BRING HIM BACK ༄ MARVEL

•CAPÍTULO 12•

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•CAPÍTULO 12•

VERDADES

PARTE 2

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Base de los Vengadores, Nueva York

María hizo que todos los Vengadores se reunieran de emergencia. Steve sabía que posiblemente estén todos metidos en un lio gordo, debido a que vio como algunos mutantes, que antes había conocido, llegaron.

Storm saludó cordialmente a todos los presentes al igual que las otras dos personas también. Jean ayudaba al profesor, acomodándolo en la mesa de reuniones donde se sentarían todos. Ella estaba nerviosa y sabía que todos a su alrededor también.

Luchaba internamente para no leer los pensamientos de los allí presentes, pero se estaba volviendo un trabajo bastante difícil. Todos estaban demasiado alterados y nerviosos.

—Quiero agradecerles a todos por venir y muy especialmente a nuestros invitados. Sabemos que están ocupados y por eso apreciamos el que hayan podido venir de improvisto y tan rápido —María habló hacia todos.

—Gracias por contactarnos, sabemos que si estamos aquí es porque debemos discutir un problema que nos concierne a todos —el profesor habló pausadamente.

Todos supieron que él tenía razón y que había algún problema que requería la solución de todos los presentes o al menos, como él dijo, que lo discutieran entre todos.

—Creo que todos tienen asuntos aquí. Como creo que en ambos lugares se habló del tema, los Maximoff no son unos alterados como pensábamos, e incluso como ellos creían —comenzó a decir.

—Espera María, ¿creían? ¿en pasado? —Steve levantó una ceja con bastante confusión.

—A eso voy, Capitán. Pietro robó mi tarjeta para ingresar a la computadora y al parecer buscó información sobre ellos —suspiró—. Saben que no han sido un experimento de HYDRA.

Todos los no mutantes hicieron unas caras confusas y de disgusto.

Se estaban dando cuenta, uno a uno, que Pietro había regresado con más problemas de los que ellos creían.

—Nosotros sabemos quién es su padre biológico —Jean dijo luego de mirar a los demás mutantes.

Nadie en la sala se atrevió a decir nada, esperando a que ellos continuaran. Así Charles lo hizo, él era quien primero supo la historia y el que la mantenía en secreto, tanto secreto que había veces que le dolía pensar en Erik, en sus niños y en las personas que se los habían llevado.

—Quizá lo conozcan, es un mutante llamado Erik Lehnsherr, mejor conocido como Magneto. Fue acusado y sentenciado a cadena perpetua luego de matar a John F. Kennedy —el profesor explicó—. Es uno de los más peligrosos y grandes mutantes que hay. Actualmente su paradero es desconocido —siguió diciendo.

Nuevamente el silencio se hizo presente antes de que Sam decidiera hablar.

—Entonces, ¿es algo primordial que ellos no sepan quién es su padre? —preguntó un poco confundido.

Charles asintió.

Había una posibilidad bastante alta que Magento estuviera cerca de allí, le trataban de seguir la pista como podían, aunque sin encontrar nada contundente.

Lo que si podían saber es que él estaba reclutando mutantes malvados, sólo les faltaba saber el por qué y detenerlo, de nada bueno se trataba.

—Erik lidera la hermandad de mutantes diabólicos, está, actualmente, reclutando mutantes jóvenes o quien esté dispuesto a seguirlo —Jean les explicó a las personas que no sabían.

—Probablemente haya una guerra entre mutantes —Steve habló analizando lo que ella había dicho.

Los mutantes se miraron entre sí, Charles asintió dándoles la oportunidad de contarles eso que pensaban, era momento que lo supieran y sepan a lo que se podrían enfrentar.

—Me temo, capitán, que la guerra será contra los humanos y no específicamente contra los otros mutantes —Storm le explicó.

—Así que estamos en una preguerra —observó Clint. Storm asintió—. Genial, simplemente genial —dijo con sarcasmo—. Ya mismo deberíamos buscarlos y evitar que conozcan a ese tipo maniático —se levantó de inmediato.

Una ráfaga azul brillante atravesó toda la habitación, los Maximoff habían vuelto. Todos miraron la dirección en donde Wanda y Pietro se pararon para ver a todos los allí presentes.

La mirada de Pietro era algo que ninguno allí había conocido antes, la de Wanda mostraba verdadero enfado, ninguno de sus amigos sabía realmente por qué y si era contra ellos o sólo por las verdades que ya asumían que ella conocía.

Cada uno de ellos rogaba porque no hayan escuchado nada de lo antes habían hablado.

—Por favor —Wanda habló con su acento—. Continúen, queremos saber de lo que estaban hablando.