La voz siniestra

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MULTIMEDIA: TED- ¿A dónde vas?- le pregunté a Connie desde un sillón junto a la chimenea. La pasada noche me pasé haciendo deberes hasta tan tarde que me quedé dormida en aquel sillón con un libro en la cara.

- Me voy a biblioteca con Willy a estudiar, ¿quieres venir?- me preguntó mientras se peinaba.- Prometo que sólo estudiaremos.

- Mejor no.- contesté desperezándome.- No me fío de tu palabra... Además estoy algo cansada.

- Está bien. ¿Irás al Gran Comedor al menos para almorzar, verdad?- dijo acercándose a mí para darme un abrazo.

- Eso no lo dudes.- le sonreí y correspondí el abrazo.- Pásalo bien.

Ella embozó una sonrisa nerviosa y se fue bastante rápido. Volví a caer sobre el sillón y cerré los ojos. Algo me sobresaltó, y cuando abrí los ojos vi la cara de Ted mirando fijamente la mía con tono divertido.

- ¡Me has asustado!- le dije y me incorporé.

- Todavía es por la mañana.- me dijo tranquilamente.- No es muy recomendable que grites si no quieres que las chicas de esta casa te hagan pedazos.

- No digas bobadas...- me levanté y miré por la ventana.

- No lo son, créeme, si no tienen su sueño reparador de princesa rosa con purpurina... Son fieras.- dijo bajando un poco el tono de voz.- Deberías hacerme caso, ya lo he probado...

Yo lo miré extrañada. A saber lo que hacía para que las chicas se le abalanzasen... Pero no de la forma en la que todos piensan. Así que, recordad niños, cuando un chico dice que las chicas se le abalanzan, se refiere a que hace tanto ruido que las chicas lo quieren matar. (Aprende con Ámbar ;3)

- ¿Te has quedado trabajando casi toda la noche?- dijo Ted asomándose también por la ventana, esa mañana tenía el pelo de color rojo intenso.- Menuda fuerza de voluntad...

- No es para tanto, al final me quedé dormida...- suspiré.

Ted no pudo contener la risa y se tumbó en el suelo con lágrimas en los ojos a causa de las carcajadas. Yo lo miré mal, "no hay quien comprenda a Ted" pensé. Ese chico me resultaba extraño, era divertido pero tenía un aire raro. Supongo que después de su arrolladora personalidad destacaba su habilidad de metamorfomago.  Su hermana era completamente distinta, era estudiosa, inteligente, formal, responsable, ingeniosa, elegante, paciente, puntual... Era la cara opuesta a su hermano. Pero había algo que me resultaba más extraño aún... Si Vicky era de Ravenclaw, ¿qué hacía ella en la clase del profesor Snape con los de Gryffindor y Slytherin?

- Vamos, no me mires así, que me haces sentir mal...- con un rápido movimiento me acorraló en una pared y puso cara de cachorrito.- En realidad no, eres muy adorable cuando te enfadas. Me gusta...

- ¡¿Qué haces?!- intenté alejarme, bastante sonrojada.

- No lo sé...- se acercó a mi oído y sonrió.- ¿Qué quieres hacer tú?

- ¡Que te apartes, eso es lo que quiero!- le dije bastante molesta y nerviosa. Aun así el no se movía.

- ¿Quieres jugar un partido de quidditch?- me preguntó de repente y sonrió de manera burlona.- Eso es lo que quiero hacer yo. ¿Qué querrías hacer tú, atrevida?

- Quidditch, está bien... -dije, pero me di cuenta de lo último que había dicho.- ¿Crees que es fácil pensar cuando me tienes acorralada y a menos de 4 centímetros?

- Debe ser horroroso tenerme a menos de 4 centímetros...- se alejó de mí y empezó a caminar hacia el campo de quidditch.

- ¡Espera!- grité y salí por el hueco del retrato.- ¡No vayas tan rápido!

- ¿Y tú te haces llamar jugadora de quidditch? No estás muy en forma que digamos...-me miró sonriente. Le encantaba fastidiarme.

- ¡Adiós, guapo!- gritó con una voz chillona la Señora Gorda saludando como quien saluda a su ídolo.

- Adiós, muñeca. Luego nos vemos.- y con un guiño y un beso al aire siguió caminando.- No te tomes a mal ese gesto. La pobre está bastante sola.

- Que buena persona...- le dije sarcásicamente y avancé hacia el campo de quidditch.- Lo único que consigues es que se haga ilusiones.

- No creo que me pida compromiso ni nada por el estilo...- supuso Ted.- Es un cuadro, y todos incluida ella lo sabemos.

- Si tú lo dices...- suspiré y seguí avanzando.- Pero no pienso ser su pañuelo de lágrimas si la rechazas. Además, ya sabes como se puso la última vez, le pidió una cita a Junkey Makonsky y éste le rechazó. ¿Sabes lo que pasó? Ella se enfadó tanto que no lo dejó pasar en 3 semanas...

- Lo sé, todos están al tanto de eso. Se hizo viral por todo Hogwarts.- dijo y se puso las manos en la cara a causa del sol.

En cuanto llegamos al campo de Quidditch fuimos a recoger las escobas para poder jugar, pero, antes de que nosotros pasásemos, oímos una voz bastante familiar. Ted iba más atento y me tiró hacia él para poder esconderme mientras Umbridge seguía hablando. La situación era bastante rara, pero me sentía cómoda. Él y yo pegados el uno contra el otro en una pared en completo silencio, con Ted abrazándome por la cintura para que no moviese ni un músculo. Menos mal que él no lo oyó, pero mi corazón estaba a mil por hora y amenazaba con salir.

Escuchamos atentamente lo que decía nuestra directora a alguien a quien no conseguíamos reconocer, pero su voz era terriblemente escalofriante.

- ¿Cómo va el plan, Dolores?- dijo la voz susurrando. Y pude reconocer de qué me sonaba aquella voz. La había oído una noche a principios de curso, también hablaba con Umbridge sobre algún plan, creía recordar.

- Magnífico, Señor...- dijo ella con un tono cariñoso.- Pronto volverá a gobernar Hogwarts.

- ¿Qué hay de Minerva? ¿Has acabado ya con ella?- preguntó impaciente.

- No, aún no, Señor...- respondió Umbridge con un tono "arrepentido".- Es bastante complicado asesinar a una profesora dentro de Hogwarts, yo sola no podré...

- Tranquila, Dolores...- susurró.- Tienes mi perdón... Enviaré a algunos de mis mejores mortífagos al colegio para que la ayuden con su sencillo trabajo. Ellos pasarán inadvertidos haciéndose pasar por padres de algunos alumnos.

- Gracias, mi Señor... Es tan generoso...- dijo la cara/sapo con tono halagador.

- Lo sé, Dolores, lo sé...- dijo él con bastante seguridad.- Bien, no me hagas esperar más y ve a realizar ese favor...

Harry Potter (Generación Inventada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora