Lauren había cortado el beso con Lucy unos segundos después, cuando lo hizo no sintió ese cosquilleo en su interior, ese que se siente después de besar, ese cosquilleo de satisfacción y alegría o excitación.
Sí sintió un cosquilleo pero era diferente, era incómodo, conocía ese sentimiento pero jamás lo había sentido luego de besar a alguien, era culpa.
Dicen que cuando eres fiel hasta de pensamiento es porque realmente quieres a la persona con la que estás pero Lauren no estaba con nadie, aún así sentía que debía serle fiel a Camila.
Sería una gran hipocresía disfrutar de besar a una chica si se supone quieres a otra, o por lo menos eso creía Lauren en ese momento.
Ante una sonrisa que Lucy le obsequió, la ojiverde correspondió con otra pero un tanto forzada.
No sería una mentira decir que esa fue la tarde más larga que Lauren se pudo imaginar.
Porque cuando Lucy se bajó de su regazo para volver a conducir la charla fluida de la mayor le entraba a la más joven por un oído y le salía por el otro. Estaba bastante distraída sintiendo que había traicionado a sus sentimientos.
Quizá esa era la prueba máxima.
La prueba había arrojado que Lauren de verdad estaba enamorada por primera vez.
A la ojiverde se le erizó la piel de sólo pensar en enamoramiento, porque si algo sabía de amor era que desde que se inventó el término siempre había estado relacionado estrechamente con otro y ese otro termino era un adjetivo muy conocido, no era el adjetivo divertido o el adjetivo hermoso, era el adjetivo complicado.
Gracias al cielo, el padre de Lucy estuvo con ellas todo el tiempo, era un hombre agradable a pesar de que este no se separó de ambas por el simple hecho de que no quería que su hija y otra chica hicieran cosas del diablo en su sacrosanta casa. Aunque no era un homofobo completo como Clara, se notaba cierta inconformidad en él por el hecho de tener una hija lesbiana, nunca sacó el tema y Lucy tampoco con tal de ni ser sermoneada frente a su invitada.
Cuando finalmente volvió a casa, Lauren tuvo que disimular frente a su madre que se sentía... se sentía extraña.
No tardó más que un par de minutos charlando con Clara, simolemente tuvieron una pequeña conversación de hola ¿cómo te fue? antes de que la ojiverde se encaminara escaleras arriba.
Tras la puerta del baño cerrada Lauren se lavó los dientes, aunque sonará exagerado e infantil, se lavó los dientes en un intento fallido de quitar la sensación que le dejó el beso de Lucy.
Se fregó la lengua con las fibras del cepillo dental y usó dentífrico para untarlo con su índice entre las partes donde sus encías se unían con sus labios internos, porque sí, hasta ahí le había metido la lengua la mayor y no podía desaparecer esa incómoda sensación.
Nada funcionó.
Por lo menos ya tenía la boca limpia.
Luego de terminar de enjuagarse los residuos de dentífrico se metió a la ducha. Por algún motivo la ducha no se sentía demasiado bien como solía sentirse, comenzó a sentir un peso cada vez más cargado abrazándola y entonces se dio cuenta, se le había olvidado quitarse la ropa.
De por sí Lauren era un caos distraído y torpe, sumándole a ello un poco más de preocupaciones o dilemas internos adicionales se ponía peor; su cerebro se sumergía en una especie de bloqueo, más bien se ponía en piloto automático, pero por desgracia había nacido con su piloto automático defectuoso, sino solo hacía falta ver su ropa empapada para cerciorarse de ello.
Una vez terminando de asearse se sintió libre de votarse en su cama hasta que amaneciera.
Ya entre las mantas, con la nariz fría por la temperatura de la noche se colocó los audífonos y puso música de manera aleatoria. Quizá eso la relajo un poco, aún así se sentía triste.
Hubiera querido nunca besar a Lucy o nunca haber comenzado a jugar con Camila a aprender a ser tops porque así quizá se hubieran acercado en otras circunstancias y no quedaría como una estúpida diciendo hey creo que me enamoré de ti cuando tú no hacías más que ayudarme a acercarme a otras chicas.
Lo más triste de todo era que, pensándolo bien, el beso con Lucy sí había sido real mientras que los besos con Camila no eran más que prácticas.
No era sólo el físico de Camila, ya no, había algo en los besos falsos de la castaña que sabía muy bien. Lo que Lauren no sabía era que esos besos nunca fueron falsos.
Se puede decir que esa noche y parte de la madrugada fue perfecta para Lauren para meditar. Extrañaba ser una chiquilla que sólo se interesaba por lo que llevaría de almuerzo a la escuela, una niña que no se hacía tormentas en vasos medios vacíos.
Mejor le decía a Camila todo lo que sentía aunque se riera en su cara o la friendzoneara con clemencia como lo solía hacer con casi todas las personas que la más grande tenía agendadas en el móvil.
Al menos moriría sabiendo la reacción de Camila, con suerte y le daba una oportunidad a pesar de que Lauren apostaba que la universitaria la veía solo como la mocosa pervertida que vivía junto a ella, la chiquilla que ocasionalmente la espiaba, su nueva amiguita desde hacía algún tiempo o como una disque tops que le agrada a pesar de haberla encerrado en su armario.
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Gracias por leer ;)
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(Si te gusta esta historia házmelo saber votando y comentando, tu opinión me ayuda mucho cxcxcx)PD; ILY
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Lauren quiere ser tops || Fanfic Camren
Fanfic- ¿Por qué crees que vas a ayudarme si tu eres más pasiva que yo? - Porque sé exactamente que es lo que hace a una buena tops. Lauren sentía una especie de odio y agrado por su vecina Camila. Camila era una chica un par de años mayor que Lauren...