decirse lo mucho que se amaban.
—Fue un gusto, Camila —La novia de dos años de Lauren se despidió.
—Igualmente, Sandra.
—Adiós, Camz —Se acercó la ojiverde y tomó en sus brazos a la chica que siempre había amado. Su último abrazo.
—Adios, Lolo —le dijo al oído y la sostuvo por un rato.
Se apartaron. Lauren tomó la mano de Sandra y ambas se alejaron por la calle. Camila vio a la mayor hasta que la distancia la hizo invisible. Ya no quedaba más. Se adentro al bar y se reunió de nuevo con sus viejos amigos de la preparatoria.-
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𝐜𝐚𝐦𝐫𝐞𝐧 / one shots
Krótkie Opowiadaniaalgunos de los os contienen alto material explícito, si eres sensible con este tema no te recomiendo esta historia. [+18] ninguno de los os que verán en el libro son de mi autoría, todos son sacados de tumblr u otra página web,todos los derechos a s...