3. Labios

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Cuando Yuuri despertó de sus dulces sueños, le extraño que su novio no estuviera a su lado.

-¿Ota?

Lo cierto es que Otabek ya se había despertado, con la idea de hacer el desayuno y así sorprender a los Katsuki y especialmente a su lindo japoné

Sin embargo, el adorable cachorro de la casa lo distrajo y ahora es observado por la mirada tierna de su novio.

Y que en un gesto digno de su mejor amigo Phichit, no dudo en ir buscar su teléfono hasta el dormitorio y volver sigilosamente para tomarle una foto.

Sin darse cuenta que el sonido del flash estaba activado y fue descubierto por su novio kazajo.

Quien le sonrió con ternura  y llevando al pequeño cachorro entre sus brazos, se acercó a él y besó su frente.

¿Aaahh porque no en mis labios?

Y casi como si le leyera la mente, lo besó.

-Buenos días, bebé.

Y Yuuri no pudo más que sonrojarse.

-No me habías presentado a esta preciosura –le dijo e indico con la mirada al perrito que llevaba en sus brazos.

-Es mi Vicchan.

-Es tan adorable como su dueño –y besó su cabecita.

Tan lindo..

-¿Dormiste bien? –preguntó el moreno y dejó al caniche en su camita que estaba ubicada cerca del puerta.

-Mejor que nunca –respondió con una sonrisa.

-Me alegro, porque vendré más seguido a quedarme contigo.
Aquello lo dijo con voz coqueta y besando la comisura de sus labios.

-¿Es enserio?

-¿Alguna vez te he hablado en broma?

El nipón no respondió.

Adora a su novio, le encanta estar con él.
Pero también lo pone nervioso.
Porque Yuuri nunca ha sido cariñoso ni menos de piel.

Ahh Otabek, revuelves mi mundo y me encanta eso.

Por la tarde salieron a pasear tomados de la mano por un parque cercano y luego de un rato,  se sentaron en una banca.

Otabek se recostó apoyando su cabeza en el regazo de su novio, y el mayor aun con sus manos temblorosas, comenzó acariciar su cabello con cuidado.

Y la bonita sonrisa que esbozó, lo invitó besar su labios.

-Me gustas tanto Yuuri –y tomando la mano de su novio y la acercó a su corazón – ¿Sientes como late alocado?

Y él asintió sonrojado.

-Nunca se había sentido así por nadie ¿Ves lo que ocasionas?

-¿Es por mí?
-Claro que es por ti.

Se reincorporó y tomó las mejillas suavecitas de su azabache.

- El corazón no miente –susurró en sus labios.

Y yo tampoco.

Mi amor .

PigBear (Otayuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora