No soñé nada esa noche, solo cerré los ojos y para cuando me di cuenta, un nuevo día había comenzado. No había sido la mejor noche de descanso de toda mi vida, pero sí que me había hecho recuperar toda mi energía perdida.
Eran alrededor de las 9:00 de la mañana. Unos rayos de sol se asomaban por entre as cortinas de la ventana de mi recamara, y de una manera casi celestial, bañaban mi rostro lo suficiente para admirar tal belleza de la naturaleza, pero no demasiado como para que quemara mi piel.
Decidido me levanté de la cama, e puse mis sandalias lentamente y Salí de mi cuarto, todo estaba sumamente tranquilo. Me dirigí hacia el comedor con la intención de desayunar algo, cuando me topé con una nota dirigida hacia mí, acompañada con un billete de $200. La nota decía lo siguiente:
"Carlos, te deje 200 pesos para la comida, le das de comer a los perros, si sales cierras la puerta con llave, te cuidas, llego el domingo en la noche."
Fue en ese momento cuando por fin me di cuenta de que mi madre había salido de viaje a su clásica peregrinación a Guanajuato como lo hacía todos los años. Lo había olvidado por completo, pero bueno, supongo que una agradable sorpresa como tener un fin de semana solo en mi casa tampoco es malo.
Después de sentirme ligeramente alegrado tras leer de nuevo la nota y tomar el dinero, tomé un buen vaso de licuado de fresa natural y volví a entrar en mi habitación. Desafortunadamente las buenas noticias terminaron ahí, mi habitación solo podía ser descrita en una sola palabra: asquerosa. Toda la semana no la había ordenado para nada. Y fue ahí cuando me di cuenta que toda la casa estaba desordenada, pisos, baños y traste sucios. Mi madre no había tenido tiempo para limpiar un poco la casa por los preparativos de su viaje y ahora dependía de mi hacerlo. Puta vida.
En realidad, todo lo que tenía que hacer no era demasiado complicado, fregar los trastes sucios, barrer, trapear, lavar baños, lavar mi ropa sucia. No era algo excepcionalmente complicado. Pero debido a mi enorme pereza para hacer aseo en mi casa, una labor que pudo haber terminado en unas tres horas, me llevo alrededor de medio día. Si lo sé, fallo mío, pero en mi defensa, no tenía nada más que hacer durante todo el día.
De cualquier modo, comúnmente cuando un adolescente tiene su casa para el solo durante un fin de semana entero, lo normal es pensar en una enorme fiesta "¡¡sexo, alcohol y drogas mother fucker!!". Pero en mi caso, lo único que hago durante 48 horas es hacer aseo, tareas, prepararme mi comida y pasármelo bien y tranquilo un rato. Nada excepcional o extraordinario.
De hecho, mi maestra de ciencias de la comunicación me dijo un día:
-Eres un alma vieja- dijo con un pequeño toque de gracia
- ¿Por qué? - pregunte extrañado
-Porque pues...- respondió- te comportas como un hombre adulto y no como un chavo de tu edad.
Aun me debato acerca de si eso es algo bueno o no lo es. Pero en realidad no es algo que me importe mucho, no me interesa en lo más mínimo salir de fiesta y beber hasta perder totalmente el conocimiento. Ni siquiera una copa o algo, no me gusta la bebida. A pesar de no haber bebido nunca, tengo un amplio conocimiento de primera mano los efectos del alcohol en las personas, y no pretendo veme así algún día.
Pero bueno, me estoy desviando por completo del tema, el punto es que durante todo el tiempo que me mantengo solo en casa nunca hago nada interesante o medianamente memorable, solo trato de hacer mis deberes de la mejor manera posible y evitar molestar a nadie. Aun así, no puedo evitar las jodidas llamadas de personas que no saben que mi madre salió de viaje, teniendo que repetir la misma explicación acerca de su peregrinación de dos días una y otra vez. Y lo que es peor aún, llamar en malos momentos. De verdad me encabrona que llamen mientras me encuentro ocupado, a punto de salir o incluso en el baño. Es lo peor que pueden hacerme.
La verdad yo soy una persona que aprecia y agradece la soledad, creo que me ayuda a relajarme tranquilamente, organizar mis ideas y pensar mucho mejor, además de que me da un tiempo para mí solo. Sin embargo, estar sin nadie durante mucho tiempo me resulta muy triste, mantener la soledad un tiempo prolongando no es algo que me resulte excepcionalmente agradable, ahora que lo pienso es curioso, quiero estar solo, pero no demasiado. Ironías.
En conclusión, no hice nada importante durante todo el bendito día y una ves llegada la media noche y después de haberme entristecido un poco por la situación actual de mi vida, decidí comenzar con mi viejo y repetitivo ritual de todos los días para irme a la cama.
Me levante de mi silla junto a mi escritorio, tome mi ropa limpia y comencé a caminar pesadamente hacia el baño, me di una ducha rápida y muy vigorizante, lave mis dientes con mucha calma y me dirigí hacia mi cuarto, no sin antes sentir algo de frio por el aire que arrojaba el ventilador al lado del escritorio.
-Carajo- dije en voz baja mientras pensaba como siempre olvidaba apagar el aparato antes de ir a bañarme.
Apague el ventilador mientras esperaba que la humedad abandonara lentamente mi cuerpo. Tomé un vaso de leche y unas galletas y comí mientras veía unos pocos videos de YouTube.
Una vez terminada mi merienda, apague la luz de la sala, entre a mi cuarto y apague la luz del mismo y me acosté cómodamente en mi cama con la intención de dormir profundamente toda la noche.