Harry Potter (Generación Inventada)

Te quiero

Al día siguiente, en cuanto me desperté, le comuniqué a Connie lo sucedido en la cabaña de Hagrid. Y rápidamente convocamos una reunión en la Sala de los Menesteres para los miembros del Segundo Ejército de Dumbledore, o más abreviado: el SED.

La reunión se haría por la tarde-noche, ya que las clases eran por la mañana y parte de la tarde. Se lo comunicamos primero a los alumnos de Gryffindor que formaban parte de aquello. Luego, aprovechando que teníamos Defensa Contra las Artes Oscuras se los dijimos a los de Slytherin. Y por último, en la clase de Pociones, a los de Ravenclaw.

— Chicos, tengo un problema...—anunció Ted al terminar la clase de DCAO— Vicky y yo no podemos ir a la reunión del SED porque nos ha surgido un compromiso. ¿Podréis contárnoslo mañana?

— Está bien, no hay problema Ted.— le dije sonriendo.

— ¿Qué clase de compromiso?— quiso saber Whinkey, nos sorprendimos porque había salido de la nada.

— La verdad, no te importa...— dijo fríamente. Pero en cuanto se dio cuenta de que yo le seguía escuchando, se corrigió.— Quiero decir, que es un asunto personalmente fraternal...

— Tranquilo, Whinkey.— lo tranquilizó Connie, poniéndole una mano en el hombro.— Sé que te importa mucho el tema del SED, pero no pasa nada, podemos contárselo mañana.

— Sí, está bien...— dijo Whinkey. Dando por hecho que lo que le importaba era el SED, y no Vicky.— Voy a la biblioteca...

— Pero, ¿no vas a comer?— le pregunté extrañada, él estaba ya bastante lejos.

— Eh... Sí, claro. A eso iba.— sonrió torpemente y caminó hacia el lado contrario al Gran Comedor.

— ¿Qué le pasará? De repente está muy raro...—pensé en voz alta, y Connie asintió.

— Tranquilas.— se apresuró a decir Ted, que llevaba ya un rato callado, observando hacia donde iba Jordan.— Seguro que no es nada.

Esto iba mal, según Ted. Pero, había notado especial interés en aquel chico, para saber qué debían hacer su hermana y él. Fuese lo que fuese, no había duda alguna de que a ese chico le llamaba la atención su hermana. Aun así, él mismo no permitiría que se involucrase en aquello.

— Ted, ¿estás bien?— le preguntó Connie.— La verdad, hoy estáis los dos muy raros.

Simplemente asintió. Tenía un enfado que no era normal en él... ¿Estaba celoso de que a un chico le gustase su hermana? No estaba seguro, pero algo le estaba revolviendo el estómago. ¿A Whinkey le gustaba Vicky? Si eso realmente era cierto, debía eliminar a su enemigo. 

—Debo ir a la biblioteca,— se apresuró a decir.— Luego nos vemos, chicas. 

Y salió corriendo hacia la biblioteca, aquello iba mal, muy muy mal. Estaba nervioso, ¿qué pasaría si Vicky se hiciese amiga de Jordan y se dejase llevar? ¿Aparte de sus roces, Vicky le contaría a Whinkey todo lo que él le hacía?

Al instante recordó que Vicky debía hacer todo lo que él quisiese, y sin más dilación, entró en la biblioteca y la encontró allí, sentada en una de las mesas más apartadas absorta en un libro. 

—Hola hermanita.— se sentó junto a ella.— ¿Qué lees con tanto entusiasmo? 

— Un libro... — se limitó a decir, con miedo.

— Se te ve muy animada leyendo...— se acercó un poco más.— Dime, quién te ha dado esa energía para leer tanto útimamente?

— Whinkey...— debía decir la verdad, puesto que el reto de Ted seguí activo. 

— Y hablando de él...— le sonrió.— ¿te gusta?

— ¿A mí...?— nerviosa se pasó el pelo por detrás de la oreja.— No, es muy divertido y gracioso, pero sólo lo quiero como amigo. 

— Muy bien...— asintió. — Pues quiero que le rechaces si alguna vez le da por confesarte sus sentimientos. 

Ella lo miró, y se limitó a asentir. Ted sonrió satisfecho, ya volvía a tener a Vicky en sus garras. Y después de un "te quiero", Ted se acercó a su hermana y le dio un dulce beso en la mejilla. Ella se dejó, puesto que, aparte de su miedo al maltrato, sus sentimientos hacia él seguían activos.