Vecinos. [|MikaYuu|] •Concluida•

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¿Novios?

La vida de ambos chicos era resplandeciente, tanto que se podía considerarse como algo paranormal. Es decir, que tu vida cambie de un monótono color gris y de repente sea una exploción de colores no era normal.

Pero vamos, ¿Quién dijo que sentir amor era algo normal? Después de todo se desencadenan muchos sentimientos.

A pesar de que ambos sabían que se gustaban no estaban en una relación aún.

Bueno, al menos ninguno de los dos lo había aclarado.

—¿Yuu-san?— la pelimorada tocó la mejilla del nombrado.

—¿Mhh?— sonrió dulcemente mientras acariciaba su flequillo, Mikaela también tocaba sus mejillas, claro está que de una manera más cariñosa.

—¡Ohh, Yuu-san está enamorado!— exclamó la de baja estatura mientras se paraba de su asiento, haciendo que todos los del aula de clase los mirarán.

—¡¿Q-qué?!.— se avergonzó Yuu, ¿Era tan evidente?.—¡N-no! Bueno, si pero ¡Agh!

—¿BakaYuu está enamorado? Esa no me la esperaba.— exclamó la rubia.

—Pobre de aquel chico, debe estar exhausto por recibir tus cariñitos. Si es que superaste la vergüenza y eres cercano a él.— dijo arrogante el de lentes mientras le daba una sonrisa burlona a su amigo.

—No seas así, Kimizuki... Estar enamorado se siente bien...— susurró el castaño con una tímida sonrisa.

—¡Yoichi dice la verdad maldito Kimizuki!.— se defendió Yuu.— Además, a él también le gusto. ¿Qué te parece eso idiota de cuatro ojos?

—¡¿También le gustas?!.— gritaron todos.

Afortunadamente estaban en la última clase del día y el docente no estaba con ellos, de no ser así el profesor ya los hubiera sacado a patadas del salón.

—¡¿Por qué les sorprende tanto?!— suspiró pesadamente el azabache.—No empiecen con sus preguntas por favor.

—Aguafiestas.— rodó los ojos la más pequeña.

Shinoa Hiiragi, Kimizuki Shihō, Yoichi Saotome y Mitsuba Sangū eran los amigos de infancia de Yūichiro, sabían sobre la sexualidad del mismo y todos los fracasos que ha tenido en el amor ¿Cómo no sé sorprenderían? Pero esta sorpresa es algo leve a comparación de cuando se enteren quién es el recibidor del amor de Yuu.

Lo cual van a descubrir en tres, dos, uno...

¡Ring!

—Me voy, adiós manada de idiotas.— dijo rápidamente Yuu mientras agarraba su bolso y salía rápidamente.

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—Tenemos que seguirlo.

[×××]

Yūichiro estaba entusiasmado, Mikaela no tuvo clases por lo que iría a recogerlo para ir a almorzar a alguna parte. Salían de vez en cuando, sus pequeñas citas eran divertidas. Aunque llamaban bastante la atención por culpa del Príncipe de Hielo.

—¡Mika!— se lanzó a abrazarlo.

—Hola Yuu-chan.— rió el más alto correspondiendo el gesto.—¿Cómo te fue?

—Bastante bien, moría de ganas por salir.— sonrió.—¿Donde iremos?

—Sorpresa.— tomó las mejillas del contrario y las apretó con suavidad.