BRING HIM BACK ༄ MARVEL

•CAPÍTULO 15•

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•CAPÍTULO 15•

ENCUENTROS 

FAMILIARES 

POCO ESPERADOS 

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Montrose Point State Forest, Nueva York, Estados Unidos.

Pietro estaba de pie junto con su hermana en un bosque, la tarde estaba cayendo. Ellos se encontraban esperando a Magneto. Habían sido contactados por él a través de uno de sus más "leales hermanos", como el hombre se había descrito a sí mismo.

Los hermanos estaban nerviosos, no sabían lo que le dirían a aquel hombre o si él sabría de la existencia de ellos. Había posibilidades de ambas opciones, ellos querían inclinarse más en que él no supiera. Pero Magneto si sabía, había incluso tratado de matarlos en el pasado.

Pensó bastante, Erik, si debería matarlos o si quizá sea mejor escucharlos y ver que podía conseguir de ellos. Quería creer que eran poderosos y que con ambos a su lado podrían ganar la batalla que se estaba avecinando.

Eso era lo único que Erik quería. Ganar la batalla. No le importaban ni sus hijos, ni aquellos a los que llamaba "hermanos". Simplemente se centraba en sus intereses utilizando a los demás para poder lograr sus objetivos. Cínico y calculador. Así era y así trabajaba. Tampoco era que le importara mucho si alguien notaba aquello, no buscaba ocultarlo.

Wanda y Pietro sintieron ruidos en el bosque donde se encontraban. Wanda tomó su mano, pero Pietro simplemente la soltó. No sentía que debía hacer aquello. Eso decepcionó un poco a Wanda, pero quería creer que su hermandad no había cambiado, que los sentimientos que tenían el uno por el otro no habían cambiado desde que él murió hasta que fue revivido.

Pudieron ver a un hombre mayor llegar con un caso seguido por una mujer azul además de varias personas más. Todas atrás del primer hombre, ellos supusieron de quien se trataba.

Ninguno dijo nada, aguantaban la respiración como si tuvieran miedo. Sin embargo, en cierto modo lo tenían. Era bastante intimidante la mirada y la forma en la que caminaba Magneto. Ahora entendían lo que todos decían sobre él. No transmitía confianza. Aunque ellos confiarían en él.

—Buenas tardes, lamentamos la tardanza, soy Magneto, ¿ustedes son? —su voz era incluso más intimidante.

Él también poseía un acento que no era estadounidense, pero ninguno de los gemelos pudo identificar de dónde era.

—Soy Wanda y él es mi hermano Pietro —la chica fue la primera en hablar.

Pietro se limitó a asentir a las palabras de ella. No sabía que más podía decir. Era muy desconfiado de los demás como para querer darles alguna ventaja, sólo se limitaba a escuchar y pensar en posibles vías de escape de ser necesarias.

—He oído que me buscaban, al igual que muchos. ¿Por qué es diferente con ustedes? —él preguntó.

Ciertamente buscaba una respuesta por parte de ellos. No le iba a conceder el deseo a Charles de dejarse atrapar tan fácilmente, pero supo que aquello niños habían escapado de las instalaciones donde estaban.

Él tenía informantes por doquier, incluso en la gran mansión de Xavier, él tenía algún que otro topo infiltrado de estudiante allí.

—Somos tus hijos —Pietro trató de sonar duro pero no logró lo que él esperaba—. Queremos unirnos a ti —se apresuró a la pregunta que Erik haría luego.

Una sonrisa se esbozó en su rostro y miró a Raven.

—¿No te dije que serían adorables? —murmuró a ella antes de volver a mirar a los gemelos con una sonrisa en su rostro.

Iba a tener a dos poderosos mutantes de su lado, unos a los cuales ni siquiera tuvo que llenar de falsas promesas para que se unieran a su lado, a la causa por lo que lucharían.

[...]

—América basta, deja de hacer eso —Logan habló mirándola severamente.

Estaban volviendo de su ida a la instalación de los Vengadores y América no había parado de suspirar tristemente.

—No es tu culpa que no hayas podido ver nada, no funciona de esa manera y lo sabes —siguió hablando—, no es como si pudieras controlarlo.

Ella asintió y por primera vez en los veinte minutos dentro del auto miró a Logan. Trataba de no suspirar triste, sabía que él ya se estaba irritando por eso, aunque, como él dijo, le era inevitable no sentirse así.

—Lo sé. Es sólo que buscaba ayudar y no he hecho nada que no hubieran hecho antes —trató de no suspirar.

Estaba desanimada. Esto le había caído como un balde de agua fría. Quería ser útil, querer ayudar con todo este problema, pero no había hecho nada que les fuera de ventaja a ellos.

—Te lo repito, no es tu culpa. Al menos lo has intentado —él se encogió de hombros.

—Tu lo dices porque nunca te pasó algo así —murmuró bajo ella.

Se hizo una bolita en el auto, buscando así protegerse, aunque no sabía de qué. Quería sentirse protegida, pero esa mala sensación seguía llenándola.

—¿Crees que no? —Logan respondió—. Me ha pasado muchas veces, eso de decepcionar personas al no hacer lo que ellos quieren. Conozco esa sensación mejor que tú —dijo algo duro.

Aunque eso hizo que al menos América se sintiera un poco mejor. Sabía que Logan era alguien bastante único y complicado, de seguro había decepcionado más de una vez al profesor Xavier o a cualquiera de los X-Men, pero al parecer ellos seguían intentado con Logan.

Pensar aquello también le dio cierto alivio. Si no era hoy quizá fuera mañana. Además, no es como si decirles algo importante hubiera hecho a América más especial.

No la invitarían a unirse a los Vengadores ni nada por el estilo. Tampoco sucedería con los X-Men. Ella se preparaba para controlar sus poderes y lo antes posible seguir sus estudios en la universidad para en un futuro tener un trabajo y una vida.

No tenía mucha idea que quería estudiar, pero sabía que aquí no conseguiría nada. Otros compañeros de ella podrían quizá formar parte de ese equipo, tenían poderes sensacionales y que los ayudarían en una batalla.

Pero ¿qué hay de América?

Ella no tenía nada que la ayudara en una batalla, no sabía defenderse tampoco cuerpo a cuerpo como para formar parte de los Vengadores si quiera. Ellos eran humanos ya sea mejorados o con trajes y artilugios que los hacían mejores.

La chica tampoco tenía nada de eso. Su instancia en la escuela de Xavier es simplemente para que pueda manejar sus poderes y no poner en peligro a nadie ni tampoco a ella misma.

Pero no le faltaba demasiado para terminar, ¿y luego qué? Esa era una pregunta que estaba carcomiendo su mente últimamente.

Muchos ya estaban hablando sobre la graduación y la fiesta que tendría lugar al final de curso. Eso era algo que hacía algunos años habían implementado, queriendo así que la escuela fuera, en lo posible, lo más parecido a una normal. Además, era una instancia divertida para los estudiantes, ya que muchos tenían ciertas deformaciones físicas que no les permitirían salir a lugares con personas no mutantes, al menos así podrían sentirse más a gusto.

Aunque ella podía ver el futuro en algunas ocasiones, su propio futuro era incierto. Lo único que debería saber es que una gran batalla se está formando, pero lamentablemente no lo sabía aún.