Capítulo 3- Secretos Oscuros

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Al día siguiente me levanté muy temprano, bueno como siempre y esperé a que Zulay se despertase para entrar en la habitación.

-Veo que eres mañanera, eso o que te morías por volver a verme- dijo con ese asqueroso tonito que me ponía de los nervios.

-Sí, sí ¡Ni en tus mejores sueños, chaval! Y por lo que veo además el sentido de la humildad no lo tienes- dije algo molesta.

-¡¿Y para qué tenerlo si no sirve de nada?!- contestó mirándome con esos ojos color ámbar que reflejaban su chulería.

¡Uuuuhh! De verdad lo digo ¡NO LO AGUANTO! Nunca pensé que me iba a arrepentir tanto de ayudarle.

-Cambiando de tema, ¿Cómo estás?- pregunté con la sola intención de calmarme para no pegarle una… sí mejor me callo.

-Como si Kress me hubiera pegado un tiro y una “rosadita” de ojos verdes me hubiese ayudado- dijo con una sonrisita estúpida.

-Eres insoportable ¿te lo habían dicho alguna vez?- dije algo indiferente.

-“Sep”, la verdad es que sí, todos los días al menos seis o siete veces-

Oh, me pone de los nervios, el tío es un cara dura bueno, aunque para el favor que me tiene que hacer me vendrá así mejor.

-Y por cierto, “Hello Kitty” ¿Cómo te lo voy a agradecer?- preguntó de repente.

-Con respecto a eso ¿Conoces las Rocas Primarias?- dije para ir introduciendo el tema.

-¿Y quién no?- dijo con chulería.

-Pues para eso te necesito, para que me ayudes a reunirlas, como intentaron mis padres, ahora que todas se encuentran en su poder repartidas entre las 4 centrales ya sabemos donde las podemos encontrar…- bueno y no pude acabar porque empezó a descojonarse (por lo menos eso me demostró que estaba mucho mejor).

-¡¿En serio que te crees que reuniendo las 4 vas a poder acabar con Isótopo?! ¡Por favor, si es un cuento para críos!- dijo entre carcajadas.

-¡¿Sí?! ¡Entonces para qué las quiere, listo!- dije enfadada.

-Pues para alimentar de energía la nave que ha mandado a construir para invadir otros planetas y por eso también ha subido el número de Flaps y “rosaditos” transformados a Flaps de las Sombras- dijo como si no le importase.

-¡¿C…Cómo?! No sabía que podía transformar a humanos en Flaps a… a mis padres los mataron en vez de transfórmales…- dije sorprendida y dolida.

-Pues no sé en qué planeta has estado viviendo estos años y lo de tus padres supongo que enviarían a algún estúpido que se le fue la situación de las manos- me contestó como si estuviera contando un chiste.

Bueno y así seguimos durante yo que sé cuánto tiempo hablando o más bien discutiendo sobre las 4 Piedras Primarias, hasta que a mí se me ocurrió enseñarle el diario de la persona que creó los Flaps, diario que por cierto encontraron mis padres algo antes de yo nacer.

-Lee esto y trágate tus palabras, es de la persona que creó los Flaps- dije a la vez que le daba el cuaderno marrón usado a modo de diario, cosa que delataba que era un chico porque si los hubiera sido una mujer sería de un color más bonito, sería un diario de verdad y tendría candado.

-Ya me gustaría “Hello Kitty” pero no sé leer- dijo con una mirada pícara.

-¿Por qué será que no me extraña?- respondí con un claro tono de ironía.

Bueno, pues no sé por qué me senté en la cama a su lado como si tuviera la esperanza de que lo leyese a mi misma vez o algo parecido (cosa imposible porque no sabía), busqué la hoja del día que me interesaba y comencé a leer.

-“Si alguna vez alguien lee esto significa que he muerto a manos de Isótopo, no tengo mucho tiempo así que seré breve. La única forma de acabar con él es con las 4 Rocas Primarias que he creado y es… es… esc…”- o genial me había quedado atascada en esa parte, eso me pasa por no leer nunca en alto.

-“Escondido por todo el mundo gracias a un control remoto, ya que la única forma de que funcionen es…”- continuó Zulay leyendo y además con un tono seguro.

-¡No me lo puedo creer sabías leer!- dije enfadada.

-Pues claro, “Hello Kitty” soy ladrón no imbécil.                                                  Y la apuesta, la más fácil de ganar de toda mi vida, vamos ya te he conseguido meter en la cama- dijo con chulería.

En ese momento me levanté y con toda la mala leche que tenía le pegué una colleja y le lancé el cuaderno a la cara.

-¡Joder qué carácter!- dijo echando a un lado el cuaderno.

-¡¿Bueno, me vas a ayudar o no?!- dije enfadada.

-¿Qué remedio? Te debo una…

Aunque te aviso que no será fácil, la central más cercana está lejos, hay mucha seguridad…- y no pudo acabar porque le interrumpí.

-Lo sabía, mucho presumir de robarle a Kress y a la hora de la verdad eres un cobarde y un mentiroso que no cumple su palabra- contesté muy enfadada.

-¡Tranquila “Hello Kitty” que no tengo mucha paciencia y está a punto de acabarse!

Y que te quede muy claro, yo no soy ningún cobarde, por supuesto que me atrevo a hacerlo, la cuestión es ¿te atreves tú?- dijo con tono enfadado.

-Pues claro, y deja de llamarme “Hello Kitty” ya te he dicho que me llamo Tiaret- respondí casi gritando.

-Pues genial, venga coge lo que necesites y vámonos antes de que arrepienta de ayudarte- contestó con tono enfadado e intentando incorporarse.

Cuando creía que el tío no podía ser más insoportable hizo esto, que bien ahora además de chulito, macarra y capullo es un gallito; vamos a ver yo no sé con qué tipo de chica está acostumbrado a estar, bueno, sí con un tipo de chica que empieza por la “p”, pero vamos que a mí no me va a impresionar haciendo el “gran esfuerzo” por levantarse sabiendo de sobra que la herida todavía no está para eso.

-¡Eh, quietecito! Que la herida todavía está fresca- dije con autoridad y lo empujé hacia atrás.

-¿Qué pasa, no me dirás que ahora te importo?- dijo con la chulería esa.

Yo ya no sé si es idiota o se lo hace, es que acaso no comprende que así no podrá ir a ningún lado.

-Pues claro que no, te odio pero ya has tentado mucho a la suerte, has sobrevivido y casi se te infecta y también has tenido suerte y no te ha dado fiebre; así espérate al menos un día- dije enfadada.

-Está bien, mañana salimos- dijo convencido.

Un mundo en ruinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora