Capítulo 11 Flor ahogada

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Esa enorme incomodidad de que alguien tomara la total libertad de acercarse e incluso abrazarte como si fuesen algo, era terrible, al menos para Near. Miró unos instantes al chico a su lado, tan fijamente, pero luego apartó la mirada, buscando forma de escapar de esa situación; la inquietud incrementaba, porque muchas cosas están fuera de su lugar y de manera repentina.

¿Qué diablos quería? Nunca se había acercado a él de esa forma, y era de las cosas que más le preocupaba.

— ¿Qué haces? — Su voz sonaba algo irritada, intentando a la vez retirarse de ahí, pero no podía comparar su fuerza.

— Verás, necesito que nos acompañes — No había notado que otro chico estaba también ahí, y aunque la poca luz se estaba desvaneciendo, el rostro de Andy y Jim eran lo suficientemente visibles para reconocer, además de sus voces.

— ¿Sostengo ésto por ti? —Le arrebató los libros que el chico cargaba, siendo fácil para el evitar la resistencia de Near.

— Basta, yo debo irme —No tenía miedo, y su voz era firme, pero ellos simplemente no le podían tomar en serio.

— Vamos Near, no tienes que perderte de nada

— ¿De qué hablas? —Andy, quien forzaba a Near a mantenerse cerca de él, se dio la vuelta para comenzar a caminar, deteniéndose ante el forcejeo del menor.

— Bien, parece que será más complicado — Su voz, casi carraspeando por hacer un poco de fuerza y que Near dejara de moverse tanto, o que al menos lo pudiese llevar casi arrastras, tapando a como pudo su boca, porque Near en verdad tuvo intenciones de hasta gritar si era necesario, con tal de que esos cobardes huyeran, pero ya no podía, y ni forma de morderle la mano.

Fue llevado a través del largo pasillo, intentando inútilmente de detenerse, porque sus pies sin calzado se deslizaban con el suelo, a diferencia de ellos. Terminaron por empujar al chico en una habitación, y ahora que lo habían soltado, intentó correr, pero ambos seguían a su lado, impidiendo todo.

Near buscó cualquier cosa en la habitación que pudiese servirle para poder defenderse, cosa que no era algo que le agradaba pero no iba a dejarse de nada. Quien traía sus libros los tiró a un lado, mientras otro espiaba un poco hacia afuera, esperando.

Tenía que al menos analizar la habitación, siendo relativamente fácil deducir que era habitación de una chica, y viéndolos a ellos, era más que obvio a quién esperaban. Y era entonces que tras deducirlo, la dueña de ese lugar entró, con el ceño fruncido y su respiración casi agitada.

— ¿No es muy dramático ésto? — La chica apretó la mandíbula ante las palabras del menor, aguantando el correr hacia él para golpearlo en ese momento.

— ¡Cállate, maldita sea!

— Si no quieres escucharme entonces deja que me largue, y termina con estas tonterías — Le retó, y aunque estuviese molesto, se escuchaba casi tranquilo.

— Eres un gran idiota, Near... y durante tanto tiempo no te hice realmente nada — Claro, a lo que ella llamaba hacer algo era distinto a molestarlo con cada oportunidad. Ambos chicos detrás de Tamara estaban algo tensos, pero continuaban ahí en silencio, como si estuviese bien lo que ella hacía.— Todo, todo te estuviste llevando, y me cansa, me harta — Avanzaba con pasos largos hasta Near, quien se había tensado un poco, no sabiendo si podría retroceder.

—  ¿Por qué no puedes decirme qué te sucede? En vez de gastar tu tiempo conmigo, gritándome cosas insensatas que no puedo entender, ¿Cómo quieres llegar a algo así?

— ¡Tú no tienes ni la cabeza para entenderlo! — Casi a su altura y lo más cerca posible, lo empujaba, intentando torpemente hacerle caer.

— Ésto es una estupidez  — Tomó sus manos con fuerza, alejándola, pero sólo lograba retenerla por breves momentos, ya que ella seguía consiguiendo empujarlo.

Conceptos del amor: CAMELIA [Mello x Near] [L1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora