LA HIJA DE ROSALIE || En Proceso...

Capítulo 3

Al día siguiente desperté en mi nueva habitación, era enorme y con los ventanales hasta el suelo entraba toda la luz del día.

Fui al baño de la habitación y me miré al espejo. Es increíble todo lo que tuve que hacer y por todo lo que tuve que pasar para encontrar a mi madre, pero todo esfuerzo tiene su recompensa y ya puedo estar tranquila.

Salí de la habitación y bajé hasta el salón donde estaban todos menos Edward, Bella y Nessie.

— Buenos días —dije.— ¿Y Nessie?

— Ellos tienen otra casa, está cerca, luego si quieres nos pasamos a verles —dijo Emmet y yo asentí sonriendo.

— Buenos días mamá —dije y abracé a mi madre.

— Buenos días cariño.

— Emma ¿Quieres que te prepare algo de desayunar? —dijo Esme.

— La verdad sí, estoy hambrienta —dije tocándome la tripa. 

— Ahora te preparo algo cielo —dijo y se fue a la cocina.

— ¿Tienes ropa? —preguntó de repente Alice.

— Pues sólo tengo un par de camisetas y pantalones, lo básico —respondí.

— ¡Perfecto! ¡Podemos irnos de compras! —dijo con voz aguda mientras daba saltitos.

—Eso sería genial —dijo Rose.— Me acuerdo que nos encantaba ir de compras juntas.

— Yo también lo recuerdo —sonreí.

—¡Genial! Esta tarde nos vamos de compras todas las chicas —dijo Alice.

— Emma, el desayuno está listo —dijo Esme asomándose desde la cocina. Me levanté del sofá y fui hacia donde estaba ella.

Me había preparado tortitas y éstas olían demasiado bien.

— Dios Esme, tienen buenísima pinta, no creo que pueda con tanta comida —dije mientras me sentaba en la silla.— No te preocupes cielo, algunas veces viene Jacob a desayunar, el se comerá lo que tú no quieras sin ningún problema.— ¿Que decís de mi? —dijo Jacob mientras entraba a la cocina.— Vaya, tortitas.— Iré al salón chicos —dijo Esme para después salir de la cocina.— Hola Emma —me saludó Jacob sonriendo y sentándose a mi lado en la mesa.— Hola —dije sonriéndole tímidamente. No sé que tenía Jacob, pero me ponía muy nerviosa.

ººº

Mientras yo desayunaba esas deliciosas toritas que Esme me había preparado, Jacob me contaba sobre su primera transformación, era muy gracioso.

—...Y entonces me desperté rodeado de todos los chicos de la manada, y yo estaba en pelotas —dijo Jacob y yo comencé a reír.

— Eso tuvo que ser muy vergonzoso —dije para después reírme a carcajadas.

— Y lo fue, no te voy a mentir —dijo admitió riendo.— Ahora cuéntame cosas sobre ti.

— Pues estuve toda mi vida en busca de mi madre, estoy muy feliz de haberla encontrando.

— Tuvo que ser duro...

— Sí, pero lo importante es que ahora estoy con ella —sonreí y el hizo lo mismo para después agarrar mi mano que descansaba encima de la mesa, y me puse nerviosa, miré mi mano y luego le miré a él.

Tiene los ojos más bonitos que he visto. No son verdes o azules, pero tienen personalidad, esa personalidad bonita que te hace querer a esa persona, y eso le hace que tenga unos ojos hermosos.

No sé cuánto tiempo estuvimos así, mirándonos el uno al otro. Pero mi madre y Emmet entraron a la cocina sin darnos cuenta.

— ¿Qué haces aquí chucho? —dijo mi madre, y yo alejé rápidamente mi mano de la de Jacob.

— Tranquila rubia, ya me iba —dijo Jacob y se levantó de la mesa. — Nos vemos luego Emma.—me dio un beso en la mejilla y mi madre gruñó.

— Adiós Jacob —dije sonriendo.

—Odio a ese chucho —dijo Rose después de que Jacob se fuera.

— ¡El amor es mutuo! —se escuchó a Jacob gritar y Rose salió de la cocina enfadada.

— ¿Mi madre es siempre así con Jacob? —le pregunté a Emmet.

— Si, no se llevan muy bien —dijo riendo y yo me uní a él. —Vamos a cazar, nosotros también tenemos que desayunar —me reí.— ¿Te vienes con nosotros?

— Claro, un paseo no vendría nada mal —dije y me bajé de la silla.

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¡Hola lectores!

Una vez más, muchisisimas gracias por los votos.

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