Capítulo 3 El último viajero

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Aún con la inquietud en su pecho, fue a sentarse nuevamente en la mitad de la gran sala de estar. La incertidumbre se hacía presente aún al haberse alejado de todos y de todo. Su mirada se clavó en el suelo, sintiendo que no podría siquiera comenzar a jugar sin antes haber pensado en todo lo que sucedió, en lo último... Aceptaba que muy internamente se alegró cuando Mello siguió sus pasos, y más aún con su extraña disculpa. Pero para Near no estaba bien el dejarse llevar por eso, era sumamente peligroso, según su experiencia.

Suspiró pesadamente, limitando su mente a sólo pensar en qué juguete tomaría para distraerse, escogiendo una gran variedad una vez cerca del baúl. Tomó algunos en sus brazos y se fue a una esquina de la sala, sentándose y esparciendo los juguetes. Tomó un muñeco, el primero que visualizó. Lo acercó un poco, como apreciando el detalle con el que se había fabricado, pero en realidad... sólo atormentaba su mente una vez más mientras pensaba.

Cuán fácil sería si simplemente aprendiese a manejar sus emociones con claridad; si pudiese ver sin que su vista se nuble; si pudiese tan sólo... encasillarse por siempre. Tenía tanto miedo. Era una completa vergüenza admitirlo, pero al menos sólo se lo decía a él mismo. Su frustración incrementaba, hasta que se canalizó de forma física y al presionar un poco su mano, rompió una parte del muñeco de plástico. Fue entonces que reaccionó, parpadeando un par de veces hasta mirar al juguete dañado.

Si lo dejo hasta el fondo del baúl seguro que nadie lo notará... o tal vez deba tirarlo...

Apartó al juguete y antes de poder tomar otro, una sombra cubrió el área donde estaba sentado. Near lo notó al instante, pero algo le hizo vacilar y no volteó a verle, por lo que aquella persona que provocó la sombra tuvo que agacharse, mirando fijamente al menor con el ceño fruncido.

— Oye —Llamó con un tono no muy amigable. Near finalmente correspondió al contacto visual, encontrándose esa afilada mirada, esa que le inquietaba pero le incitaba a quedarse ahí y mirarle, como una trampa venenosa y dulce que no mata.— Detesto que se vayan así

— Pero no parecía que fueses a decir algo, Mello... Además, realmente quería retirarme, y si lo que buscas es una disculpa, pues entonces, lo siento —Dijo con simpleza, ignorando al rubio y al sentimiento extraño que pasaba en su ser, volviendo a querer tomar otro juguete.

— ¿Y encima me ignoras?

— Mello, no quiero discutir —Dijo con un tono ligeramente cansado. — Estoy seguro que tú tampoco, así que lo mejor es que ya no hablemos

— ¡Pero tú...! Espera... ¿Qué es eso? —Near arqueó una ceja al no entender, y al reaccionar tarde, a penas se dió cuenta de que Mello ya tenía en su mano el juguete que había roto. Increíblemente, como si la cólera se hubiera ido, Mello sonrió de lado. — ¿Tú lo rompiste? —Near se avergonzó un poco, aunque se preguntaba el por qué a Mello le causaba gracia tal cosa.

— Fue un accidente...

— Claro... ¿Tan enojado estabas? Y eso que parecías tan tranquilo... —Burló Mello con algo de sutileza, más pareciendo querer bromear que molestarlo. El breve silencio se interrumpió por la voz de Mello. — En serio... no les hagas caso —Dijo al asumir que la situación anterior con sus amigos le había afectado mucho. Near no respondió, sólo tenía la mirada baja y prefería esperar a que Mello continuara a guiar la conversación, pero el silencio era lo único presente.

Near se detuvo a pensar un poco... al esperar que siguiera la conversación significaba que quería en realidad que Mello siguiese ahí, a su lado. Ya era muy tarde para negárselo, en verdad estaba algo interesado en hablar con él.

— Bueno... supongo que en realidad debo irme —Murmuró Mello, con un tono algo complicado de decifrar. Dejó el muñeco roto a un lado y ante la intensión de levantarse, Near tomó con una de sus manos la manga de su playera negra. — ...¿Qué ocurre? —Cuestionó algo extrañado, pero el menor no contestaba, sólo volteaba a otro lado. Mello no era alguien con mucha paciencia, y por más que quisiera, se estaba desesperando porque Near parecía no querer contestar.

Conceptos del amor: CAMELIA [Mello x Near] [L1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora