Conceptos del amor: CAMELIA [Mello x Near] [L1]

Capítulo 8 Otra clase de flores

La verdad que esa mañana estaba bastante tranquila, y sobre todo agradable. El clima fresco era favorecedor para los que se inclinaban por los climas fríos y aún no querían despedirse del invierno. Un chico de pijama blanca caminaba entre pasillos, buscando en disimulo, pasando y esquivando también a los niños que corrían por los mismos caminos, pues aunque la mayoría ya tenían entre doce años en adelante, aún habían huéspedes de al menos siete u ocho años que disfrutaban de correr para divertirse, lo cual no le desagradaba mucho a Near, estaba bien que pasaran momentos así, pero que no interrumpan el caminar de él.

A medida que avanzaba entre los pasillos, al bajar las escaleras comenzó a notar que algunos chicos se comportaban un tanto extraño, murmurando y como si todos se acabaran de desalojar de una reunión. Nadie parecía querer disimular mucho el hecho de que se encargaban de correr algún chisme. A Near realmente no le interesaba saber esa clase de cosas, pero sí le parecía un poco interesante cómo todos parecían una sola cadena, imaginándose a veces las voces y la forma en que exagerarían los hechos a cada persona que pasaba.

Terminó por el último pasillo hasta una gran sala, captando su atención un par de chicos discutiendo en medio de ésta, retándose y dispuestos a llevar ese enojo a otro nivel, hasta que uno de ellos sólo maldijo algo por última vez y se fue de ahí, dejando al otro con un semblante molesto, pero aliviado una vez que vio marcharse a su adversario. Aquél que quedaba en esa sala era Matt, quien al voltear a ver a su alrededor se encontró con la mirada de Near, e inevitablemente le sonrió algo apenado, pensando en que seguro vio esa discusión y es que en realidad a Matt no le gustaba que viesen una faceta de él así.

— Hey... ¿Qué tal, Near? —Alzó su mano para completar su saludo.

— ¿Qué ocurrió? —Near se señaló a sí mismo la mejilla, haciendo referencia a que Matt tenía algo ahí mismo. El mayor entendió, y sonrió de lado, tapando un poco con su mano el área rojiza de su mejilla. —

— Sólo fue una tonta pelea... bastante infantíl diría yo —Bajó su mano, en realidad no tenía caso querer ocultar el golpe recibido momentos atrás.

— No es... tu estilo meterte en esa clase de problemas, creo yo

— Y estás en lo correcto, pero cierto rubio parece imán de estas situaciones —Rió levemente. — Intenté apartarlo hace un momento de una pelea, pero acabé en una con otro sujeto, fue un desastre pero al final no pasó a mayores, aunque ahora Mello está en la oficina de Roger, seguramente aburrido de estar escuchando su nuevo castigo

— ¿Mello... está bien? —Sabía que Mello nunca perdía en alguna pelea, pero tampoco se excentaba de los daños.

— Seguro, sólo ví que sangraba un poco de la nariz y aún le quedaba energía para seguir discutiendo en el camino hacia la oficina, pero por eso mismo iba a ir con él, ¿vamos? —Sonrió y comenzó a caminar, estando seguro de que Near también querría ir a ver a Mello.

— ¿Y por qué peleaban? —Cuestionó Near después de un largo silencio en el camino.

— No lo sé, apenas había llegado y ya estaban matándose —Contestó y en unos segundos ya estaban frente a la puerta de la oficina de Roger, tomando asiento en las sillas que simulaban ser una sala de espera. — Aunque no creo que sea buena idea preguntarle ahora

— Entiendo —Asintió suavemente, columpiando sus piernas al estar a un par de centímetros sobre el suelo.

— Sí, ya sabes, a él...

— No le gusta mucho hablar de sus problemas, lo sé —Completó el menor, aunque su voz no era severa. El mayor le sonrió de manera nerviosa.

Esas fueron las últimas palabras antes de que la puerta a su lado se abriera, dando paso a un par de chicos para salir molestos, pero ninguno era Mello. Uno de ellos volteó a ver a Matt, con una mirada asesina que en verdad no le asustaba, ni molestaba siquiera, su paciencia se mantenía. Al minuto finalmente salió quien esperaban, y por supuesto maldiciendo con palabras que ninguno de los otros presentes podía entender. Ya estaba pasando de largo, sin haber notado la presencia de ninguno hasta que Matt llamó.