ESCONDITE SECRETO

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1, 2, 3, 4 ... intentaba recordar el patrón de la salida, 1 derecha, 2 derecha, 3 al frente, 4 izquierda, no espera, era 4 derecha; perdida otra vez, una vez más en este laberinto, lo gracioso esta vez es que estoy consciente de que es un sueño, bueno, una pesadilla. Hay algo extraño y es que no veo a la niña ni al Minotauro, todo parece estar en absoluta calma, pero no me duró mucho esa tranquilidad... el piso comenzó a temblar y abrirse, a mis espaldas venían serpientes junto a unas mujeres, ¿eran varias medusas?, y aunque fuera un sueño no quería que me atraparan así que corrí buscando perderlas de vista. A un poco distancia recorrida escuché una melodía, era melodía de una lira, de las paredes brotaban rosas blancas y rojas; esto cada vez estaba más extraño y me estaba desesperando, iba a gritar pero vi una silueta familiar, al final de uno de los pasillos estaba Camila al lado de un venado; me acerqué llevada por la intriga y ella me vió

-hola Lauren, ¿cómo estás?- me preguntó ella a lo que yo no respondí -¿por qué estás tan callada?- me preguntó depositando un tierno beso en mis labios – oh, ya sé lo que pasa, ¿crees que tu secretito estaría siempre oculto?-

-¿a qué te refieres?- le pregunté

-bueno, al menos no estás del todo muda, solamente lo estás ante secretos tan grandes como los que guardas ¿no es así Lauren?, ¿creíste que ese secreto lo ibas a guardar por mi bien?, pues te equivocas pintora Griega o debería decir ¿Romana?-

-Hey Lau, ¿estás bien?- me preguntó Camila devolviéndome a la realidad; nos encontrábamos en el coliseo pues ella me había pedido que la acompañara a ver las carreras, pues su padre le había dicho que Acacius iba a competir hoy y por simple respeto debía ir ella a verlo, cosa que ella innumerables veces me dijo que no quería hacer. La relación con ella iba cada vez mejor, ya habían pasado cuatro días desde aquel beso, ella y yo hablábamos más, bromeábamos, la ayudaba con sus deberes y ella me acompañaba al Ágora cuando tenía que comprar más pinturas; su presencia cada vez era más grata para mí, estando con ella me sentía completa.

-estoy bien- le dije mientras cogía su mano y le daba un suave beso en los nudillos –me he quedado absorta en pensamientos-

-has estado ya varios días así, ¿en qué piensas?- dijo mirándome fijamente provocando que pensara mucho la respuesta

-en que te ves espectacular con ese vestido, parece que Ally hizo un muy buen trabajo- ella sonrió ante mi cumplido

Sonaron las trompetas que daban inicio a la carrera, desde la grada en que estábamos sentadas se podía detallar como Acacius desvestía sin pudor alguno con su mirada a la escritora, cosa que desató una furia mezclada con celos incontrolables, lo mataré si sigue haciendo eso. La carrera no era muy importante, era más para aficionados primerizos, debo admitir que el ambiente te hacía subir la adrenalina sin necesidad de que uno mismo fuera quien condujese el carro halado por los caballos. Camila a mi lado estaba llena de euforia apoyando a cualquiera que fuese ganando, pero me causó mucha gracia al ver que cuando Acacius iba de primero ella se sentó y se aferró a mi brazo como si estuviera a punto de hacer una pataleta, y hasta ahí le llegó la emoción pues fue él quien ganó.

-si no hubiera hecho trampa habría quedado de penúltimo- dijo ella contra mi brazo

-es verdad, pero vamos no hagas pucheros que te ves muy irresistible- le dije a lo que ella fingió estar ofendida y mordió mi cuello suavemente. -¿quieres ir por algo de comer?- le pregunté ignorando su mordida pues fue demasiado suave

-oh por los dioses, claro que sí, me estoy muriendo del hambre- dijo colocándose de pie y extendiéndome su mano para ayudarme a parar. Nos dispusimos a salir de aquel coliseo pero antes de tomar una calle Acacius nos detuvo

-hey bellezas, ¿les gustó mi triunfo?- nos dijo mostrando su ramillete de flores

-te felicitamos Acacius, estuviste muy bien- le dije al ver que Camila no tenía ánimos de responder

-¿tú qué dices Mila?, ¿te gustó mi actuación?- le preguntó mientras acariciaba su mejilla con su tono coqueto. Eso fue suficiente para hacerme salir de mis casillas, iba a responderle de una forma no muy ética y cuando me dispuse a encararlo Camila me tomó la mano he hizo un leve apretón como para que me calmara, cosa que era imposible en este punto, lo quería matar

-estuviste genial- Camila le contestó- me alegro mucho de tu triunfo, digo, nos alegra tanto que Lauren y yo nos dirigíamos en este preciso momento a celebrarlo, así que con tu permiso- se dio media vuelta y me arrastró lejos de él

-hey, no te pongas así- me dijo de forma muy tierna, pero yo seguía con mi ira en su máxima expresión. –tengo una idea que cambiará tu humor- y tomó un camino distinto

Seguía pensando en las posibles maneras de torturar y matar a ese hombre que no me di cuenta que habíamos caminado tanto, ya no se veía la ciudad debido a la cantidad de árboles, sólo divisé mi casa y la de Camila que estaban en dos colinas separadas; por un momento me llegué a asustar

-dime por favor que no eres una adolescente con ideas de homicidio- le dije un poco alarmada a lo que ella se rió

-si quisiera matarte lo hubiera hecho en mi casa, y te guardaría debajo de mi cama hasta que olieras a mortecina- aseguró ella aun riéndose

-gracias, estar muerta bajo tu cama es un sueño que tengo- le dije con sarcasmo -pero ahora enserio, ¿dónde vamos?-

-a mi lugar preferido en toda esta ciudad- y dando unos pasos más al pasar unos árboles, me encontré con un paisaje digno de colocar en un lienzo

Nos sentamos alrededor de las flores que estaban frente al lago, ella se dispuso a mirar el agua mientras que yo me disponía a hacerle una corona de flores para ella, cuando se la puse ella sonrió y me robó un beso quedando acostada conmigo sobre el césped; me quedé un tiempo más admirándola cuando ella habló

-¿conoces a la gente asexual?- me preguntó ella

-son los que no están interesados de ninguna forma hacia el amor y el sexo, bueno más lo del sexo pero esa no es la cuestión- le respondí con lo que creía que era

-yo me consideraba asexual, hasta que llegaste tu y dañaste la idea que tenía de mí- acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja antes de proseguir –yo no creía en el amor, pensé siempre que todas las relaciones serían pasajeras y el que aunque no se quisiera directamente, el factor sexual siempre entraría a ser parte fundamental de la relación, pues hay muchas que simplemente se basan en eso- yo escuchaba atentamente cada una de sus palabras

-pero ¿sabes algo?, ahora sí creo en él, nunca creí que esto saldría de mi boca pero... estoy enamorada y es de ti Lauren, tu me haz hecho creer en ese sentimiento y no sólo eso, me has ayudado a creer hasta en mí misma, a sentirme bien tal y como soy-

Sus palabras resonaban una y otra vez en mi cabeza, ella estaba enamorada de mí pero lo mejor es que era totalmente correspondida, porque también lo estoy de ella

-Tu Camila de Tebas, Camz, también me has enamorado- le dije dándole un suave beso el cual fue totalmente correspondido

-déjame terminar de hablar primero-

-adelante señora de las poesías- le dije y me gané un suave golpe en mi hombro

-si te soy sincera nunca me imaginé de que me gustaría otra mujer, bueno, al principio pensé que nunca me gustaría nadie pero bueno ... tu me entiendes, ¿no?- yo asentí pues si había comprendido aunque hubiera empezado a divagar –yo sólo quiero que todas las personas puedan creer en el amor así como yo en este momento, que no importa el género, pues el amor es sólo eso y no tiene una etiqueta mientras que se sienta en realidad-

-eres demasiado cursi- le dije bromeando

-oh cállate señora amargada-



RECUERDA OPRIMIR LA ESTRELLA

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El Bosque Griego (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora