¡Protégeme! #1T |Hot/Ruggarol|

Capítulo 10

Pronto Karol apareció delante de Ruggero. Iba con su albornoz. Ruggero tuvo un escalofrío al pensar que mañana después de ducharse también se pondría aquel albornoz. Hacia un milenio que no tenía un escalofrío. Cada vez le sorprendía más lo que Karol provocaba en él. La observó serio. ¿A que esperaba? Aun que ya había visto gran parte de ella, se moría de ganas de verla... con aquella lencería.

Karol tiró del cinturón y dejó caer el albornoz. Ruggero tragó saliva. Ese jodido sujetador y ese jodido tanga le quedaban mejor de lo que había podido imaginar.

- Gí...gírate. - le dijo, sin poder articular casi nada.

Ella se colocó bien el pelo, haciéndose de rogar y se giró. Eso aun excitó más a Ruggero. Se levantó, observando su espalda, las curvas de su cintura, el perfecto trasero desnudo, solo adornado por ese pequeño hilo que se escondía por un sitio completamente envidiable. Le rodeó la cintura con un brazo y la apretó contra él.

Karol apoyó su cabeza en el hombro de Ruggero. Ruggero besó su cuello, totalmente expuesto para él. Acarició con su mano el vientre de Karol, hasta subir hasta uno de sus pechos.

Esto está mal... Ruggero es el diablo en persona... se arqueó al sentir como los dedos de Ruggero acariciaban uno de los pezones. Gimió.

- Eso es... siente lo que te doy... - Como esto sea otro jodido sueño no voy a poder aguantar otro despertar de ese modo. Pero tanto Ruggero como Karol sabían que eso era totalmente real.

Ruggero se separó un poco.

- Joder, que calor hace aquí. - se quitó la camiseta y pronto volvió a ponerse, ahora, en frente de Karol. La besó de nuevo como antes y la tumbó en el sofá. - No sabes lo duro que me tienes, Karol... - bajó su mano hasta el mojado tanga y la metió dentro.

Karol se tensó.

- No, cariño... - acarició sus labios con el pulgar - relájate... te va a gustar...

Y eso lo dijo mientras empezaba a tocar el punto más sensible y placentero que Karol tenía.

Karol arqueó su cuerpo ante Ruggero al sentir la primera fricción que hizo. Y eso que aún había ropa entre medio. Poca, pero la había. Deseo saber cómo se siente a carne viva. Ruggero apartó las copas del sujetador. Karol tenía vergüenza. Era la primera vez que se exponía con tan poca ropa delante de un hombre y Ruggero en tan solo cinco días la tenía maullando como una gata en celo. Deseosa, llena de lujuria... destrozando los tabúes. ¿Tabúes? Eso era... lo que iba a pasar entre ellos, no tenía que pasar.

Pero... oh dios mío. La lengua de Ruggero empezó a acariciar sus endurecidos pezones, sus dientes los tensaban aún más y la suavidad de sus labios era como el más caro de los camisones de seda que se hubiera puesto Karol. Sintió como Ruggero apartaba el hilo del tanga, como lo hacía a un lado y pasaba un dedo por el punto más prohibido del cuerpo de Karol. Ruggero fue el que gimió ahora. Sentirla tan mojada, sentir su suave carne que resbala en mis manos... sentir como se estremece. Esto es lo más excitante que he vivido nunca, ostia. Quiero oír como grita mi nombre hasta caer rendida en el mayor orgasmo de su vida.

- Ruggero... - murmuró ella, ahora con los ojos entrecerrados.

- Shh... - dijo inclinándose en su cuello de nuevo - no sabes lo hermosa que te ves, Karol... - dijo su nombre con tanta sensualidad en su tono de voz que se le puso la piel de gallina - te voy a dar placer... mucho... - le mordió el cuello - así que relájate y disfruta...

En ese preciso instante Ruggero introdujo un dedo en el interior de Karol. Le dolió un poco, pero no le dio importancia. Ella volvió a sentir un gemido de Ruggero... y como su pene se clavaba en su muslo, mientras la tocaba. La mano de Ruggero empezó a moverse, adentro, a fuera, en círculos... tan hábil que Karol sintió que no aguantaría mucho. Un segundo dedo fue a parar en el interior de su vagina. Gimió. Ruggero se relamió los labios, como si pudiera saborear los jadeos de Karol. Adoraba verla con esa expresión de 'quiero más, y solo tú puedes dármelo'. Solo yo puedo dártelo, nena... y no dudes en que lo voy a hacer.