¡Protégeme! #1T |Hot/Ruggarol|

Capítulo 15

Maratón 3/5

Ruggero se alzó de mala gana de la cama y se dirigió hacia a fuera.

Karol sopló. Estaba muy... demasiado mareada. Y desnuda. Abrió la puerta del baño, dejando uno de los grandes jerséis de Ruggero unas bragas y una toalla grande encima de la encimera del lavamanos y la alcachofa de la ducha empezó a expulsar el agua. Un entremedio. Esperó hasta que estuvo tibia.

- ¿Qué pasa? - dijo Ruggero semi-cabreado.

- Los sensores de movimiento han detectado alguna cosa... - miró a Ruggero - exactamente... dos cosas...

Ruggero alzó una ceja.

- ¿Crees que pueden ser los secuaces de Jorge? - dijo cogiendo las llaves del armario del cargamento. Michael lo siguió.

Ruggero no tardó mucho en abrir el armario. Los dos se metieron dentro del gran almacén.

- Esto es una mina. - sonrió Michael. - tienes de todo, querido Ruggero.

- Por algo soy uno de los más... - levantó un par de cajas. - destacados. -Sonrió y le lanzó algo - toma, creo que es tu favorita.

Michael miró admirado la goncz hi tec.

- Como me conoces...

- Ten cuidado, no te quemes. - sonrió Ruggero.

- ¿Estás gilipollas o qué? - Farfulló Michael - se utilizar perfectamente estas cosas. Apuntó en el vacío, probando la hermosa escopeta de fuego.

Ruggero cogió una de sus uzi cargada a tope y se la agarró bien. Cerró la puerta del almacén detrás de Michael y él.

- ¿Quieres alguna arma blanca por si las moscas?

- Dame - sonrió su compañero - Sabes que puedo se cínico, y no tengo escrúpulos si tengo que acuchillar a alguien.

Ruggero negó con la cabeza, riendo.

- ¿Puño americano o corvo?

- Ya lo sabes.

Ruggero le lanzó el cuchillo y Michael lo cogió al vuelo, mientras él se colocaba el puño americano perfectamente en los nudillos de la mano derecha.

~ ~

Karol se metió en la ducha. Cerró los ojos acariciándose el pelo y desenredándolo con los dedos. No estaba borracha, solo se le había subido un poco. Sonrió. Supongo que el jodido mareo se me pasará con la ducha. Empezó a enjabonarse el cuerpo.

De repente sintió como una mano le agarraba la muñeca. Y otra le tapaba la boca. Vio a un hombre vestido de negro, con un pasamontañas, a través del espejo. Puso los ojos en blanco. Otra vez Ruggero y sus bromas.

El hombre se inclinó hacia a ella. Karol intentó oponerse, aunque se le escapó una risa floja, pensando que en realidad... le gustaban aquellos juegos. Pero se puso pálida cuando escuchó aquella voz... tan diferente al confortable tono de Ruggero.

- Para de moverte. - dijo con un acento algo extraño. Quizás chileno. - no querrás que te haga daño, preciosa...

Se levantó algo el pasamontañas. Karol pudo distinguir algún corto rizo y unos ojos azules como el cielo, a través de los agujeros en el pasamontañas. Le lamió la cara. Karol sintió ganas de vomitar. Algo se clavó en su trasero. Y no quiso saber para nada que era. Le mordió la mano. Él la apartó.

- Serás puta... - Masculló agarrándola con más fuerza.

- ¡Déjame! - Gritó ella antes de que el secuaz de Jorge pudiera volver a taparle la boca. - ¡Ruggero! - gritó desesperada.

- A estas alturas, tu Ruggero ya estará muerto. - se rio él, golpeando a Karol para que se callara. Pero ella hizo caso sumiso a sus palabras. No puede haber muerto - No vuelvas a abrir la boca, zorra. - Karol sintió como aquel hombre se bajaba los pantalones. Dios, no... no. - vas a lamentarte... voy a aprovechar este cuerpo antes de matarte como una cualquiera.

Los ojos de Karol se llenaron de lágrimas. Ruggero, aparece... por favor...

La puerta del baño cayó al suelo.

- ¡Karol! - gritó Ruggero acercándose al inquilino que tenía agarrada a su... a su chica. Si, joder, Karol era su chica, solo suya. - Apártate de ella, hijo de la gran puta. -

Ni la misma Karol reconoció a ese Ruggero... ese Ruggero lleno de ira. Hasta ella misma tuvo miedo. Cogió al tipo del pasamontañas, arrancándoselo de golpe, lo agarró del pelo e hizo que saliera de la ducha deprisa y corriendo. Karol cayó, sentada en las baldosas. Las piernas no le respondían. Las lágrimas se camuflaban con el agua que seguía cayendo de la alcachofa de la ducha. La mirada de Ruggero se cruzó una vez con la de Karol. Esa mirada, limpia, segura... la calmó. Sabía que con él, no le pasaría nada. Que estaba a salvo, que la protegería... pero no solo eso. Esa mirada le decía mucho más que aquello. Esa mirada, encerraba tantas cosas que Karol podía confundir con... amor.

Si Ruggero no paraba mataría al hombre a golpes. Obviamente había perdido la erección que, asquerosamente, antes le había hecho notar a Karol y Ruggero se había percatado de lo que aquel hombre había estado a punto de hacer. Por eso lo había pagado... y también, torturando.

- Jodido hijo de perra, como le hubieras llegado a hacer algo... - dijo Ruggero encima de aquel tipo, sin dejar de golpearlo - te juro que te mato ¡te mato!

El corazón de Karol se aceleró. Las cortinas de la ducha cubrían la horrible imagen de aquella pelea en la que por supuesto, Ruggero iba por delante. Hasta se habían manchado de sangre, y Karol no quería ver ninguna de aquellas sádicas escenas. Pero esas palabras... a Ruggero le daba rabia... él no estaba golpeando a aquel hombre por que fuera uno de los compinches de López. Él golpeaba a aquel hombre porque había estado a punto de violar a Karol y era eso lo que causaba la ira en Ruggero. Karol aún se seguía preguntando ¿Por qué? Si ellos dos... no eran nada... ¿no? Un tiroteo seguido hizo que se sobresaltara. Dobló las piernas y apoyó sus brazos en las rodillas, escondiendo su cara en aquel pequeño espacio que quedaba entre su torso y los muslos. Tenía miedo... miedo de que a Ruggero le pasara algo. Si a él le pasaba algo, todo lo demás le daría ya igual. Empezó a llorar, rezando porque toda esa mierda terminara lo antes posible. Admitiendo... que por primera vez, estaba completamente enamorada del hombre que la había secuestrado... para protegerla.