Sentado en silencio, ningún sonido se atrevía a romper la barrera de tensión creada en todo el camino que llevó recorriendo un pequeño y su corazón agrietado. La impotencia de reprocharse a sí mismo por haber desobedecido su regla, una de las pocas que tenía. Era tan simple seguirla, porque lo hizo durante mucho tiempo, pero... es entonces que se preguntaba quién tendría la culpa, si él por no hacerle caso a la experiencia o aquél niño de ojos celestes que se atrevió a quedarse pese a tanta advertencia.
Ya no consideraba una opción esconderse entre las sábanas, a penas había llegado a su habitación y esa necesidad se esfumó, quizá para no sentirse más estúpido e infantíl. Sólo estaba sentado, dejando sus pies colgar en un vacío, lejos de las espinas que creía que estaban en el suelo.
- No tengo tiempo para ésto... -Intolerante al dolor interno, simplemente quería que desapareciera, y tal vez si olvidaba esas ilusas ideas podría mantenerse tranquilo y hacer que la serenidad regresara a él. Porque la penumbra nunca fue su aliada, ni siquiera las intenciones de ser tiene.
Al menos ya no podía oír las voces que en otra habitación se escuchaban, aún hablando en nombre del pequeño niño, ese que se hundía entre enredaderas.
- No lo sé, fue demasiado incómodo... es decir, yo creí que... sería genial estar con él, pero resultó ser casi todo lo contrario a mis espectativas... quise irme pero... en realidad no supe qué hacer, así que sólo me quedé allí con él... -Su amigo le miraba espectante, haciendo una muy ligera mueca que revelaba algo de pena o descepción. También se sentía algo mal porque conocía a su amigo, sabía parcialmente lo que estaba pensando. El rubio se había tomado la molestia de defender al chico nuevo, pero al final siente que no valió la pena. Podría no ser gran cosa, pero para que Mello actúe así con alguien es que tiene altas espectativas. Bajó la mirada, dudando si quitarle el Pause a la consola o continuar en el silencio junto a Mello. Suspiró y alzó su vista, mirándole extrañado al ver que el rubio estaba sonriendo, teniendo su mirada perdida en quién sabe dónde.
- ¿Qué ocurre? -No quiso mencionarlo, pero es que aquella expresión era bastante inusual en su amigo, y no pudo evitar sonreír también.
- Que... sólo tenía que estar un rato más con él para saber que también sabe reír, igual que nosotros -Dirigió su mirada hasta encontrarse con los ojos verdes de su amigo, esos que se escondían tras un cristal. Podía sentirse un aura que reflejaba una fuerte ilusión. - Puede que sea algo serio, pero no como los demás pensaban, incluso como yo lo pensaba por un momento -Mencionó con una pequeña sonrisa sincera, recibiendo otra por parte de su mejor amigo.
- ¿Entonces se seguirán hablando?
- Sí, ya somos amigos -Matt se sorprendía al percibir ese tono de orgullo al mencionarlo.
- Me parece increíble -Mencionó con su mirada espectante.
- ¿Por qué parece que debo ofenderme? -Frunció el ceño mientras Matt sólo reía con levedad.
- Para nada, querido amigo -Se recostó en la cama, aún viéndolo.- ¿Mañana irás con él?
- Eso creo -Igualmente se recostó, quedando boca arriba. - Me gustaría que estuviese con nosotros...
- Pues con lo que sucedió hoy...
- ¡Lo sé! No pensé que Tamara fuese tan imprudente... a veces es pesada pero... ahg... no lo sé
- Si te soy sincero... creo que hoy no hubo mucha diferencia en el comportamiento de Tamara... tal vez ese niño te conmovió -Sonrió de lado. - y por eso pensaste que ella fue más grosera
- Pero aún así... -Sus argumentos se acababan, algo tan raro, pero eso se debía a que estaba dándose cuenta de que Matt tenía cierta razón, sin embargo, seguía en desacuerdo con el comportamiento de su amiga. Bufó con molestia. - Y tú pareces estar de acuerdo con ella
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Conceptos del amor: CAMELIA [Mello x Near] [L1]
FanfictionNuestra historia debe comenzar desde el momento en que se conocieron, ¿Cuál fue la impresión de cada uno? La intriga de saber cómo es realmente aquella persona que tanto está llamando tu atención desde el primer instante es algo que no se puede igno...