La ojiverde estaba junto a Camila, habían terminado con su cabello y la castaña la observaba bastante sorprendida, ahora lo llevaba más oscuro y a media espalda, se miraba mejor aunque le dolía ver la parte recortada de su melena sobre el suelo.
— Quita esa cara de querer llorar, luces excelente —le mencionó la mayor.
Lauren suspiró y asintió en respuesta.
El chico, Austin se acercó a ella y también le hizo una serie de cumplidos aunque a Lauren realmente no le importaron.
Era tiempo de arreglarse las uñas, la misma chica que le cambió el cabello se sentó frente a ella.
— Nunca has hecho algo por tus manos ¿verdad? —cuestionó la mujer sintiendo los bordes de sus uñas.
— ¿Lavarlas antes de comer cuenta?
— No —dijo tras una risilla.
— Pues entonces no.
— No te preocupes, te las dejaré excelentes —dijo viéndola a los ojos y revoloteando un poco las pestañas.
Lauren sonrió ligeramente, la chica era morena, tenía un rostro angelical y dicen que las que parece buenas son las peores así que la ojiverde, en su pervertida mente de adolescente o de mocosa caliente como la llamaba Camila, pudo imaginar muchas cosas con ella.
Camila pronto se dio cuenta de la forma en que se observaron y dejó un momento a Austin para acercarse a Lauren y abrazarla desde atrás por el cuello.
La otra chica alejó de inmediato la vista de la escena y se dispuso a seguir su trabajo.
— Deja de coquetear, que no te traje aquí para eso —le susurró rosnando sus labios con la oreja de la menor.
Lauren sintió su piel erizarse al contacto y con el aliento cálido.
— No lo estoy haciendo —respondió en el mismo tono.
— Pues eso parece —dijo antes de apartarse de ella.
— Estás loca —replicó pero Camila no logró escucharla.
— Por cierto — le habló la castaña a la estilista —, córtalas bien, no quiero que Lauren vuelva a lastimarme —, añadió acariciando una de las mejillas de la ojiverde para luego volver con Austin.
La ojiverde no entendió a lo que Camila se refirió con exactitud, pero la otra chica claro que lo hizo y solo se quedó un poco apenada por la naturalidad del comentario de la castaña.
— Te ves tan inocente —comentó la estilista sonriendo tímidamente y sin dejar de atender a Lauren.
Entonces la menor terminó de captar y sintió calor en su rostro.
— N-no es lo que...
— Tranquila —la interrumpió estrechando nuevamente sus miradas —, no es necesario que me des explicaciones —, añadió regalandole un guiño.
Luego de ello solo hubo silencio hasta que por fin la ojiverde recuperó su tono pálido y la estilista terminó con su trabajo. Una vez sucedió, un simple “hasta luego” fue la única oración que intercambiaron.
Saliendo de aquel lugar, Camila y Lauren caminaron un poco bajo el cielo un tanto nublado que hacía a esa tarde comenzar a enfriarse.
Con esa excusa, la universitaria se acercó más a Lauren y entrelazó sus brazos.
— Tú cabello huele a calor —comentó Camila tras acercarse un poco a este.
— El tuyo también —respondió Lauren luego de imitar la acción de la mayor.
— Estas comenzando a verte como toda una tops.
— No te burles.
— Hablo en serio, mañana seguiremos con esto. Necesito que me cuentes con cada detalles la cara que pondrán todos al verte. Mojaras a esas chiquillas calientes de tu escuela.
Lauren soltó una carcajada.
— No me gusta nadie de la escuela.
— Es lo de menos, lo importante es lo que ellas sentirán al verte. Recuerda, tú no quieres provocar envidias, quieres provocar orgasmos.
— De preferencia femeninos, por favor.
— Son los mejores. Aunque también se la pararás a los tipos, solo ignoralos son idiotas.
— Creí que te gustaban también los chicos.
— ¿Pero de donde sacaste ese chiste tan bueno? —cuestionó la castaña luego de reír un poco.
La ojiverde se encogió de hombros en respuesta.
— Creí.
— No me digas que lo pensaste por Austin. Me di cuenta de que nos observabas.
Si Lauren decía que no se sintió desnuda en ese momento, mentiría.
— Bueno se miraban...
— Ni lo digas —la cortó —, es solo un amigo, la gente suele pensar que somos algo más hasta que les dice que es estilista. Las personas tienen estereotipos muy marcados, después de eso que no somos algo más que amigos porque él es gay pero jamás se imaginan que yo soy lesbiana.
— Mi mamá es de ese tipo de personas.
— Lo sé, he sentido su mirada sobre mí. Es como si me viera y en su mente estuviera repitiendo el padre nuestro una y otra vez.
— ¿Es en serio?
— Sí, Lo, hazte se me hace raro que te esté dejando pasar tanto tiempo conmigo.
— Bueno, respecto a eso... Ella piensa que estoy haciendo tarea. No me mal intérpretes, no es porque seas tú, es porque no le gusta dejarme salir entre semana si no es por algo relacionado con la escuela.
— No me molesta Lauren.
— Pero no quiero que pienses que no me animo a decirle a mi mamá que soy tu amiga. De hecho ella sabe que me llevo ya no tan mal contigo.
— Nunca nos hemos llevado mal, solo que ahora te molesto menos. Pero eso es porque agora también somos algo así como compañeras de crimen.
— Eso suena bien, el crimen de ser lesbianas.
Camila rió por las palabras de Lauren y luego se detuvo a unas calles de su casa.
— Aquí hay que separarnos, si quieres que tu mamá te deje salir conmigo en otras ocasiones será mejor que piense que lo hacemos muy rara vez o creerá que estoy tratando de violarte.
— Ok —dijo riendo —, no quiero que mi mamá levante una demanda contra ti así que nos vemos después.
— Nos vemos por la ventana —indicó dejando un beso en la mejilla de Lauren —, solo procura asomarte cuando yo ya esté vestida —añadió alejándose.
La más joven entonces terminó de llegar a casa y ya en ella se puso a recordar su día recargada sobre la puerta de entrada.
El recuerdo de Camila hablándole al oído en ese tono frío hizo que su piel volviera a erizarse. Quizá la reacción de la castaña ante la estilista solo había sido una más de sus bromas, le gustaba pasársela molestando, o quizá sintió un poco de celos... No, eso era demasiado bueno para ser verdad; la primer opción era la correcta.
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Lauren quiere ser tops || Fanfic Camren
Fanfic- ¿Por qué crees que vas a ayudarme si tu eres más pasiva que yo? - Porque sé exactamente que es lo que hace a una buena tops. Lauren sentía una especie de odio y agrado por su vecina Camila. Camila era una chica un par de años mayor que Lauren...