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-¿Señorita Mariana? –preguntó-

-Anita, ¿paso algo con mi abuelo?

-No –voté todo el aire que tenía guardado- el señor salió con el señor Miller

-¿Cuál es su nombre? –Pregunté, aunque sabía que no se trataba del fotógrafo-

-Gabriel –nunca había escuchado hablar de él- es hijo de un amigo de su abuelo que se está haciendo cargo de la empresa –

-gracias –dije- ¿necesitas algo? –pregunté-

-El señor tiene hora al médico mañana pero me pidió que la cancelara, sería bueno que usted hablara con él, es muy importante que asista

-en media hora estaré por allá, no cancele la hora yo misma lo llevaré al medico

-Gracias señorita Mariana

-Lali –dije, odiaba que me dijera así - ¿tiene lista su maleta? –pregunté -

-Algo –reí- bueno señorita, tenga un buen viaje- 

Me dolía el alma saber que mi abuelo ya no quería luchar más por vivir, entendía perfectamente que era horrible estar en un hospital pero aún era joven, no podría soportar que se fuera tan pronto.

Chile estaba pasando por diferentes climas, estaba por llegar a la casa de mi abuelo llame Anita y me dijo que estaba tomando una siesta, llegué y me recibió Juanita

-Todo esta listo –dijo cuándo entre al cuarto que me tenía mi abuelo- cualquier cosa me avisa –asentí –

-Gracias –dije salió y comencé a ordenar un poco mi ropa-

Estaba terminando cuando mi celular comenzó a sonar al ver era Peter rechacé la llamada pero siguió insistiendo así que opté por apagarlo, hablar con él sería seguir haciéndome daño.

-¿Mariana? –entró mi abuelo me acerqué y lo abracé- mi niña ¿Qué haces aquí? –me acerqué a él y lo abracé –

-Te extrañaba –dije- ¿Cómo estás? –comenzamos a caminar al balcón de mi cuarto

-Un poco cansado –dijo sentándose- hoy tuve que leer y firmar un montón de cosas –asentí- ¿Cómo estuvo el viaje?

-Cortito –dije- tuvo pocas escalas –sonrió- ¿Quién es Gabriel? –pregunté

-Es el hijo de un gran amigo –asentí- es alguien de confianza que se hará cargo junto a tu madre de la empresa tengo que dejar todo listo antes del viaje

-¿Por qué querías cancelar la hora del médico? –Pregunté- sabes que es importante saber si puedes hacer este viaje

-No lo podré hacer –dijo mirando la cordillera- Gerardo me llamó –sentí mis ojos llenarse de lágrimas- si lloras no seguiré hablando –sonrió- ¿Por qué quieres que siga aquí? –Preguntó- tenemos nuestros destinos listos Mariana, el mío está llegando a su fin –negué- quieres que pase mis últimos días en una habitación mirando la misma pared hasta que deje de respirar –me miró- es algo horrible Lali, vi mucha gente llorar porque algún familiar moría en una habitación de al lado, quiero estar tranquilo en mi casa, si voy mañana al médico lo único que escucharas serán cosas que te harán daño

-Abue...

-Es mi decisión –dijo interrumpiéndome-

.............

10 día después...

-¿Por qué no nos quedamos más días? –Preguntó mi abuelo- odio un poco volver a la ciudad–sonreí-

DESTINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora