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-¿Estás segura? Puedes irte conmigo la próxima semana, me quedan dos show y viajo a la promoción en Buenos Aires

-¿Nos vemos allá si? –Asintió- necesito unos días para mí, si me quedó será peor.

-Cualquier cosa llámame – ultimo abrazo de mi mejor amiga y subí al avión-

No sabía cómo volver a comenzar, tenía mi vida planeada con solo 23 años, creía tener al hombre perfecto una linda casa vivía rodeada de amor y felicidad.

10 de octubre 2016

-Marina Esposito ¿Quieres casarte conmigo?

Mientras miraba por la ventanilla la Cordillera, recordaba cada momento que creía que era perfecto pero todo era una mentira, el que creía que era el amor de mi vida me engañaba desde un comienzo con mi prima.

Lo que necesito ahora es comenzar sí o sí, disfrutar mi vida como debiera ser para una chica de mi edad.

Llegar a un país que no conozco muy bien no era lo que tenía planeado hasta que mi madre por la noche me dijo que mi abuelo nos dejó una casa en Mar del Príncipe.

Era un lugar hermoso por lo que había visto en fotos, tranquilo que es lo justo que necesitaba.

Mi madre habló con su amiga que estaba a cargo de la casa, así que tenía todo listo para mi llegada, tomé un baño, me hice algo para comer y encontré un vino ¡PERFECTO! Tome una copa y me puse en la terraza la luna iluminaba todo el lugar, estaba sola por lo que veía, mi madre dijo que la gente solo venía a veces por fin de semanas o vacaciones ¿puede ser mejor?

Cerré los ojos y la imagen de ellos dos en la cama se hacía presente, mis lágrimas salían sin parar, dos semanas desde que me enteré que Tomás tenía una relación con Camila, y el dolor cada vez era peor, ¿Qué hice mal? ¿Amarlo? O debo ser pésima novia como para a ver provocado que buscara otra mujer, o a lo mejor nunca fui suficiente para él.




(inventé el nombre de la playa para poder escribir libremente del lugar)

DESTINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora