Jordan

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MULTIMEDIA: WHINKEY JORDAN

Whinkey Jordan caminaba bastante aburrido por los pasillos. Debía dirigirse a la biblioteca, al igual que todos sus compañeros. Simplemente quería dar una buena impresión a las chicas de Hogwarts, parecer interesado en los estudios cuando realmente su verdadera pasión era comentar los partidos de Quidditch. En Transformaciones era un auténtico desastre, sin embargo, encontraba respuestas muy ingeniosas en los partidos, bajo presión y con miles de personas escuchando sus comentarios. Se podía decir que trabajaba mejor así. Mientras se dirigía hacia "la sala del shhh" (según él) hacía movimientos relacionados con el quidditch y los comentaba Él mismo.

—Regatea al contrincante. ¡Whinkey Jordan está que se sale! Lleva la quaffle en sus manos, no deja que se le acerque nadie...—mientras decía eso corría y esquivaba por los pelos a los alumnos que iban en dirección contraria. Aunque éstos lo miraban extrañados o simplemente se reían por los comentarios.—  Va a lanzar cuando un contrincante de Slytherin se le abalanza y deja caer la quaffle de las manos de Whinkey.—se chocó con un chico bastante corpulento de esa misma casa y Whinkey cayó de espaldas. Aun así no dejo de comentar.— ¡Esto del quidditch se le da igual de mal que el amor, amigos!

Cuando al fin llegó a la biblioteca, sacó sus libros y apuntes de Historia de la Magia y empezó a escribir con su pluma. A los 20 minutos de escribir sin parar, se desconcentró al oír el sollozo de una chica al otro lado de la estantería. Curioso, se levantó de su sitio y rodeó la estantería tras la que se escondía la muchacha. En cuanto sus ojos se posaron en el rostro de la chica, se dio cuenta de que estaba mirando a la Perfección Rubia.

—¿Te encuentras bien, Vicky?— le preguntó dulcemente, como quien le habla a un niño para que no se asuste.

—Perfectamente.—se secó las lágrimas rápidamente y le sonrió. Al dirigirle la mirada, Whinkey pudo percibir uno de sus ojos, estaba bastante morado.

—¿Qué te ha pasado en el ojo?—le preguntó sentándose al lado de ella. No era la primera vez que hablaban. Ya tenían cierta confianza.

—Nada, nada.—se excusó ella tapándoselo.— Me golpeé ayer con una estantería de la torre de Ravenclaw... Ya sabes, una va cegada e inmersa en un libro mientras camina y se da con cualquier cosa.

—Ah, entonces debes de tener más cuidado la próxima vez.—sabía que estaba mintiendo, pero no la iba a presionar para que se lo contase, no eran mejores amigos ni nada por el estilo. Aun así le sonrió.

—Sí, lo tendré.—también sonrió ella. Era tan perfecta que parecía una diosa.— ¿Qué haces tú en la biblioteca?

—Estudiar. Aparte de ser un famosísimo y genial comentador de quidditch necesito estudiar para los exámenes.— dijo con bastante ego.

—Por supuesto, por supuesto.— trató de no reírse y darle la razón.— El gran comentador Jordan necesita estudiar.

—Exacto.—le dijo sonriente.— y tú, ¿qué haces aquí?

—Pasar el rato rodeada de libros.— miró a su alrededor.

—Me gusta tu estilo. Aunque de tanto leer te va a explotar la cabeza.—dijo vacilón

—Pues tú, sin embargo, deberías leer más para que no se quede así de pequeña.—respondió ella con una sonrisa.

—Al menos no me explotará la cabeza. ¡Prefiero no leer a morirme!—replicó él.

—Y yo prefiero morir habiendo sido inteligente a vivir toda una vida siendo estúpida.—replicó ella, bromista.

—Como se nota que eres Ravenclaw...—suspiró Whinkey.— No puedo entablar una conversación civilizada contigo, ¿verdad?

—No lo creo. Las probabilidades de que nosotros dos hablemos de algo interesante, (como gustos de libros, etc...) son de 1 entre mil trillones.—exclamó ella.

— ¿A sí? ¿Insinuas que eres más inteligente que yo porque lees libros?—dijo el chico.— ¡Te reto!

—No insinúo nada, simplemente tengo más cultura que tú porque leo libros.—respondió ella.— ¿A qué me retas?

—Dentro de un mes, los dos tenemos que habernos leído 10 libros enteros, y tan gordos como Historia de la Magia. Si uno de los dos se ha leído menos de esos 10, tendrá que hacer lo que el otro quiera.—decidió Whinkey.

—Trato hecho. Ya estoy bastante aostumbrada.—sonrió y se levantó.— ¡Estoy impaciente!

Vicky miró con una gran sonrisa a Whinkey, era la primera persona que le había sacado una sonrisa después del "pequeño" accidente de su ojo. Es más, era la única persona que la había hecho sonreír desde la ruptura con Ted hace 6 meses. El tiempo se hizo pesado, todo empezó moverse a cámara lenta, al menos para ellos dos. Vicky se acercó a Whinkey y le dio un puro y cálido beso en la mejilla. A continuación se fue, y el tiempo volvió a su medida habitual, aunque para el chico, la escena se siguió repitiendo en su mente una y otra vez. ¿Una chica lo había besado? No había sido en los labios, es cierto, pero sí que había sido un beso. Y por lo que él pensaba, de la chica más preciosa del mundo. "¿Qué más puedo pedir? ¡Soy el chico más feliz de la historia!"

Cogió todo los libros que se debía leer por culpa de la apuesta y, olvidándose completamente de que debía estudiar, se dirigió a la sala común de Gryffindor dispuesto a empezar su nueva semana lectora, algo nuevo para el chico. Cuando pasó por el retrato, se encontró a Ted, sentado en uno de los sillones hablando conmigo bastante sonriente.

—Vaya, ¿cómo te has hecho ese arañazo?— le pregunté sorprendida.

—¿Esto? No es nada.— sonrió y permitió que lo viera más de cerca.— Me lo hizo una criatura carnívora del bosque Prohibido mientras yo trataba de salvar una cría herbívora.

—¡Qué bueno eres con los animales!—me sorprendí sonriendo.

—Sí, me gusta cuidar mucho de ellos.— dijo. Aunque en el fondo recordaba como se había hecho esa herida. Y es que, debía vengarse de Vicky por haberle arañado de esa manera para defenderse. "Qué estúpida por su parte. Si se hubiera estado quieta y no me hubiera arañado mientras la amarraba en la cama, no tendría un ojo morado..." se dijo él mismo.

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