Capítulo 5 Cuentos de Jardín

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En realidad no le agradaba mucho estar teniendo que mantener su distancia con respecto a Near, pero es que nada podía hacer cuando el menor era quien casi evitaba siquiera mirarlo. Quién diría que la pequeña oveja sería tan resentida. Mello al pensarlo sólo sonreía de lado, imaginándose cómo se pone él cuando se enoja con alguien. Era esos momentos en que admiraba a su amigo, quien aguantaba usualmente sus rabietas.
Pero regresando a su pensamiento inicial, la verdad es que ya tenía alguna idea de cómo podrían volver a hablar tranquilamente, sin embargo, habían muchas cosas que le inquietaban, como el hecho de estarse preocupando por algo que nunca hizo mal, por enfocarse mucho en el perdón de alguien, y pensar que... apenas se conocían.

Era extraño para él pero... era verdad que no podía evitar ponerse triste al saber que el pequeño no tenía ganas de hablar con él. Era hasta milagro cuando le devolvía el saludo.

Una parte bonita de los niños es que aún cuando exista el rencor y el orgullo, son cosas que duran siempre por muy poco tiempo; es tan curioso y a veces causa una gran ternura cuando fácilmente puedes hacer sonreír a un niño que recientemente estaba enfadado o hacer reír a uno que lloraba.
Son detalles que aún cuando mencionemos que son simples, en realidad son de lo más complejo, al menos para aquellos que crecen y desarrollan la amargura, pues... ¿Cuándo alguien mayor se deja contentar cuando su sangre hierve de ira? Por supuesto que no sucede tan simple, es muy difícil de hecho, pero con los pequeños... en ellos hay tanta dulzura que se les hace casi imposible mantenerse de mal humor por mucho tiempo.

Entendiendo eso, sabemos que incluso en ese pequeño de mirada azulada, el orgullo no perdura mucho tiempo, y que, con una simple idea, puede sentir que ya podrá cambiarlo todo para bien, pues su mente tan soñadora de niño ya le había dado una idea para que él y aquél chico de cabellos blancos sean amigos nuevamente.

Los pequeños pasos de los niños se escuchaban por casi todos los pasillos, que a pesar de ser ya una hora donde la noche salía de gala, los niños volvían a salir de sus habitaciones para caminar por ahí, incluso a correr para aquellos que apenas les hacía efecto el azúcar. Había momentos en que eran empujados sin mucha brusquedad por un menor de cabellera rubia, quien intentaba esquivar a los demás que pasaban por el mismo pasillo, ya con la intensión de correr también para salir de la marea.

– ¿Qué diablos? Ya deberían estar dormidos –Casi como si él fuese mucho mayor, aunque la mayoría coincidía con su edad.

Tan pronto como fueron escuchadas sus palabras, vio a lo lejos a Roger que salía con un semblante cansado, anunciando ya la hora y que debían irse a dormir. Mello intentó pasar desapercibido para el anciano, ya que aún necesitaba mantenerse fuera de su habitación. Pero fue pillado en unos cuantos segundos.

– Mello, ya deberías ir a tu cuarto –Mencionó el mayor con su voz ronca y ligeramente cansada, sonando también bastante paternal. Le sonrió ligeramente y acarició con sutileza los cabellos del menor. Le gustaba a veces mirar cómo el pequeño torbellino de emociones podía mantenerse quieto y mirarle tan atentamente, con esos ojos cristalinos y azules, incapaces de ser opacados aún con ese puchero que mostraba, en resistencia a su orden.

– Pero en un rato más –Insistió, aún faltando experiencia para que sonara más a una orden sus palabras a un adulto.

– No, ya es tarde, anda, ve a bañarte y a dormir –El menor sólo le miró un reproche y asintió, terminando de cruzar el pasillo para irse.

– De todos modos a donde voy queda de paso –Murmuró con una sonrisa triunfante, y cuando salió de la visión de Roger, comenzó a correr para no perder tanto tiempo.

Ni siquiera quiso pensarlo demasiado, ya al haber conseguido lo que quería, fue a su habitación precisamente para bañarse y después buscar otro detalle que faltaba. Estaba hasta comenzando a confundirse porque volteaba constantemente a sus lados, vacilando a dónde dirigirse dentro de la habitación. Una vez comprobando que no faltaba nada, cerro su cuarto tras salir.

Conceptos del amor: CAMELIA [Mello x Near] [L1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora