Cap. 11

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Touristik Alliance International

Martes, 1 de abril de 2008

Arantxa

Cartavio es la chica que ha logrado sacarme de mis casillas – claro que no tanto como lo hizo Mila – en una sola noche y que durante todo el fin de semana ha provocado que ronde por mi mente la mala sensación que me dejó. Pero no es que me hubiese fijado en ella, sino que "conocerla" significó traicionar la confianza de Mila.

Después de todo, mi panda solo había tenido una mala semana de clases y yo, como siempre, le hice perder la paciencia. Sin embargo, eso no justificaba que fuese a besar a esa españolita que salió de la nada en medio la reunión.

¡Y ahora está sentada encima de mi mesa con sus seductoras y bien dibujadas piernas cruzadas hacia mí!

- ¿Hola? – Pregunto con la expresión aturdida por su extraña presencia, ya que esperaba encontrarme con un beso y abrazo de mi rusa. - ¡¿Qué haces... aquí?!

- ¡Arantxa!

Me saluda con la voz alegre antes de bajar con un brinco y llegar hasta mi posición delante de la puerta que apenas iba a cerrar. Sin aún poder reaccionar recibí dos besos en las mejillas y su risa aniñada inundó el ambiente.

¡Diossss!

¿Por qué me dan escalofríos – ojalá no sean de placer - cada vez que se ríe de esa manera tan peculiar?

- No me digas que ¿ya no te acuerdas de mí? – Su cara se entristece como si fuese a llorar, pero casi al instante se desdibuja su expresión para tornarse soberbia. – Nadie se puede olvidar de estos dulces labios.

¡Joder! ¡El beso!

Pestañeo mil veces en un segundo y por fin mi cuerpo rescata a mi perdida mente de ese torbellino seductor que resulta el admirar por más de cinco segundos esa penetrante mirada de diablita disfrazada de ángel.

- Cartavio te lo vuelvo a preguntar: ¡¿Qué diablos haces en mi oficina?! – Mi voz suena dura, pero me sigo sintiendo yo como la intrusa en mi propia oficina.

La catalana sonríe sin amilanarse una pizca y me vuelvo a sentir desnuda bajo esa misma mirada lujuriosa con la que me estuvo observando durante toda la reunión del viernes pasado.

- Papá tenía que conversar unos asuntos de trabajo con mi primo Luca. Así que me dije, ¿por qué no acompañarlo y de paso saludaba a mi buena amiga española?

- ¿Buena amiga? – Las palabras salen sin freno de mis labios.

- Bueno... "amigas que se liaron por una noche" es una etiqueta muyyyyy largaaaa. Prefiero dejarlo como algo más corto, pero tú entiendes española a lo que me refiero con "buenas amigas".

Mientras lo decía, me había dado la espalda y regresaba a subirse sobre la mesa con toda la coquetería que puede desprender: La oscura faldita plisada se le ajusta a las caderas y el movimiento hace que se le suba unos centímetros.

Lo cual provoca que sus piernas dejan a simple vista un poco más de la blancura de su piel y al cruzarlas con tanta paciencia es que logro vislumbrar la tela turquesa de las bragas que lleva.

<< ¡¡¡Arantxa!!! ¡Termina con esto de una vez! >>

Grita mi consciencia por el bien mío y en especial el de mi enamorada.

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