V: Muerto.

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—Padre, hablo en serio.

—No me importa, Frederick. Haras caso, y olvidate de Katherine.

—No me puedes obligar.

—Piensa en tus hermanos, Frederick. ¿Acaso piensas verlos sufrir?— Lux se acomodo en su escritorio.

—No, padre...— bajo la mirada decepcionado.

Oh, pero que metiche llego a ser, tan chismoso. Simplemente las palabras humanas me emocionan.

Y una discusion entre dos Justeivan, ¿porque era? Y tenia que ver con mi excelente amiga Katherine Dravax.

6 Nota: A veces no hay que meterse en lo que no nos incumbe.

Frederick se paso una mano por el cabello negro cubierto de cenizas. Cenizas. ¿Llovia cenizas?

—Katherine, ¿estas segura que hay que ir a la luz? Segun se, es como estupido... tu sabes la muerte y eso— hablo fuertemente sobre el ruido de las botas chapoteando.

—¿Cuanto llevamos aqui?— pregunto Katherine cuando el se detuvo a su lado. Ella miraba a sus lados, temblando un poco.

—No lo se, quizas unas horas, habra anochecido ya... la verdad no estoy seguro, esta muy oscuro, ¿porque...?

Katherine tomo su mano y el se callo de inmediato, eso era lo que queria. Frederick alumbro su rostro con la lampara, y el terror se notaba.

—Deberiamos irnos— susurro, con la mano señalo suavemente al techo.

Frederick apreto su mano y levanto la mirada cuidadosamente. Y se aterro: en el techo estaban personas completamente blancas que tosian algo negro, las cenizas que le habian caido a ambos. Se movian con extrañas sacudidas y lanzaban pequeños chillidos.

—No nos han visto— coincidieron a la vez.— Ya hubieran atacado.

—Debemos movernos juntos, no sueltes mi mano— dijo Katherine.

—Nunca lo haria— repuso Frederick.

—No entiendo— murmuro ella.

Dio un paso hacia atras algo sorprendido, pero Katherine lo empujo hacia adelante con panico:— ¡No! El vacio esta ahi.

Frederick se volteo, y vio el profundo hoyo con resplandor blanco que habia atras suyo. ¿Porque, como era que brillaba?

En el fondo me rei. ¿Como dos niños de catorce años podian verse envueltos en algo asi?

—Gracias— fue lo unico que dijo.

Comenzaron a caminar hacia adelante, y las cenizas le caian encima. ¿Que maldita pista era esa? Katherine solo pensaba en la Nota del Asesino/a.

Entonces se detuvo en medio de una frase:

''Porque no me importa quienes son, si no que son''

—Quiere que hable con ellos— concluyo. Intento soltar el agarre de Freddie, pero este no se lo permitio.

—Te dije que nunca te soltaria.

—Sueltame, Justeivan. Es una orden— fruncio el ceño.

—Usted me dio una orden antes, asi que hare caso a la que me plazca.

—Tu no puedes hacer eso. Prometiste protegerme.

—Y eso hago.

—Te ordeno que me sueltes, porque me protegeras.

El lo hizo. La solto y entonces apreto los labios:— Aun asi, lo que sea que hagas, lo haremos juntos, como equipo, guardia del rey.

—No entiendo— murmuro de nuevo.— ¿No entiendes que yo...?

—¿Eres superior a mi? ¿Tienes mas poder? Si, lo entiendo.

—No es lo que quise decir.

—Entonces, dejame decirte porque te hago caso cuando a nadie ni siquiera a mi padre le hago caso, porque eres mi heroina. Eres casi lo unico que me mantuvo cuerdo cuando estaba triste por mi madre, porque tus casos eran asombrosos, yo admiraba demasiado a la persona que acababa con el crimen del pais... y no me arrepiento. Te admiro, y te sigo porque eres mi amiga.

Amiga... la palabra resono con fuerza en el tunel. Nadie la habia llamado asi, y lo que menos ella necesitaba era amigos. Pero, por parte de alguien tan sincero como Frederick Justeivan, esas palabras valian oro puro, mas del que tenia fisicamente.

Dejenme decirles que me conmovi y me impresione. Este chico tenia un gran futuro con o sin Katherine, eso estaba visto por todo el mundo, pero aun asi el la queria en su futuro, como su amiga. Este maldito jovencito de catorce años, conmovio a un demonio.

—Entonces, dejame decirte porque no te he despedido hasta ahora, porque no he mandado a tu familia a la ruina. Porque prometiste algo, y creo en las promesas— se sacudio el cabello de la cara y camino hasta la esquina del Hoyo Blanco.

Orgullo ante todo, ¿eh, Katherine?

Frederick la siguio un tanto callado, e incluso dolido. Pero, el tenia su orgullo y su frialdad tambien. Todos la tenian. Se cruzo de brazos.

—Esto es una maldita locura, Katherine— dijo el seriamente.

Katherine se movio en las esquinas del Hoyo Blanco y miraba a las criaturas en el techo.

—Son ciegos, asi que callate, quizas tengan buen oido— replico en voz muy baja.

—Pero, quieres hablar con ellos— susurro.

—No, no quiero. El Asesino quiere, y no lo hare. Hare lo contrario— lo miro y añadio:— no estaria mal llevarnos uno.

—¿Que? Eso es una locura.

—Agnellys, ven— susurro demasiado bajo como para que Frederick la oyera.

El silencio ocupo el lugar, y una extraña calidez tambien. La brisa corrio y las criaturas encima de estos adolescentes detectives se estremecieron mas, chillando mas fuertemente.

Algo que quiero aclarar: dicen que los demonios, o las criaturas de la noche son frios. Y no es asi, ¿no es mas logico que viniendo del infierno somos calurosos? Extremadamente calurosos.

Finalmente unos segundos despues, Agnellys estaba detras de Katherine, sosteniendola por un brazo.

—¿Que hace tan cerca de un abismo? Puede caerse, mi ama— sonrio. Katherine se zafo del brazo con desden.

Frederick tuvo un paro cardiaco de unos segundos. Abrio los ojos como platos:

—Señorita Agnellys, ¿usted que hace aqui? ¿Estuvo siguiendonos? ¿Oyo... todo?— se sonrojo un tanto.

—No le digas señorita, no es mas que mi perrita fiel— gruño Katherine.

—Aun asi, es un halago, joven Justeivan— asintio con la cabeza Agnellys.

—¿Que son?— pregunto Frederick, mirando a Agnellys y señalando el techo.

—¿No es obvio? Crei que lo adivinaria despues de tanto tiempo tras sus libros.

—Es imposible que sean, estan extintos.

—Usted tambien lo sabe, joven ama.

—Y estoy de acuerdo con Frederick, estan extintos y no pueden estar aqui.

—Los Ocultos Blancos viven todavia, jovenes— sonrio Agnellys

Se oyo un chillido cerca:— Y no les agrada nuestra presencia.

Kava' a demon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora