Capítulo 18-Electrizante

32 2 0
                                    

-Veo que ya estás bien ¡Menudos pulmones, chica!- dijo una Flap Luminosa cuando entró de repente a la habitación. Tendrá nuestra edad más o menos aunque es algo bajita, con unos ojos azules preciosos que resaltan en su amarillenta cara y el pelo largo y liso recogido en una coleta muy alborotada y la verdad, es que le quedaba bastante bien aunque viéndole el color de pelo ya sé por qué nos ayudó, es rubia (como todos los Flaps Luminosos) y a éste no le hace falta hacer mucho para convencerlas.

Me quedé algo cortada, a ver que una tía que no conoces de na’ me acabé de soltar eso…

-No te cortes que era un piropo- aclaró –Ya me gustaría a mí poder gritar de esa forma, así sería muy difícil que cuando hablo y hablo, rehablo y rehablo, digo y redigo  me quedara sin voz, sería muy difícil, porque a mí eso de hablar ¡me encanta! Aunque desde ese triste día no tengo demasiada compañía para hablar pero bueno no vamos a hablar de cosas tristes que hoy a que aprovechar- dijo la chica con una rapidez increíble ¡coño si parce que le han dado cuerda! Y la verdad no sé por qué dice lo de la voz porque vamos la suya no se queda atrás y además en estos momentos qué se dice “gracias”, no sé es que no es mu’ normal que te suelten ese discursito.

-¿Gracias?- me decidí por fin a decir.

-Veo que eres algo tímida, bueno no pasa nada porque yo hablo por los codos así que, puedo hablar por las dos. Imagínate si ambas fuéramos charlatanas, no habría horas suficientes para hablar- ¡uf! Lo que me ha caído encima con esta tía para decir una cosa tiene que soltar una y la cosa es que lo hace tan rápido que no pillo ni la mitad aunque mejor porque si hablara lento sería mucho peor. Luego se volvió hacía Zulay y continuó hablando: -Estarás contento ¿no?  Con lo preocupado que se te veía, os debéis querer mucho y que mono lo que ha hecho por ti ¿eh?- afirmó dándole un toque de picardía a ese último “¿eh?”.

-¡¿Qué?! ¡¿Yo con este imbécil?! ¡Por favor, ni aunque fuera el último tío de la Tierra o mejor dicho del universo!- contesté molesta.

-¡¿Y yo con ésta?! ¡Mu’ loco tendría que estar para eso, si pa’ empezar es una “rosadita”!-

-¡Ya estoy harta! ¡¿A ver, qué tiene de malo ser una humana?!- le grité enfadada.

-¡“Pos” todo! Para empezar no os sabéis defender, los Flaps os damos mil vueltas, no me extraña que el mundo este así, tenían razón es por vuestra culpa-

-¡Oh, sí! ¡Como que los Flaps os lleváis mucho mejor! Es por eso que las cosas están así y no por la culpa de los humanos y me parece que sobre todo la culpa la tienen los Flaps de las Plantas porque como todos sean como tú…-

-¡¿Cómo sean como yo qué?!- me interrumpió.

-“Pos” que serán unos frescos, sinvergüenzas, capullos, imbéciles, egocéntricos y unos verdaderos ¡cobardes!- le grité.

-Y si todos los “rosaditos” son como tú, sois una panda de amargados, aburridos, pijos, entrometidos, desagradecidos y muchísimo más cobardes y que nosotros- contestó enfadado.

-“Pos” mejor eso que ser un atajo de descerebrados…-

-¡Ya está bien! En mi casa no voy a consentir este tipo de discusiones racistas ¡¿Está claro?!- me interrumpió la chica con un grito. En ese momento ambos nos callamos, joder pedazo grito, si casi me ha dejado sorda –Bien, ahora retirad todo lo que habéis dicho de los Flaps y los “rosaditos” que supongo que no seréis tan idiotas como para creerlo- continuó con autoridad.

Yo lo retiré cuando lo haga él sino no me da la gana, que estoy mu’ harta de aguantar sus continuos insultos y supongo que Zulay hará lo mismo porque ambos nos miramos esperamos esperando que el otro empezara y yo desde luego no pienso ser la primera, él ha empezado así que, le toca a él empezar. Pero claro, ninguno íbamos a empezar, nos limitamos a mirarnos durante unos segundos y luego se levantó y tuvo la caradura de decirme que estaba esperando o sea, lo de este tío es increíble, si quiere oír una disculpa saliendo de mi boca tendrá que empezar él.

Un mundo en ruinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora