¡Protégeme! #1T |Hot/Ruggarol|

Capítulo 12

A Karol le temblaron las piernas. Cayó de rodillas. Dejó resbalar la pistola por su mano, hasta el parqué del suelo. Ruggero la miró, sorprendido. Luego miró a Ariana. Le tomó el pulso, que cada vez iba a menos. Estaba muerta.

- Dios mío... - Karol empezó a llorar. - he matado a una mujer... La voz le temblaba y la respiración se le empezó a entrecortar. A Ruggero parecía que ese estado no le sorprendía. Él había matado demasiado. Y parecía que, para Karol era la primera vez. Ruggero se arrodilló a su lado.

- Shh... tranquila... - le frotó los brazos y la abrazó. - Eeehh, lo tenía merecido.

- ¿Por... qué... no te... sol... taste... de su bra... zo? ¡Es u... na mu... jer! Eres... mu... cho más... fu... erte... - dijo sollozando. Casi no se le entendía, pero Ruggero sacó conclusiones de sus palabras sueltas.

- No sabes lo entrenada que está Ariana. Además, estaba desarmado, si me libraba de su brazo, me dispararía igualmente. - Karol lo abrazó fuerte.

- Nunca... más... - murmuró contra su hombro.

- ¿Nunca más qué? - dijo besándole la frente.

- Nunca más me des este susto... - le cogió la mano y se la puso sobre un pecho. El corazón le iba a mil. Después de unas décimas de segundo más tarde, Ruggero se dio cuenta de lo que estaba tocando. Y no tardó en reaccionar. Le acarició la teta.

Su respiración se agitó. Aún en una situación así, a Ruggero hubiera gustado tranquilizar a Karol a base de caricias, besos... y mucho más. Sintió como el pezón se le erectaba entre sus dedos. Karol se apartó. Aun con la respiración más parada.

Tenía las mejillas húmedas, los ojos color verde inundados en una capa de lágrimas y... a pesar de ello, un precioso rubor le cubría la cara.

- Ruggero... - murmuró. Quería levantarse pero sus piernas aún no le respondían. Él la miró apenado.

- No te creas nada de lo que Ariana ha dicho.

- No lo he hecho... yo no pienso eso de ti.

El corazón de Ruggero se aceleró. ¿Por qué mierda siento esto? Karol no era una de esas chicas malas... Karol no era una cualquiera. Karol era dulce. Pero... ¿Y si volvía a suceder lo de Candelaria? Estaba claro que ella no pertenecía a una mafia chilena.

Pero... ¿Y si se volvía a enamorar? No... no, joder. Ruggero Pasquarelli nunca había estado enamorado. Nunca. Y Nunca lo estaría. Candelaria solo había profundizado algo más. Unos cuantos te amo sin sentido... que no significaban nada, ni para él, ni para ella. Miró a Karol No se parecía nada a Candelaria... ella era diferente. Era... Especial.

Después de tres manzanillas, Karol se sentó al lado de Ruggero, a ver un poco la televisión. Michael había vuelto hacia una hora... se había quedado en el pueblo y no había vuelto hasta las once. Él se ocupó del cuerpo de Ariana, después de contarle todo lo que había sucedido. Ruggero y Karol volvían a estar solos. Ella ahora más calmada. Apoyó su cabeza en el hombro de él.

- ¿Te importa? - murmuró, mirándolo.

- Claro que no. - sonrió.

Ruggero sonreía poco. Ella ya había dicho que no demostraba mucho sus sentimientos. Pero cuando lo hacía sinceramente, era guapísimo. Ella suspiró profundamente.

- Espero que esto no te traume de por vida.

- Eso espero yo también. - Karol sonrió - supongo que cuando vuelva a mi vida, ya me olvidare de todo.

A Ruggero se le congeló el corazón. Cuando vuelva a su vida... se olvidará de todo. Incluso de mí. Esas semanas que tenían que compartir... al fin y al cabo no significarían nada. Cuando Karol estuviera fuera de peligro, fuera del alcance de los secuaces de López, ella podría volver a su casa. ¿Por qué coño me siento mal? Oh, Ruggero... ese hombre se podría tragar su orgullo de vez en cuando y ver un mirar un poco más, en su interior... para saber realmente y poder aclarar sus sentimientos, de una vez por todas. Él no creía en el amor, tampoco en la mujer perfecta para él, después de lo que pasó con Candelaria. Pero a veces... todo eso lo tienes en frente. O quizás sentado al lado, con la cabeza apoyada en tu propio hombro.