Cap. 14

11K 506 52
                                    


Kleinfeld Bridal

Sábado, 17 de mayo de 2008

Samantha

<< El cambio social se combinó en el mundo helenístico con elementos romanos para producir una emancipada, pero respetada clase alta femenina. La matrona romana a finales de la República puede compararse con las sagaces y políticamente poderosas princesas helenísticas, aumentando las oportunidades culturales para las mujeres. Entre las matronas romanas Cornelia fue un modelo. Se nos ha dicho que rechazó... >>

Ya había copiado más de dos veces y media la última línea sobre el símbolo máximo de mujer romana, Cornelia, en mi cuaderno de historia antigua, pero mis taciturnos ojos recién se daban cuenta de ese repetitivo error que arruinaba mi párrafo de resumen. Con un medio bostezo tratando de nacer desde lo profundo de mi adormilado cuerpo empecé a tachar las líneas repetidas del último resumen que debía hacer antes de ponerme a estudiar de verdad durante este mediodía del sábado, o, quizás ya había llegado la tarde sin darme cuenta por tener cerradas las cortinas de mi dormitorio.

Creo ser algo masoquista conmigo misma al transcribir a mano los resúmenes de las extensas lecturas que me dejan para los controles que debo rendir en la universidad.

Si bien, ya había pasado el periodo de exámenes parciales, la verdadera tortura y resistencia del estudiante empezaba en las semanas posteriores. Es casi como si el cuerpo y la mente se pusieran de acuerdo para que te sientas más cansada de lo normal durante las mañanas y no quisieras despegarte de tu cama para asistir a clases. Todo ello implica un plus de dificultad para enfrentar la segunda y más rápida mitad del semestre universitario.

Como motivación para seguir pasando los fines de semanas encerrada en mi habitación – a la cual mamá había bautizado cinematográficamente como la "baticueva" por la oscuridad que reina a excepción de la pequeña luz blanca de la lamparita celeste que tengo prendida en el escritorio – es que obtuve notas sobresalientes en los parciales. A excepción de Gestión Estratégica en donde solo fui superada por la rusa por unos escasos y muy sádicos cuatro puntos.

Sin embargo, perder esa batalla académica frente a Mila nunca sería motivo de enemistad entre nosotras. Al contrario, nos encanta competir con las calificaciones que obtenemos de las exposiciones, controles de lecturas, trabajos calificados y ahora exámenes. Tenemos una apuesta tácita sobre quién de las dos obtendrá mejor promedio a final de ciclo, ya que la que pierda deberá invitarle un helado a la otra. ¡Qué miedo ser la perdedora!

Algunas veces le saco ventaja en algún trabajo, pero ella se recupera con esas elegantes e íntegras exposiciones que le encanta realizar frente a la señorita Stevenson. Durante las primeras cuatro o cinco semanas de clases llegué a sentir una malsana envidia por la rusa, ya que muy bien sabía que Mila tenía - o tuvo – una "cercana" relación de estudiante y profesora con la señorita Stevenson.

Siempre estaré en contra de ese tipo de ventajas, pero la manera distante y muy bien disimulada en que se miran o intercambian preguntas y respuestas durante las sesiones de clases me hace dudar ¡y mucho! Es casi como si la conversación – en la que pequé de entrometida – hubiese sido una escena teatral preparada exclusivamente para mí.

No lo sé con seguridad. La profesora le debe de llevar como unos diez años me imagino, ya que, para tener doctorado y otros estudios - como a la señorita Stevenson le gusta mencionar – te toma bastante tiempo de tu vida. A menos que la profesora no se hubiese dado descanso desde que se graduó. Claro que lleva muy bien los años y se nota que tiene una vida emocionante que se intercala perfectamente con el dictado en la universidad y su cargo de vicepresidenta en una empresa muy importante.

¿Jugamos? EnamórameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora