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El siguiente día después del festival todos volvieron menos yo y Peter que nos quedaríamos unos días más con mi madre.

-¿Cuándo piensas decírmelo? –miré a mi mamá confundida- por favor Mariana –decía sonriendo- Peter no para de mirar tu panza –reí-

-Pensaba decírtelo cuando cumpliría los 3 meses –dio unos pasos y me abrazo- ¿Estás feliz? –me soltó al mirarla estaba llorando-

-Es la mejor noticia que puedo recibir mi amor –sequé sus lágrimas- el abuelo estaría en su salsa con esta noticia –lo hubiese amado desde un principio de eso estaba completamente segura-

-Lo extraño mucho –hizo puchero- cuando me quedo sola, caigo que ya no está, venir aquí y no topármelo me creo que está de viaje pero llega la noche y –comencé a llorar- ¿Por qué?

-Era su momento mi amor –tocó mi mejilla- tenemos que estar de alguna forma agradecidas que no sufrió, estaba cansando y extrañaba mucho a tu abuela –sonreí apenas- necesitas llorarlo mi amor, no quiero que te guardes el dolor hija, quiero que disfrutes este momento tan hermoso que se viene bueno ya lo estás –reí- cuéntame todo.

Le conté TODO aunque no tenía mucho que decir, nos pusimos al día sobre la empresa, cuando mi madre fue a preparar algo para comer aproveché de ir a ver a Peter pero seguía durmiendo.

Cuando volvía a la cocina sonó el timbre.

-Lali abre tu –gritó mi mamá, al abrir me encontré con Gabriel Miller-

-Mariana –me saludó- ¿Cómo estás? –le di la pasada para que entrara-

-Todo bien, ¿tú? –pregunté-

-Con mucho trabajo –decía mientras caminamos a la cocina- ahora vine a dejarle unos papeles a tu madre –asentí-

Comenzaron hablar sobre temas de la empresa, todo marchaba bien, mi madre lo invitó a cenar, cuando fue a comprar pensé en sacarme la duda que tenía desde lo que vi.

-¿Puedo preguntarte algo? –Asintió dejando unos papeles en la mesa- ¿Cómo está Brian? –Su rostro cambió en uno completamente triste, antes de hablar miró para el pasillo- ¿Le pasó algo? –negó rápidamente-

-Sólo llama para decirnos que está bien, a veces pasan semanas sin saber de él –asentí- supe... sé que estás feliz con tu pareja y no te culpo –decía pero no entendía nada- mi hermano hace varios meses me habló de una chica, no dejó de hablar nunca, traté de sacarle información pero fue imposible –sonreí por lo que lo conocí era muy reservado- el día que llegaron juntos –MIERDA MIL VECES MIERDA- supe que eras tú...

-Yo –nunca llamé pensé-

-Todo bien Mariana –asentí- nunca lo había visto así por una mujer, te espero pero nunca volviste –me sentía pésima persona, le dije que se la jugara pero sólo me fui sin dar ninguna explicación- tomó sus cosas y se fue, no sé qué le hiciste pero nunca lo vi así por nadie

-Lo siento –negó sonriendo- nunca pensé que mi novio vendría por mí, nunca quise hacerle daño Gabriel, sólo me jugué por el amor y no pensé en nada más.

-No es tu culpa, creo que era el momento que aterrizara, aunque nos gustaría saber más de él, he tratado de localizarlo pero no dura más de una semana en un lugar y arranca

-Puedo hablar con él y... -negó-

-Es su forma de escapar de lo que siente, Espósito –rió- convertiste a mi hermano en un completo ser sentimental –reí aunque no me hacía sentir mejor- pero a lo mejor que está más venerable encuentre el amor –asentí-

DESTINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora