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Camila se sentó dentro del armario y recargó su cabeza en la pared mientras se acurrucaba con el peluche en brazos.

La castaña se creyó patética encerrada ahí, se lo merecía, era lo que se ganaba por andar abusando de la confianza de Lauren y aprovechándose de ella, o por lo menos así era como Camila se sentía.

Por su lado, Chris sintió un alivio cuando su hermana ya estaba con él. Se acercó más a ella apretando un poco el costado de Lauren así que la chica tuvo que acomodarse mejor para no amanecer con dolor o con un brazo dormido, ya no era el Chris de cinco años que solía dormir con ella cuando soñaba feo, tampoco el de siete, ni el de ocho o por lo menos el de diez, era un Chris de trece así que era un poco incómodo compartir la cama con él por la estatura que este tenía ya.

— Chris la próxima vez irás con Taylor.

—No, Taylor es muy ruidosa y es más pequeña que yo.

—Precisamente porque es más pequeña deberías ir con ella, se pueden acomodar ambos en la cama.

—Pero es más pequeña, Lauren, ella no puede defenderme. Solo tú —dijo más dormido que despierto.

La vecina de ambos logró escuchar las últimas palabras del niño y hasta ella se sintió conmovida por la manera en que las había dicho, quizá era porque lo estaba venciendo el sueño o quizá porque iban cargadas de sinceridad de lo que realmente Lauren significaba para él.

— Será mejor que ya te duermas, Chris —le susurró la ojiverde.

Hubieron unos segundos de silencio y luego el niño volvió a hablar.

— ¿Lauren? —cuestionó tímidamente.

— Mhm —murmuró en respuesta.

— ¿Tú... tu crees... crees que soy un marica? —preguntó.

Entonces Lauren se sentó sobre la cama de inmediato y prendió la lámpara de su mesita de noche.

Chris se quedó inmóvil en su lugar.

— ¿Qué fue lo que dijiste? —cuestionó severa pero sin alzar la voz.

El muchachito se cubrió por completo con las sábanas para ocultar su rostro.

— Chris sal de ahí —dijo buscando el borde de la cobija para descubrirle la cara.

El chico solo soltó una especie de quejido en respuesta y se aferró con más fuerza a la tela sobre él hasta que Lauren logró sacarle la manta en un movimiento.

—Mírame, Chris —ordenó y el niño abrió los ojos sentándose lentamente frente a ella para luego encararla con algo de timidez.

—Yo... Lo siento.

— Chris, no te disculpes por preguntar eso. Pero dime qué es un Marica según tú.

— Pues... un hombre que está enfermo de homosexualidad.

— Para empezar la homosexualidad no es una enfermedad. Y no, eso no es un marica.

—Eso dice mamá.

—Mamá no siempre tiene razón, Chris. Una persona homosexual no es un marica o una machorra. Y tú no eres un marica, Chris, tú eres un niño bueno y que no debe creer que esa palabra lo describe ni siquiera por un momento.

— Pero a veces actuó como niña.

— No es cierto. Tú no actúas como niña, mamá actúa como una ignorante, eso es lo que pasa.

—Lauren no deberías llamarle así a mamá.

— Y ella no debería hacerte sentir mal, ni a ti ni tampoco a mí, pero lo hace. Te repito, no actúas como niña... Y si lo hicieras, si en serio te gustara ser una niña no tendría nada de malo.

Y con eso el niño volvió a bajar la mirada y a soltar un suspiro.

— ¿No estaría enfermo acaso?

—No, Chris —contestó —. Mamá está tan mal que usa la palabra niña como un insulto cuando no lo es —añadió poniendo los ojos en blanco con fastidio.

Lauren sabía que su mamá era una exagerada que simplemente con una pequeña acción del chico, un pequeño ademán con las manos o una lágrima que saliera de su rostro, ya lo estaba regañando para enderezarlo y no se volviera gay.

Era óbvio que Chris no lo era, de ser así Lauren ya hubiera notado algo pero él salía con niñas y le había confesado varias veces que tenía un crush con su maestra de química. Chris simplemente era reservado y eso Clara, siendo tan machista, lo miraba mal, porque un hombre debía ser explícito y ruidoso, no delicado o sensible.

Posteriormente, luego de dejarlo reflexionar en silencio un par de minutos, Lauren apagó la luz y abrazó a su hermano para recostarse con él sin importar que su brazo no llegara a sentirse más tarde.

Acarició el cabello del menor hasta que su respiración se hizo lenta, Lauren quería a su hermano aunque no siempre se lo demostrará ni fuese una hermana muy afectiva.

Finalmente, estando segura que el niño ya estaba profundamente dormido, Lauren sacó su brazo lentamente de debajo del más joven y se paró de la cama con lentitud asegurándose de no despertarlo antes de ir a ver de nuevo a Camila.

Lauren abrió el armario y Camila de inmediato la abrazó tomándola por sorpresa, la abrazó con fuerza, con cariño, con un montón de sentimientos de por medio.

La ojiverde correspondió al abrazo al momento tomándola de la cintura y respirando el aroma de su cabello para luego dejar un beso en su cien y separarse al paso de unos segundos.

—¿Qué fue eso? —cuestionó un tanto confundida la menor.

— No lo sé, simplemente necesitaba hacerlo. Tu hermano y tú... bueno no sé cómo explicarlo. No me gustaría tener una mamá como la tuya aunque suene feo que lo diga.

—No me digas que nos escuchaste —mencionó un tanto avergonzada.

—Sí, escuché algo muy íntimo. Perdón.

— No hay problema, Camila. Perdóname tú a mí por tenerte en el armario todo este rato. Y no te avergüences, sé que mi mamá es bastante mala con ese tema pero pues es mi mamá —dijo encogiéndose de hombros.

Un suspiro se escapó de los labios de la castaña y luego salió de la casa de los Jauregui volviendo a la suya sin ser atrapada.

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Gracias por leer ;)
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PD; Ya pasamos las 10k vistas. Lo repito, te quiero de manera poco ortodoxa xd

 Lo repito, te quiero de manera poco ortodoxa xd

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Lauren quiere ser tops || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora