Seguramente ya te lo estarás pensando, ahora tiene en tu mente la pregunta "¿A dónde no va a ir Carlos?" déjame decirte, mi querido lector, es que no tengo la más mínima intención de asistir a la cena baile de fin de preparatoria.
Aún faltan algunas semanas, y francamente ya comenzó a fastidiarme un poco los comentarios de "que vestido me pongo" "a quien vas a invitar" "por quien vas a votar de los candidatos" todas esas preguntas, a pesar de llegar a ser molestas y repetitivas, ya me dan lo mismo justo ahora, pero hay una en especial que ya ha colmado mi paciencia. Y es precisamente por eso que dedico este sencillo capítulo de mi "libro" para analizar la pregunta junto con mi respuesta, y la pregunta es... "¿vas a ir a la cena baile?"
No, no voy a ir.
Pero antes que nada permítanme explicar la pregunta y porque me molesta tanto.
La pregunta es muy simple, solo desean confirmar mi asistencia, y como ya se dieron cuenta, yo niego rotundamente que valla a ir. Seguro de esto la o las personas que me pregunta puede llegar a darles una leve sorpresa, no entiendo porque pero sí.
En fin, la cosa es que no se detiene ahí, siempre continua con la pregunta "¿Por qué?" es decir, entiendo por completo la curiosidad de la gente por entender los planes de los demás, pero me parece sencillamente ridículo darle tanta importancia a un evento tan superfluo como lo es una cena baile. Todo el mundo se encuentra tan entusiasmado buscando que prendas vestir con el único objetivo de sentirse glamuroso o glamurosa y que los demás lo noten. La idea de que te acuerden de una fiesta como esa solo pro la ropa que te pusiste es de lo más superficial.
Por si te lo llegas a preguntar es que si, si me dieron, o bueno si me dan, permiso para ir. Y he de reconocer que seria un buen momento para estrenar mi traje que he guardado desde el año pasado. Pero eso da igual, no me siento ni lo más remotamente motivado a asistir a ese lugar. Llámenme amargado me da igual, no puedo oírlos idiotas. Ya mencioné lo de la ropa, pero ese no es un motivo de peso que justifiqué mi decisión, pero lo que están a punto de leer en los párrafos siguientes, si.
Yo creo que nadie en toda su perra vida, ha podido llevar se bien con todos los miembros de su escuela, o por lo menos de su salón. Ese es mi punto principal, desde hace semanas solo espero a que podamos salir para yo tener que verle getas a nadie, a profesores que me caen mal, a compañeros. Lo único que quiero es aliviarme de todo ese coraje que tengo hacia algunas personas, y creo, sinceramente, que la mejor forma de hacerlo es, simplemente, ya no verlos más.
No mas peleas entre clase, no ver mas a las fresas del salón (que son como la mitad, veinte de cuarenta), tener que soportar el desmadre de todos, aguantar como a diez gueyes que me cagan los huevos. Y tener que verlos ahí a todos reunidos en la cena. No...no ... no quiero tener que hacer eso
Mis amigos me dicen que vaya, que me la voy a pasar bien, que vamos a beber y a bailar. Aja, sí. Yo ya les había propuesto la idea de ir a algún viaje, rentar un salón para nosotros, ir al cine, ir a nadar, algo como eso. Pero como te habrás dado cuenta me pintaron el dedo. No era tan difícil y había mucha más probabilidad de divertirnos y pasársela bien. Les valió madres mi idea.
Me insisten demasiado en que los acompañe al evento, de hecho Margarte me llama pendejo pro tener permiso de asistir y no hacerlo. Puedo darles una descripción detallada de lo que sucederá en la cena en caso de que fuera, y solo porque estoy aburrido y quiero que este capítulo sea más largo, se los voy a contar.
De acuerdo, supongamos que me animo a ir, me pongo mi traje, tomo un taxi, y me dirijo al lugar, que por cierto es muy bonito. Veo la mesa donde se sientan mis compañeros más cercanos de la escuela. Me acerco a ellos y ¿Qué me encuentro? La ausencia de Ashley (a ella no le dan permiso), a Margaret con su pretendiente, a Carmen con su "novio" (el malnacido) Alfredo (si, ira, y no tengo el deseo de conocerlo o hablar con él, no solo en el baile, durante el resto de mi nauseabunda vida) y el resto de los amigos de las chicas (aclaro, no míos), con los que no está de más mencionar que apenas y he hablado con ellos desde que se me presentaron.
Ya puedo imaginarme sentado en la mesa, acompañado de mucha gente, pero sintiéndome enormemente solo. Ya me ha pasado antes, y déjenme decir, que es una experiencia de lo más horrible, estas sentado, rodeado de gente que conoces, pero que no te hablan para nada, bebiendo mas y mas de tu vaso de refresco (no bebo alcohol), eso es lo único que puede romper la monotonía del momento. Han pasado apenas 5 o 10 minutos, pero en tu mente ha pasado cerca de una hora, y aún falta más, mucho más. No bailas, no hablas, no haces absolutamente nada durante horas, apenas te puedes comer lo que te sirven. No sabes ni como, pero termina la noche, solo quieres irte, tomar un taxi por la calle, regresar a casa y olvidarte de todo, así como todos se olvidaron de ti.
Sé que vas a decirme que eso no ocurrirá, que nadie va a dejarme solo en la mesa. Pero no te engañes, no culpo a nadie en lo más mínimo, todos se la pasan bien con su pareja o con sus amigos, lo último que quieren es toparse con un imán de tristeza y desolación como lo soy yo. Todos están muy ocupados con sus cosas, todos bailan cantan, comen, disfrutan y se divierten con todo lo que tengan a su alcance. ¿Quién va a ponerle atención a Carlos? ¿Quién es el valiente?...
Sí, eso pensé.
Ya estoy hasta la madre de lo mismo. Dejen de querer persuadirme de ir, dejan de llamarme amargado solo porque tome la decisión de no asistir, dejen de darme motivos para acompañarlos cuando la elección ya está hecha. No entiendo cuál es el alboroto de todo eso. Cuando salgamos la mayoría ya no me hablara, muchos se olvidarán por completo de mi, esto no es un último recuerdo como compañeros, es una puñalada al corazón que solo me a tormentera y me hará recordar lo desdichado que soy por extrañarlos mucho cuando a ustedes solo les valdrá.
Ya no me pregunten, ya no me convenzan, ya no me rueguen.
No voy a ir.
