Capítulo 22-Venganza

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-¿Hacia dónde?- le pregunté una vez que estábamos dentro.

-Sigue recto, tenemos que ir al Centro de Mando, la única sala que de crío jamás pude colarme-

Eso no era mu’ buena señal, me refiero a que si jamás ha entrado y el virus de J no funcionan lo más seguro es que salgamos de aquí con las manos vacías o algo peor… aunque no es momento de pensar eso, tengo que confiar en que todo saldrá bien.            

La maldita central es laberinto, no sé cuántas veces hemos girado a la derecha, a la izquierda o seguido recto joder, lo único que no hemos hecho ha sido subir o bajar aunque eso sí, no nos hemos encontrado con ningún Flap y eso es bastante raro aunque supongo que con lo que se lió hace unas horas todos estarán intentando de solucionarlo.                Unos segundos más tarde (por hablar) nos encontramos con un Flap de las Sombras bastante joven que estaba haciendo guardia delante de una sala.

-Tranquila- me susurró al oído. –Simplemente tienes que pasar por delante rápido-

Le hice caso, es verdad si paso decidida supongo que ni se dará cuenta a fin de cuentas es lo normal en un sitio como este.

-No sé si darle la enhorabuena o el pésame- dijo el Flap cuando pasamos justo por delante de él.

-¿Disculpe?- pregunté sorprendida, me hubiera gustado no contestarle pero si hacía eso iba a quedar un tanto raro, simplemente estábamos nosotros tres, no puedo poner la escusa de “¿Es que era a mí? No me había dado cuenta”.

-Me refiero a que el Teniente General estará orgulloso de su trabajo eso si no se le escapa antes, no me quiero ni acordar del castigo que me echo la última vez-

-No se preocupe que no lo hará- y traté de seguir con mi camino.

-Espere- me volvió a detener en seco, joder ¿qué coño le pasa a este tío conmigo?            -¿Usted no debería ir a las celdas? Va en dirección contraria y además esta no es la planta correcta-

-Sí así es…- joder, tío por favor, déjame en paz.

-Yoshiro, deja a la chica tranquila que sabe mu’ bien hacia donde me lleva, que Arthi está harto de que me vaya en el último segundo así que, esta vez me va a entregar directamente- intervino Zulay y menos mal que yo no sabía qué decirle.

-¡Eh, no interrumpa y hable con respeto!- le dije a Zulay y le pegué una colleja suave, tenía que disimular pero era incapaz de pegarle una fuerte después de haberle dejado como lo dejé cuando no era yo misma.

-Eso no sirve de nada si quiere enseñarle modales a este sinvergüenza- y a continuación le pegó un puñetazo en el estómago que tenía pinta de ser bastante fuerte porque de verlo me dolió a mí.

-C… cabrón…- sonó su voz entrecortada por el dolor. Ahora sí que le sujeté fuerte los brazos, estará esposado pero aún así no me fio que éste es capaz de cualquier cosa.

-¡¿Qué ha dicho?!- preguntó enfadado y dispuesto a pegarle todas las veces que le viniera bien.

-No ha dicho nada y ahora si me disculpa, tengo prisa- empujé a Zulay en cuanto acabé la frase y giré a la izquierda en el primer cruce que vi.

-Quítame las esposas ahora mismo, que ese capullo se va a enterar de quién soy yo- dijo rabioso decido a dar la vuelta.

-No pienso hacer eso-

-Tranquila que no perderé mucho tiempo, no necesito demasiado para…-

-No es por eso- le interrumpí. -¿Qué pasa si da la voz de alarma? ¿Eh? Que adiós plan y ahora tranquilízate-

Un mundo en ruinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora