DESTINOS CRUZADOS

5

Caminé un montón de  cuadras y no pasaba ¡NADA! Tendría que conseguir un auto mientras estuviera aquí, ni siquiera sabía dónde estaba, me acerqué donde un caballero para pedir ayuda.

-Disculpe, ¿por aquí pasa algo que me pueda llevar a Mar del Príncipe?, vine con un amigo pero se tuvo que ir -mentí- 

-miro su reloj- Lo siento señorita pero tiene como para una hora más –asentí- ¿chilena? – Volví asentir- estoy esperando a mi mujer, podría esperar un poco y la llevo a su casa.

-¿de verdad? Es un poco lejos ¿no? –Negó- se lo agradecería mucho-

-No tengo problemas, vivimos allá también –asentí- ¿Qué te hizo venir aquí?

-pensé un poco, me sentía mal mentirle pero no podía decirle mi motivo – Soy mochilera –reí nerviosa-

-Tengo 60 años no soy tan viejo –ríe- pero puedo ver que estas mintiendo –lo miré avergonzada- solo espero que no seas una asesina serial –reímos -

-Lo siento mucho –dije- pero es una triste historia, solo quiero tranquilidad y mi madre me hablo de este lugar que me pareció perfecto, así que me vine por un tiempo.

-¿historia de amor? –Asentí – eres joven caerás mil veces solo tienes que levantarte y seguir. Pero lo más importante es no cerrarte a la idea de volver enamorarte.

-Gracias – de repente apareció su mujer hablamos un poco y fuimos al auto, se veían tan enamorados ¿algún día podré disfrutar de algo así?

Cuando llegamos a mi casa no aceptaron dinero, solo me pidieron volver a enamorarme, miré la casa de Peter y su auto no se encontraba ¿realmente se enojó?

Tomé un baño para relajarme, pero cuando cerré los ojos por primera vez no vi esa imagen horrible que me seguía constantemente, solo vi la sonrisa de Peter.

Opte por salir rápido no podía pensar en él, este lugar era para sanarme no para pensar en un chico menos en alguien tan diferente a mí.

Me coloqué un vestido que me trajo Mon desde México era hermoso, revisé mi celular pero empezó a sonar era un número desconocido pero atendí igual...